La misión de CVX en la Parroquia de Fátima – Uruguay

En diciembre de 2014, la CVX Uruguay asumió la corresponsabilidad de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima, en Villa del Cerro, Uruguay. En la Parroquia, se trabaja en conjunto con la congregación de las Hijas de San José, que vienen trabajando allí desde hace mucho; los jesuitas y en constante reciprocidad con la gente de Villa del Cerro.

Entre las tareas que se realizan en la Parroquia se encuentran la catequesis de niños, de bautismos y de adultos. Además, se llevan adelante otros servicios, como la visita a enfermos en asilos y casas; el servicio de escucha; se acerca la eucaristía a los vecinos del barrio que no pueden asistir a la misa; se ha armado un ‘rincón infantil’ en el fondo del templo para que los más pequeños se sientan recibidos; y se está trabajando para generar un boletín mensual con las novedades parroquiales.

Sol Agostino, una de las integrantes de la CVX, nos cuenta en una breve entrevista su experiencia en este casi año de trabajo en la Parroquia de Fátima.

¿Podrías describir en qué consiste concretamente la labor que hacen hoy en la parroquia?

CVX asumió, a partir de la decisión de la Asamblea de diciembre de 2014, la corresponsabilidad de la gestión parroquial de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima, en Villa del Cerro. Esta responsabilidad conjunta se desarrolla con la comunidad parroquial local y se concreta en diversos espacios.

Por un lado, se creó un órgano que se llama “Equipo Coordinador” (EC), compuesto por seis miembros, tres delegados enviados por CVX y tres representantes de la comunidad local (al día de hoy son las dos responsables laicas elegidas por la comunidad y el diácono permanente). Este equipo se encarga de coordinar toda la actividad de la parroquia, se trata de una pequeña comunidad que va buscando discernir, en constante oración y escucha, los caminos de acción pastoral, social y de trabajo en red de la comunidad parroquial, teniendo como centro la evangelización y conversión tanto hacia dentro como hacia afuera de la comunidad.

Esto supone un trabajo fuerte en cuanto a reuniones frecuentes del EC y participación en otras reuniones con los demás grupos y con el Consejo Pastoral, pero además, involucrarnos en todo el trabajo cotidiano de una parroquia directa o indirectamente. Es mucho de tarea sencilla y oculta (limpiar el templo, colaborar en las celebraciones litúrgicas, conversar mucho con las personas de la comunidad y aquellos que se acercan del barrio o de lejos, visitar enfermos, simplemente estar ahí, entre tantas otras cosas), de ir tejiendo espacios nuevos en los que se viva fuertemente el ser comunidad (se han creado equipos de comunicación, de escucha, de acompañamiento comunitario) y revalorizando los que ya existen desde esta perspectiva comunitaria (catequesis, pastoral de la salud, liturgia, comedor de niños y otros).

También se creó un “Equipo Económico” que trabaja con el EC apoyando con toda la información económica y su sistematización, imprescindible para tomar buenas decisiones.

Además, nos acompaña como Administrador Parroquial el P. Álvaro Pacheco, sj.

A esta nueva etapa se han sumado algunos miembros de CVX que están sirviendo en alguna misión específica, tal ha sido el caso de la catequesis de bautismo y de niños y del espacio de escucha (con personas preparadas en acompañamiento espiritual), así como personas de la comunidad local que se han comprometido con más intensidad.

En estos meses venimos viviendo una experiencia fuerte de comunión, que desarrollamos con mucha fraternidad, disponibilidad, alegría y un innegable impulso del Espíritu Santo, en la que vamos sintiendo que juntos (cevequianos y comunidad local) discernimos mejor y nos equivocamos menos.

Y si bien esta etapa es todavía reciente, también ha sido muy intensa y de un gran aprendizaje para todos.

¿Qué cambios pudieron observar en la parroquia desde el comienzo de su misión hasta hoy?

Quizás es muy pronto para apreciar con justeza estos cambios (¡ni siquiera hace un año!), igualmente, destacaría ciertos acentos y algunos logros concretos:

El identificarnos con el trabajo como comunidad, que parte de la vivencia misma en la interna del EC (que se siente y funciona como una pequeña comunidad) y se va trasmitiendo a todos los grupos y actividades. Esta es la gran fortaleza y el gran desafío de este tiempo, porque supone dejar de lado las individualidades y protagonismos, para emprender procesos compartidos, conjuntos, a veces trabajosos, pero también fructíferos.

Fortalecer el encuentro y el diálogo con cada grupo, integrándolos a la comunidad, haciéndolos sentir y ser parte activa de la construcción del camino y conscientes de que esto es algo que sólo será si lo hacemos entre todos.

Intensificar la identidad de la comunidad, que tiene rasgos distintivos como la acogida, la alegría, la participación (en esto se destacan las celebraciones eucarísticas que cada domingo son verdaderas fiestas comunitarias).

¿Qué cambios generó el hacerse cargo de esta misión en el modo de vivir su CVX?

Es difícil dimensionarlo todavía, creo que por el momento percibimos con mayor fuerza dos grandes cambios. El primero, un desinstalarnos, salir de los espacios más conocidos y cómodos como movimiento e ir más hacia la evangelización territorial en lo que es la vida parroquial concreta, además en un barrio en el que viven muchas familias con realidades duras en cuanto a pobreza o marginación social.

El segundo, el desafío permanente del encuentro con otros hermanos que no son de CVX, el trabajar codo a codo con la comunidad local como iguales, que supone fortalecer nuestro ser Iglesia y todo un reto de comunicación, fraternidad y de aceptar las diferencias sin renunciar a la identidad de cada uno. Esto es todo un aprendizaje para crecer en respeto y humildad, enriquecernos recíprocamente y amar y servir más y mejor al Señor y a la Iglesia.

¿Qué le aportó a tu experiencia de fe personal el trabajo en la parroquia de Fátima?

No es fácil expresarlo, pero lo voy a intentar con algunas afirmaciones.

Me siento más vulnerable, con muchas menos certezas y más limitaciones y eso me hace sentir más cerca del Señor y de los demás.

Aprendí a desproteger más el corazón para orar con otros, para hacer mía la oración de otros, para dejar que otros hagan suya la mía y de alguna manera sintonizar mejor con el Señor.

Mi Señor viene adquiriendo muchos rostros de personas concretas que sufren y esperan, que necesitan y sueñan, que cuestionan y animan.

Y sentir que el Señor camina delante de nosotros y creerlo, creerlo con toda confianza aún desde la oscuridad de los desvelos, los conflictos, los desaciertos y la poquedad de nuestras entregas.

Homenaje al Padre Llorens – Mendoza

El gobernador Francisco Pérez homenajeó al Padre Llorens. Fue a través de la puesta en valor del monumento que se erigió en el Barrio San Martín.

El gobernador de Mendoza, Francisco Pérez, presentó el monumento en homenaje al Padre José María “Macuca” Llorens, en el Barrio San Martín, junto a vecinos de la comunidad, alumnos y docentes de las escuelas del barrio y a Daniel Jiménez, escultor. José María Llorens –popularmente conocido como “Macuca”- fue uno de los sacerdotes más queridos y respetados en el país. Era jesuita y concretó una de las obras más trascendentes de la tendencia conocida como “Opción por los pobres”: la transformación de un basural en el Barrio San Martín. Durante el acto, Pérez comentó que “la transformación del Barrio San Martín fue algo que se adelantó a las conferencias de Medellín y Puebla y al Concilio Vaticano II, ya que ese ‘Primero la casa de los hombres, después la de Dios’ que tanto promulgaba Macuca se realizó. Al principio, ni él ni las 70 personas que componían el basural imaginaban el barrio que existe actualmente, donde habitan casi 30 000 personas”.

Al acto, donde se presentó la obra realizada por el escultor Daniel Jiménez, asistieron, además de los vecinos del Barrio y los alumnos de la Escuela, una de las impulsoras junto a Macuca, María Ruiz, quien fue directora de la Escuela P y PS Nº05 “Padre José María Llorens”, hasta hace dos años. La actual directora del secundario, Gilda Aguirre y Liliana Carrión. Luego, el gobernador Francisco Pérez recorrió el Centro Educativo Padre José María Llorens donde dialogó con alumnos y docentes del establecimiento. Este centro de formación y apoyo educativo, en 1989 pasó a ser una escuela primaria común, y en 2001 inició el nivel secundario, garantizando a todos sus alumnos una profunda y sólida formación personal y social que les permita insertarse en la sociedad como personas responsables, reflexivas, críticas y solidarias, comprometidas en el servicio a los demás.

El Padre LLorens

El sacerdote jesuita llegó a Mendoza en 1958 trayendo la experiencia de los “sacerdotes obreros” aprendida de la obra del jesuita Alejandro del Corro. Por esa época dirigía a grupos de estudiantes secundarios de Acción Católica que ayudaban en la construcción de casas de un barrio obrero en las afueras de Buenos Aires. Eligió vivir en el Barrio San Martín en la Navidad de 1964, acompañando un proceso de organización comunitaria, conformando la cooperativa con la que se construyeron gran parte de las viviendas del Barrio. Macuca se expresaba siempre en plural. Decía que para poder concretarlo “fue que aprendimos a vivir fuera de la ley”. Así se llamó su libro: Opción fuera de la ley. Porque para la ley, esa población no existía. Entonces él decía: “Lo que no se pudo hacer de día, se hizo de noche». Así, por tres años se fue “robando” luz, agua, arreglo de calles, reparto de lotes, todo sin aprobación, hasta que, tras constancia y organización, finalmente las cooperativas lograron la remodelación urbana. Un capítulo aparte merece la relación de Macuca con los jóvenes universitarios. Era una verdadera “aventura cristiana” que despertó la vocación de muchos profesionales, que militaban por meses y años en el Barrio San Martín ofreciendo sus servicios a cambio del bien recibido. Fue uno de los dirigentes más importantes para que se consolide en la zona oeste de la Ciudad de Mendoza una rica tradición de organización comunitaria, que está presente en estos tiempos: bibliotecas populares, centros de jubilados, uniones vecinales, clubes y emprendimientos de la economía social. En lo educativo fue impulsor del centro que hoy lleva su nombre, iniciado en 1979. Surgió como un centro de formación y apoyo educativo, dando respuesta a una necesidad de las familias del Barrio, para que sus hijos pudieran concluir la escolaridad obligatoria. En 1989 pasó a ser una escuela primaria común y en el año 2001 se inició el nivel secundario. Este constante progreso comunitario permite hoy a sus estudiantes y sus familias acceder a una profunda y sólida formación personal y social.

Pocas experiencias comunitarias en la historia reciente de Mendoza han sido tan movilizadoras como la de Llorens desde el punto de vista social. Y siguen presentes en la memoria y en las prácticas de esta querida comunidad del Barrio San Martín. Macuca Llorens murió el 19 de noviembre de 1984 en Buenos Aires, pero seguía viviendo en una piecita de la parroquia del Barrio San Martín. Él eligió que sus restos mortales descansen en su parroquia “Virgen de los Pobres”, por la que tanto trabajó después de que los “hombres tuvieron su casa”, en la intersección de las dos calles principales del barrio, una de esas calles lleva su nombre como justo homenaje a su fecunda obra y nos lo recuerda a cada paso que damos.

Misión Parroquial – Parroquia Patriarca San José

Del 22 al 25 de Julio se realizó una misión Parroquial en la Parroquia Patriarca San José. Aquí les dejamos algunas fotos, y las palabras del Párroco y una de las misioneras, para que no dejen de enterarse de qué se trató.

Carta del Párroco

Querida Comunidad Parroquial:

Hemos realizado la misión parroquial del 22 al 25 de Julio pasado. Muchos de ustedes han recibido a los misioneros. Otros, tal vez, no han podido, o no hemos llegado ya que tratamos de empezar por los sectores más alejados de la parroquia.

La misión ha sido una profunda experiencia de Dios para nuestra comunidad parroquial. Hemos experimentado su llamada a ser misioneros, a salir, a ser una Iglesia que sale a buscar a los cruces de los caminos a aquellos que necesitan una palabra de aliento o un sostén para su esperanza. Hemos salido casa por casa, como nos mandó Jesús, y hemos celebrado las misas en lugares públicos, allí donde ocurre la vida del barrio, para simbolizar que esos lugares son sagrados porque Dios habita todos los espacios de nuestra vida, sólo espera que lo dejemos entrar. Por es, el lema ha sido «Estoy a tu puerta y llamo».

Quiero agradecer por este medio a todos los que participaron de la misión de un modo u otro. A los muchos que misionaron visitando casas; a los que misionaron también dando de comer a los misioneros o preparando las cosas para que se pudiera hacer la misión; a los miembros de la comunidad educativa del colegio parroquial, docentes, directivos y alumnos- que también misionaron y mostraron que son parte activa de esta comunidad parroquial; a aquellos que misionaron rezando por la misión, para que fuera una gracia para la parroquia y para el barrio; también gracias a los que recibieron a los misioneros, a los que hicieron sentir que su misión vale la pena. Y un agradecimiento especial a  los hermanos jesuitas que prepararon la misión y la coordinaron. Hicieron un gran trabajo y dieron testimonio de lo que puede hacer una comunidad apostólica cuando trabaja unida por Jesucristo.

La misión ha sido un punto de inicio, una motivación. Ahora debemos continuar con nuestra misión cotidiana, saliendo al encuentro del prójimo, cuidando unos de otros, ayudándonos a caminar por el camino de Jesús, sosteniéndonos. La misión que se da en la familia, en el barrio, en la escuela, en el trabajo.

Dios también nos alienta y nos espera allí. También en las cosas cotidianas el señor está a la puerta y llama.

Que Dios los bendiga a todos. 

P. Rafael Velasco SJ

Testimonio de Celeste Cardozo

Durante el receso de vacaciones hemos tenido la gracia de haber compartido la «Gran Misión Parroquial» bajo el lema: ‘Estoy a la puerta y llamo’.Han sido 4 días donde se vivió el espíritu de cada joven y adulto, en cada servidor y en cada casa que ha sido visitada.

Personalmente, he sentido alegría en mi corazón al ver que, para entregárselo a Jesús no hay edad. A medida que iban llegando los misioneros a registrarse cada mañana, para comenzar a caminar las calles de los distintos barrios, veía a los jóvenes que comenzaban a experimentar el gusto del servicio, matrimonios que daban testimonio de amor y compañerismo, niños que acompañaban y lo que más me llamó la atención: ¡abuelas y abuelos misioneros! Me llamó la atención y me gustó que estos misionero más experimentados («los viejis» como los llaman cariñosamente en la capilla) tenían en sus ojos el brillo de la alegría cristiana y el entusiasmo en cada uno de sus pasos.

Ha sido realmente una experiencia hermosa y enriquecedora tanto para los que han misionado como para las familias que han abierto sus puertas, para los que han trabajado en el servicio a las comunidades, y también, creo, para los que no han podido abrir sus puertas; para los que han dejado a Jesús llegar sólo al umbral de su corazón. Para ellos también… creo que les ha quedado resonando el ver a gente tan alegre y convencida de su Fe, que no teme salir a anunciar el amor de Jesús Resucitado, que seguirá llamando a su puerta.

Misión Concepción – Corrientes

Alberto Echavarría Zalazar nos regala su testimonio de la Misión Concepción, organizada por los jóvenes de la Iglesia Jesús Nazareno, en Corrientes. La experiencia se llevó a cabo desde el 21 hasta el 26 de Julio. 

Por Alberto Echavarría Zalazar

La Misión Concepción que hicimos fue para mí, una apertura hacia algo nuevo. Aunque ya había misionado antes, esto fue diferente: me sentí siempre en familia. Con los chicos con los que compartía el día a día en la comunidad, en los grupos… en el compartir, cotidiano y desde lo profundo, de nuestra vida, sentí como Jesús también me misionaba.

Creo que lo que me ayudo a la hora de misionar, era la oración por las mañana. Las meditaciones que el P. Néstor nos brindó me comunicaban un Cristo vivo e itinerante, en medio de la gente, comprometido con sus historias de lucha, de subidas y bajadas, de tristezas y de alegrías.

Por la tarde me tocó estar en el Grupo de Jóvenes. Allí me encontré con chicos con búsquedas muy similares a las mías. Querían encontrarse con otros jóvenes con quienes hablar de su modo de vivir la fe, sin miedo a nada. Y que además, estaban deseosos de sentir y gustar la presencia de Dios en todo y en todos.

Al finalizar el día, en el examen, poníamos en común la experiencia que cada uno había hecho de ese día  y las historias que la gente  nos había compartido. Este momento resultaba clave para el desarrollo de la misión. Porque decantábamos lo vivido, lo escuchado y lo que esto había generado en nosotros. Esto volvía a encender en nosotros el fuego misionero, que nos animaba cada día a levantarnos y a salir al encuentro con más ganas que el anterior.

Puedo decir que esta ha sido la mejor experiencia de misión que he tenido. A lo largo de ella, el protagonista fue, siempre y sin lugar a dudas, Jesús; que en el rostro de tanta gente me mostraba su lado más pobre, humilde, libre y alegre. El descubrir esta presencia,  fue para mí una invitación a encontrar esa felicidad en el Señor, que habita cada corazón que se abrió a nuestro encuentro.

 

Festejo de los 40 años de la Parroquia de Boquerón

El pasado sábado 14 de Julio, se cumplieron los 40 años de la Parroquia San José de las Petacas, ubicada en la localidad de Boquerón, Santiago del Estero.

La celebración contó de una gran y cariñosa preparación de parte de toda la comunidad, que se encargó de aprontar la ornamentación del lugar, la comida, los cantos, bailes y obras de teatro que se presentaron a lo largo de la jornada.

Todas las poblaciones trajeron imágenes de sus Santos Patronos a participar de la fiesta. Cada uno fue colocado en un lugar particular dentro de la Iglesia, que contó con una decoración creada por el profesor Luis y algunos colaboradores.

La Misa de Acción de Gracias fue el centro de la fiesta, concelebrada por el Padre Marcos, el Padre Juan Carlos, los Padres Jesuitas: Oscar Calvo, Guillermo Blasón, Víctor Pacharoni, Mariano Durand y Héctor Bossié; y por el Padre Juani, Párroco de la vecina localidad de Santos Lugares.

Al finalizar la misa se dieron una suerte de homenajes y presentes al P. Juan Carlos, primer párroco de San José de las Petacas, que incluyeron una poesía recitada por Goyo (Gregorio Solorza). (ver vídeo)

Luego, vino el momento del almuerzo. Gracias al trabajo de muchísimos colaboradores, la comunidad pudo compartir una rica y abundante comida. El servicio estuvo a cargo de los Servidores de Huachana.

La comida fue acompañada de números artísticos preparados para la ocasión. La apertura estuvo a cargo de la Academia Santa Cecilia, que se encargó de los espectáculos de danzas folklóricas. Luego, se invitaron a todos los presentes a convertir el lugar en una pista de baile.

Más tarde se sucedieron números musicales y obras de teatro interpretadas por niños y adolescentes pertenecientes a los establecimientos educativos de la localidad.

La fiesta en general se vivió en un clima de gran alegría y gratitud.

En la continuidad de aquella misión – Boquerón

Por Marcos Alemán SJ

Aquel primer obispo de Añatuya, Monseñor Jorge Gottau fue capaz de encontrar el Reino en medio del monte. Fue capaz de encontrar la Iglesia presente en las pequeñas comunidades. En donde hasta los caminos había que abrir, respondiendo a aquella biblica invitación de ‘allanar los caminos’.

La gente del monte, los campesinos, las teleras, aquellos maestros y maestras también estaban presentes. Nunca se habían ido. Cuidaban la memoria, crecían con identidad. Rezadoras, celebraciones, procesiones, musiqueros. Ritmos de violín y bombo que suenan desde siempre y antes. Costumbres llenas de detalles para acompañar y despedir a los difuntos con tanta delicadeza y con una mirada llena de resurrección. Además sabían que había un San José el de las Petaca que tenía que volver.

Llegaron aquellos compañeros entre sí y sobre todo compañeros de Jesús. De la misma familia que siglos atrás también habían estado presentes.

Hace cuarenta años llegaron Juan Carlos Constable y Agustín López. Llegaron para quedarse y así juntos seguir escribiendo la historia. Cuatro años anduvo Agustín y partió.

Siguió Juan Carlos andando ahora con otros compañeros y compañeras capaces también de seguir encontrando pedazos de Reino en medio del monte. Reino que si iba transformando en caminos, escuelas, capillas, organizaciones, proyectos. Presentes en el monte lograron viajar con Boquerón para Buenos Aires, España, Suiza, Alemania, Praga, Córdoba, La Rioja y quién sabe cuántos lugares y personas más.

Quiero agradecer a la gente del monte por estar y habitar estas tierras.

Quiero agradecer a los padres De Castro y Almirón y al hermano Hoyos por no tener miedo a las fronteras.

Quiero agradecer a Monseñor Gottau por desaar a la misma Compañía de Jesús

Quiero agradecer a Juan Carlos por ser el a su vocación misionera y responder a semejante desafío

Quiero agradecer a todos y cada uno que desde sus distintos lugares nos acompañaron y nos siguen acompañando.

En cualquier misión que realizamos, buscamos solo estar donde Cristo nos envía. La gracia que recibimos como jesuitas es estar y caminar con Él, mirando al mundo con sus ojos, amándolo con su corazón y penetrando en sus profundidades con su compasión ilimitada.

11 de Julio de 2015

Fiestas Patronales – Parroquia Jesús Resucitado

«Dios nos regaló el Día y nosotros la Fiesta”… Lo vivido este Domingo en la “Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús”, Patrono de nuestra Parroquia “Jesús Resucitado”, fue esa devolución del Amor que recibimos de nuestro Padre Dios. El caminar por esas calles, tan golpeadas por la violencia, el abandono y el dolor, fue sentir que cada paso, cada canto, cada oración era el latido de un Corazón que deja huellas y da mucha Vida. Allí se veían congregados los peregrinos, misioneros, feligreses, movidos por la Fe y la Alegría, acompañados por las Instituciones del Barrio que se unieron en el camino y escoltados por la tradicional y siempre presente Agrupación de Gauchos “La Cautiva”, poniendo todo el color a la Procesión.

La Misa fue el centro de la Fiesta y también el motivo de compartir entre las Comunidades de las Capillas: San Alonso Rodríguez, Santos Mártires Rioplatenses y Nuestra Señora de los Milagros.

El cierre fue una tarde llena de Música y baile, donde los artistas mostraban sus talentos y sus bondades como Ofrenda y gratitud a la presencia de nuestro Patrono.

Una vez más, se ve la unidad, el trabajo, la perseverancia de nuestra Comunidad, con nuestra mirada puesta en el Corazón Santo de nuestro Señor.

Reflexión del Evangelio: 1° de Julio de 2015

Por Leonardo Amaro SJ

“Fueron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros”.

Aquellos pobres desgraciados eran fieros, metían miedo y su propia vida era para ellos un infierno. Estaban más muertos que vivos. Es curioso que salgan al encuentro de Jesús para rechazarlo. Lo buscan para enfrentarlo, para recriminarle… pero lo buscan. Desde lo más íntimo, salen a su encuentro porque lo necesitan.

¿Cuántas situaciones de inhumanidad hay a nuestro alrededor? A quienes las padecen les tenemos miedo y no sabemos interpretar sus gritos estridentes como pedidos de ayuda. Jesús no se asusta ni se achica. Sabe que allí adentro hay gente y que debe ser rescatada. Y afronta la tarea.

El relato es muy curioso, con ese toque fantástico de los cerdos que pastaban cerca, en quienes se meten los demonios que Jesús expulsa de estas pobres almas y la piara entera termina despeñándose del acantilado y ahogándose en el mar. Parece evidenciar la fuerza de autodestrucción con que estos demonios arrastran a aquellos a aquellos en quienes habitan.

A los criadores de cerdos no les gustó la cosa y termina toda la ciudad pidiéndole a Jesús que abandone su territorio. Me hace pensar que liberar de verdad a tanto ser humano desfigurado por la esclavitud de las adicciones, las depresiones, las heridas arrastradas y mal sanadas y las historias de violencia que se reproducen es necesario establecer prioridades e invertir recursos; tienen un costo económico que a veces las sociedades no están dispuestas a pagar.

La opción de Jesús por todo ser humano implica una inversión de prioridades con un costo para todos nosotros -en tiempo, recursos, formación, corazón- que tenemos preguntarnos si estamos dispuestos a afrontar.

Bienvenida de Héctor Bossie SJ en Alto Verde

Ayer, 14 de Junio de 2015,  la comunidad de la Boca de Alto Verde, Santa Fe, dio la bienvenida al padre Hector Bossie SJ. Quien el pasado martes 10 de Junio fue enviado en una misa en Mendoza a esta nueva misión que lo recibe con alegría.

Al mismo tiempo, comienza a despedirse de la comunidad de Alto Verde el P. Néstor Manzur SJ, quien estuvo estos meses colaborando con la capilla San Alonso Rodríguez y emprende ahora su regreso a su tierra natal, en Corrientes.