CG36: ‘¡Escuchen a los Jóvenes!’

Algunas resonancias de la visita del Papa a los delegados jesuitas reunidos en Roma. 

Por Javier Vidal, SJ

 Al reflexionar sobre nuestra vida y misión hemos dialogado sobre los jóvenes. Sorprende como en los últimos años ha crecido en la Compañía el trabajo con jóvenes y el deseo de dar a conocer nuestro seguimiento a Jesús como una opción de vida.

 Las palabras del Padre General en su primera homilía nos invitan a seguir proponiendo el seguimiento a Jesús como proyecto de vida a los jóvenes que vamos acompañando en nuestras instituciones y redes juveniles. Nos dice: “No hay ninguna duda acerca de la necesidad de aumentar nuestra oración y nuestro trabajo por las vocaciones a la Compañía y de continuar con el complejo empeño de ofrecer la formación que haga de ellos verdaderos jesuitas, miembros de este cuerpo multicultural llamado a testimoniar la riqueza de la interculturalidad como el rostro de la humanidad creada a imagen y semejanza de Dios”.

 Al escuchar los compañeros en el pequeño grupo de reflexión, he recordado una de las prioridades apostólicas de nuestra provincia: “acompañar a los jóvenes”. Reconocemos que los jóvenes de la generación actual tienen grandes posibilidades de crear una sociedad más humana, pues aprecian profundamente la verdad y la libertad, cuestionan lo establecido, acogen la diversidad, son tolerantes, valoran las relaciones interpersonales, son solidarios y tienden a la red como interacción. Por otro lado, se enfrentan al desafío del debilitamiento de las instituciones sociales, incluyendo la familia que provoca desconfianza en los procesos sociales, individuales y colectivos, que inducen al escape, la violencia y el consumismo. Sin embargo, convencidos que somos llamados a anunciar la “alegría del Evangelio”, la cual “llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús” queremos acompañarlos y anunciarles la persona de Jesucristo, animados por la fuerza del Espíritu, para testimoniar los valores del reinado del Padre, desde la Iglesia y en colaboración con otros.

 Hay un sentido de agradecimiento a nuestros compañeros jesuitas que cada día se gastan acompañando a los jóvenes y sus procesos vocacionales. Cuántas iniciativas que van impactando a esta nueva generación a través de las redes sociales, los encuentros grupales y los diálogos personales. Hay una nueva generación de jesuitas, que junto a religiosas y colaboradores, de manera creativa y entusiasta van trazando un camino lleno de esperanza para los jóvenes que andan con sed y muchas veces no lo saben. A ustedes, hermanos y colaboradores, los tenemos presente y les agradecemos su entrega y dedicación, pues son una de las razones por la cual se siente alegría y futuro en medio de estos pasillos de la CG.

 El propio Papa Francisco, en nuestro diálogo del lunes pasado nos invitó a seguir “escuchando con paciencia y creatividad a los jóvenes”. Él está convencido que las vocaciones existen y hay que ver cómo se cultivan. Nos invitó a ser creativos a la hora de presentar el seguimiento a Jesús y la Compañía, pues ahora tienen más fuerza las actividades misioneras y de tipo social que las reuniones semanales. Nos dijo con su tono inspirador y entusiasta: “escúchenlos y pónganlos a trabajar” .

Fuente y Foto: gc36.org

Carta de las Dos Conferencias

Las Conferencias Jesuitas de América Latina y de Canadá y Estados Unidos están dando pasos hacia una mayor integración. Los Presidentes de ambas han enviado una carta en la que dan cuenta de ciertos pasos a seguir para crecer en el trabajo conjunto.

Por Jorge Cela SJ (Presidente de la CPAL) y P. Timothy Kesicki SJ (Presidente de la Conferencia Canadá-Estados Unidos)

Queridos hermanos:

Han pasado cuatro meses desde que nos reunimos con el Padre General en San Salvador. Fue un buen encuentro en el que nos conocimos mejor y trabajamos juntos, antes de encontrarnos de nuevo en la Congregación General 36.

Formación

Reconociendo que los jesuitas nos formamos para la misión en la Compañía universal, le dedicamos un tiempo al futuro de la formación. En anticipación a la respuesta del Padre General a este estudio sobre la formación de los Jesuitas, nos sentimos preparados para hacer las siguientes recomendaciones:

  1. Que los delegados de formación de las dos Conferencias identifiquen las oportunidades para aprendizaje de lenguas. Algunas serán de inmersión corta en comunidades jesuitas y otras implicarán un estudio académico más largo.
  2.  Continuar enviando algunos jesuitas en formación a los Centros de Estudios de Posnoviciado y Teología de la otra Conferencia.
  3.  Explorar la posibilidad de casas de formación bilingües en cada Conferencia, aprendiendo de la experiencia de Canadá, que tiene Noviciado y Posnoviciado bilingües.

Migración

La presentación y reflexión sobre Migración fue iluminadora para ambas Conferencias. Los de JCU aprendimos sobre los diferentes flujos migratorios en América Latina, cruzando las fronteras hacia el Norte y cruzando las fronteras hacia el Sur. Los de CPAL conocimos el trabajo de los jesuitas de JCU en los centros de detención e intentando detener la deportación de personas indocumentadas. Reconocimos que esta es una prioridad apostólica de la Compañía y que la podemos desarrollar principalmente a través del Servicio Jesuita a Refugiados y el Servicio Jesuita a Migrantes.

Exploramos formas de mayor colaboración en esta misión. Nuestro próximo paso será formar una pequeña comisión de los dos delegados para el Apostolado Social y otros dos representantes de cada Conferencia con cierta experiencia en trabajo con migrantes y refugiados. A partir de la Congregación General 36 puede haber un trabajo más definido y mejor articulado para esta Comisión.

Fe y Alegría

Los Provinciales de la JCU escuchamos el enfático apoyo al trabajo de Fe y Alegría y una serie de Recomendaciones. Los Provinciales de la JCU reconocen el valor de la Federación Internacional de Fe y Alegría para los pueblos de América Latina y África y reconocen la importancia que tiene este apostolado en las Provincias de la CPAL. Los Provinciales de ambas Conferencias también afirmaron el importante trabajo de MagisAmerica, que fue establecido en 2010 para incrementar y profundizar la colaboración a favor de la misión de la Compañía de Jesús en las Américas, incluyendo la recaudación de fondos para Fe y Alegría en los Estados Unidos.

Los Provinciales de ambas Conferencias comparten muchos de los objetivos que fueron señalados en la propuesta de Fe y Alegría, incluyendo la educación para la ciudadanía global, la incidencia por una educación de calidad para todos y todas, y la promoción de intercambios entre nuestras instituciones educativas. Para impulsar estos objetivos los Provinciales proponemos:

  1. Pedir a los Delegados del Sector Social de ambas Conferencias, en cooperación con el Consejo de Magis-America y otros que consideren convenientes, formar un grupo de trabajo para ver cómo Magis-America puede adaptarse para servir mejor a la misión de Fe y Alegría;
  2.  Reconocen que Fe y Alegría es una obra importante de la Compañía de Jesús, que aunque no figura en las prioridades de nuestras Conferencias, los Provinciales de JCU se sienten comprometidos a conocerla mejor;
  3.  Acuerdan solicitar a la Jesuit Schools Network que invite Carlos Fritzen, S.J. (BRA), Director de Fe y Alegría, y a su asistente Luis Arancibia (quien fuera Director Adjunto de Entreculturas) a la próxima reunión de Presidentes y Consejos de la Jesuit Schools Network (JSN). Los Provinciales piensan que será una buena oportunidad para que el Coordinador de Fe y Alegría presente a la JSN la misión de Fe y Alegría y explore las oportunidades para una mayor colaboración entre las dos organizaciones.

Panamazonía

Conocimos el compromiso de la CPAL con la región Panamazónica y cómo esto ayuda a la Conferencia a asumir el tema de la justicia y la ecología. Hay mucho interés en relacionar el tema de la Panamazonía con el trabajo de investigación y las Universidades en la JCU en vistas a garantizar el compromiso de nuestras instituciones con el medio ambiente.

Recomendamos que la JCU Policy Office, que se encarga del trabajo ecológico, trabaje más de cerca con el Proyecto Panamazónico.

Una Conferencia de las Américas Discutimos el documento “Una Conferencia para las Américas” que presentaron Jorge Cela y Tim Kesicki a raíz de la creación de la Conferencia Jesuita de Canadá y Estados Unidos. De la discusión surgieron muchas ideas interesantes y llegamos a un claro consenso de que era demasiado prematuro considerar la formación de una sola Conferencia. Resaltamos las siguientes preocupaciones:

  1. La Congregación General 36 probablemente definirá la naturaleza, jurisdicción responsabilidades de una Conferencia. Necesitamos esperar los resultados de la Congregación antes de proponer cambios significativos.
  2.  La JCU está aún en el proceso de pasar de 9 a 5 Provincias y aún no está claro cuánto tiempo permanecerá la CPAL con 12 Provincias. Es mejor dirigir nuestros esfuerzos a la consolidación de las nuevas Provincias emergentes antes de determinar el tamaño de una nueva Conferencia.
  3.  Necesitamos fortalecer la colaboración entre las dos Conferencias para poder ver las futuras oportunidades y limitaciones que pueda tener una sola Conferencia de las Américas.

El Futuro del Caribe

Durante nuestra reunión el grupo del Proyecto Caribe se reunió con el Padre General. El buen trabajo del Proyecto Caribe continuará y nosotros aceptamos las siguientes recomendaciones de los Superiores del Caribe:

  1.  Que las dos Conferencia creen un equipo para estudiar el Caribe;
  2.  Que ambas Conferencias desarrollen políticas compartidas sobre el Caribe y refuercen el Proyecto Caribe como una iniciativa de ambas Conferencias;
  3.  Que los Provinciales que tienen comunidades en el Caribe, junto con el Presidente de JCU (o sus delegados) participen en las reuniones del Proyecto Caribe;
  4.  Que las dos Conferencias busquen oportunidades de colaborar para apoyar la formación de jesuitas en la región del Caribe.
  5.  Reconocemos la primacía de la Congregación General sobre estos compromisos. Creemos que es importante para nosotros discutir estos temas durante nuestro tiempo juntos en Roma. Esperamos que podamos salir de la Congregación listos y entusiasmados para continuar el trabajo comenzado en San Salvador.

Fuente: cpalsj.org

Francisco se Encuentra con la CG36

Es una tradición muy establecida que con ocasión de las Congregaciones Generales se tenga un encuentro de los delegados con el Santo Padre.

La mayoría de las veces se ha tenido el encuentro en el marco de una audiencia en el Vaticano, aunque ya en alguna ocasión el Papa ha escogido realizar el encuentro con los jesuitas reunidos en Congregación General en la curia de la Compañía. Así, hoy lunes 24 de octubre, en la Mañana, el Papa Francisco ha arribado discretamente a la curia, recibido por el Padre General, Arturo Sosa y el superior de la comunidad de la Curia, el P. Joaquín Barrero.

 Tras acompañarle hasta el aula y el Papa ha participado en la oración de la mañana con los delegados. El tema de la oración fue escogido para la ocasión: el buen pastor. La reflexión ha hecho referencia al P. Franz van de Lugt, pastor de los suyos en Homs, Siria, asesinado por la locura de la guerra. Los miembros de la Congregación han querido orar por el Papa Francisco, como él mismo lo pide con frecuencia a todas las personas con quienes se encuentra.

El Papa Francisco ha hablado a la Congregación General con un discurso dirigido a la Compañía de Jesús que entusiasma y que orienta. Ha dado una buena idea de la manera como entrevé el servicio a la Iglesia y al mundo que la Compañía de Jesús puede ofrecer, de manera pertinente, en conexión con su propio ministerio. Toda su intervención ha estado marcada por una apertura hacia el futuro, por una llamada a ir más lejos, un soporte para el “caminar”, el modo de marchar que les permite a los jesuitas ir al encuentro de los otros y acompañarlos en su propio caminar.

 Como introducción, citando a San Ignacio, el Papa ha recordado que el jesuita está llamado a vivir en camino “a todas partes del mundo donde se espera un gran servicio de Dios y ayuda de las almas”. Por esto, justamente, los jesuitas deben avanzar sacando provecho de las situaciones en las que se encuentran, siempre para servir más y mejor. Esto implica una manera de obrar que busca la armonía en los contextos de tensiones que son normales en un mundo donde hay diversidad de personas y de misiones. El Papa ha mencionado explícitamente las tensiones entre contemplación y acción, entre fe y justicia, entre carisma e institución, entre comunidad y misión.

 El Santo Padre ha desarrollado tres formas de caminar para la Compañía;

La primera es la de “pedir insistentemente la consolación”. Lo propio de la compañía es el saber consolar, llevar la consolación y la verdadera alegría; los jesuitas deben colocarse al servicio de la alegría porque la Buena Nueva no se puede proclamar en la tristeza.

A continuación, Francisco nos invita a dejarnos conmover por el Señor puesto en cruz” Los jesuitas deben ser cercanos a la gran mayoría de hombres y mujeres que sufren y, en este contexto, ser agentes de la misericordia. El Papa ha subrayado ciertos elementos que ya había tenido ocasión de presentar a lo largo del año de la misericordia. Nosotros que hemos asido tocados por la misericordia debemos sentirnos enviados para presentar, de manera eficaz añade él, esta misma misericordia.

Finalmente, el santo Padre nos ha invitado a avanzar siendo movidos por el “buen espíritu”. Esto implica discernir –más que simplemente reflexionar- cómo estar en comunión con la Iglesia. Los jesuitas no debemos ser “clericalistas” sino “eclesiales”. Somos “hombres para los demás” que vivimos en medio de todos los pueblos, buscando tocar el corazón de cada persona, contribuyendo así a constituir una Iglesia donde todos tengan su lugar, donde el evangelio se inculture y donde cada cultura sea evangelizada.

 Las tres últimas palabras del discurso del Papa se refieren a las gracias que todo jesuita y que la Compañía en su conjunto deben siempre pedir: la consolación, la compasión y el discernimiento.

Fuente: gc36.org

 

La Vocación Jesuita en el Mundo de Hoy

¿En qué consiste la vocación jesuita? ¿Por qué tiene sentido hoy consagrar la vida a Dios en la Compañía de Jesús? El Padre Jorge Costadoat, SJ ofrece nuevas miradas y reflexiones sobre ésta y muchas otras preguntas relacionadas con la vocación a la Compañía de Jesús en su libro “La vocación jesuita en el mundo de hoy”.

El libro fue publicado originalmente el año 1997. Hace poco, fue revisado y rediseñado para atender más adecuadamente al contexto actual de la Compañía, de nuestra Iglesia y del mundo.

La vocación jesuita en el mundo de hoy

“Hace más de 450 años que los jesuitas procuramos lo que nuestra Iglesia llama la “salvación del mundo” ¿Qué éxito hemos tenido? Que lo digan otros, que lo diga el Señor el día de su retomo. Problemas sí hemos tenido, calumnias, destierros, supresiones, martirio. Si creemos que Jesús nos ha llamado a su Compañía, si nuestra pasión es imitarlo a él y discernir y cumplir sus deseos, no nos sorprende que nos maltraten ni nos intimida. Aunque presumidos a veces y muchas equivocados, Jesús nos reúne incesantemente para compartir con él su misma misión, nos perdona y nos convierte en trabajadores del perdón y reconciliación entre los hombres. Él tiene la iniciativa. Es imposible, pues, “venderla pomada” de la vocación religiosa jesuita. Esta depende en primer lugar de Jesucristo. Es su problema. Depende, además, de la decisión de ése que Jesús quiere para su Compañía y a quien Jesús da la fuerza, la alegría y la paz que confirman que se trata de su santa voluntad, y no de la propia imaginación.

Pero me toca a mí, como jesuita, explicar por qué no considero insensato ser lo que soy y hablar de esta posibilidad a otros para que se enteren, y no se equivoquen, en qué consiste. Contra cualquier previsión de la sensibilidad común, sé que en la Compañía de Jesús es posible ser muy feliz.”

Si quieres leer el texto completo puedes descargarlo aquí.

 *El Padre Jorge Costadoat es el Director del Centro Teológico Manuel Larraín. Se ha desempeñado como Coordinador de la Comisión Teológica de la Compañía de Jesús en América Latina (2005-2012).

Discernir con los Jóvenes Cuál es Nuestro Camino Común

En su discurso durante su visita a la Congregación General 36, el Papa Francisco hizo énfasis en el trabajo con los jóvenes y la necesidad de prestar especial atención a sus necesidades y reclamos. En estos días de reflexión, oración y debate, los jesuitas hacen eco de esta invitación. 

por Nicolas Standaert, SJ

La tercera parte del discurso del Papa Francisco se centró en “hacer el bien de buen espíritu, sintiendo con la Iglesia”, prestando una atención especial al “discernimiento”. El discernimiento es un camino en el que se intenta descubrir el modo en que el Espíritu está trabajando, cómo Dios actúa, cómo el Amor se encarna en nuestra vida y en el mundo. Mediante este proceso una persona o un grupo disciernen con sutileza las diferentes mociones y motivaciones que les mueven a realizar acciones concretas y que les lleva a actuar para mayor alegría de Dios. El mensaje del Papa anima a los jesuitas a pensar cómo utilizar de modo más efectivo este camino aplicándolo a nuestro modo de funcionar. Además, su mensaje señala el regalo que significa el discernimiento ignaciano para toda la familia ignaciana, para la Iglesia y para la sociedad.

 ¿Cómo podemos hacer de esta invitación una acción concreta? Como un ejemplo real, me he inspirado del tema del próximo Sínodo de Obispos en 2018, que fue anunciado durante la primera semana de la Congregación General, a comienzos de octubre. Su título es “los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, y el texto oficial dice que “su propósito es acompañar a los jóvenes en su camino existencial hacia la madurez para que, mediante un proceso de discernimiento, descubran su proyecto de vida y lo realicen con alegría abriéndose al encuentro con Dios y con los demás seres humanos y participando activamente en la edificación de la Iglesia y de la sociedad»

 En pocas palabras, esta descripción coincide con muchos de lo que señalaba el papa Francisco en su discurso a los jesuitas: el hecho de que no sólo los jóvenes sino todos estamos en un camino, que estamos todos llamados a descubrir nuestro plan de vida y que estamos invitados a llevarlo a cabo con alegría; que este descubrimiento ocurre dentro de un proceso de discernimiento, que en nuestros encuentros con otros seres humanos podemos vislumbrar el Amor de Dios, y que vivimos ese desafío de dar un expresión concreta de ese Amor cuando construimos comunidades cristianas y, en general, una sociedad más compasiva.

 Acompañar a los jóvenes en su camino a través del discernimiento aparece como una misión renovada para “hacer el bien de buen espíritu, sintiendo con la Iglesia” para la Compañía de Jesús y para la familia ignaciana. Además de la larga tradición de trabajo en la educación, la presencia entre tantos jóvenes en todo el mundo hace que esta llamada sea aun más atractiva. Desde luego, no faltan auténticos desafíos: por ejemplo, ¿cómo podemos traducir las reglas de discernimiento a un lenguaje que sea accesible para los jóvenes de hoy, teniendo en cuenta su diversidad de culturas? Para responder a cuestiones como estas necesitamos tanto del contacto local como de un compartir universal de buenas prácticas.

 Pero algo más es necesario acompañar” no consiste en una vía de única dirección sino que precisa de reciprocidad. El papa Francisco ha insistido en que tenemos también que “escuchar a los jóvenes”. Haciéndolo podremos discernir con ellos en nuestro camino común.

Fuente: gc36.org

A. Peraza SJ sobre el P. General: «Me enseñó a mirar a Dios en los ojos de los pobres»

Después de responder a las preguntas de sus compañeros en la confidencialidad de las ‘murmuratio’, el actual Provincial de Venezuela, Arturo Peraza SJ, responde a la pregunta de quién es Arturo Sosa SJ, flamante Superior General de los Jesuitas, con quien ha tenido una relación muy cercana.

Por Arturo Peraza SJ (VEN) Provincial

Hoy puedo contar que durante cuatro días muchos compañeros me hicieron una y otra vez, de formas distintas esta pregunta ¿Quién es Arturo Sosa? Nunca había tenido que hablar tantas veces y particularmente tantas veces en inglés sobre una persona. Se trataba de repeticiones de una historia personal que en la medida que se repetía iba trayendo más recuerdos y a la vez una serena certeza interior de que realmente era alguien a quien yo veía como General.

Mientras yo estaba en el noviciado y en filosofía era un jesuita admirado por su capacidad. Era ya en ese tiempo una persona que tenía resonancia en los medios venezolanos. Fue nuestro profesor en la filosofía política, cercano y bastante exigente. Al segundo año de mi magisterio (período en el cual los jesuitas nos integramos a la vida apostólica de la Compañía y en algunos casos como el mío también se realizan estudios especiales, en mi caso derecho) me envían a la comunidad Manuel Aguirre y pasa Arturo a ser mi acompañante espiritual por cuatro años. Esta experiencia marcó una fuerte cercanía que me permitió conocer la hondura espiritual de mi tocayo. Me vienen a la mente las celebraciones comunitarias en las cuales compartimos la Palabra y nuestras experiencias, en una comunidad conformada por cinco o seis miembros. En ellas Arturo explayaba su cercana relación con Dios como papá (incluso usar el término papito), como misericordioso y como Dios de la historia de nuestro pueblo que nos invita a leer los signos de los tiempos en la vida de nuestra gente. Me viene a la mente sus misas de domingo en el templo de la Pastora donde toda la comunidad también compartía la homilía para que al final Sosa concluyera con una suerte de síntesis y aportes personales.

Me enseñó a mirar a Dios en los ojos de los pobres, en la seriedad de los análisis para comprender la realidad que nos rodeaba, para mirar en la historia del país un modo de entender nuestro presente y los caminos de futuro. El analista Arturo puede ser leído superficialmente en sus escritos desde el ejercicio fenomenológico de descripción de la realidad y de propuestas, pero quien lo conoce sabe que hay mucho más. Debajo del texto hay un deseo de buscar y encontrar signos de la invitación de Dios en este tiempo, lecturas de los caminos que van ahondando en los seres humanos en su trascendencia, así como busca la misma trascendencia de la historia que vivimos. Yo diría me enseñó qué significa una fe encarnada.

Esta fe encarnada se puede encontrar en sus escritos y en su seriedad intelectual, pero aún más se puede encontrar en su modo de cercanía con todos, especialmente la gente más sencilla. En la Pastora los pobres viven en las quebradas y allá abría un camino de compromiso. Nuestra casa era un lugar de puertas abiertas a la comunidad popular que nos rodeaba, a la gente de las quebradas, en especial a los jóvenes del sector. Muchos eran amigos de Arturo. Por eso él no hablaba desde los libros simplemente, sino desde el corazón de esa gente que nos rodeaba. Luego será en la frontera venezolana, pero es una historia que describiré un poco más adelante.

Cuando concluí mis estudios de derecho y por lo tanto mis experiencias de maestrillo, me encuentro que no sólo me mudo yo, sino que se muda también mi tocayo, pero él como mi superior del teologado. Un año me acompañará en ese proceso, pero pronto llegará el anuncio de que se le hacía Provincial de Venezuela. Era el año de 1996. Durará como Provincial hasta el año 2004. En este tiempo le regala a la Provincia el proceso de discernimiento que nos permitió construir el aún vigente Plan Apostólico de la Provincia de Venezuela. Un plan de visión para 20 años. La verdad es que resulta algo insólito que en un país como Venezuela en donde todo parece cambiar constantemente, nosotros hayamos podido conducirnos por un plan en el que nos reconocemos con facilidad todo este tiempo. Sus opciones nos siguen pareciendo clarificadoras y en especial la voluntad de trabajar en colaboración con otros y otras, que consideremos el sujeto apostólico de la Provincia (laicos y jesuitas), amén de la necesidad de trabajar en red. En él es claro la voluntad de colaborar en la constitución de organizaciones populares y civiles autónomas que puedan ser sujeto del proceso político, social y económico venezolano (tarea que hoy en día es más compleja que cuando comenzamos), entregar los ejercicios como don recibido y promover el fortalecimiento de los laicos y los jóvenes como sujetos en nuestra Iglesia.

En ese plan es claro que deseamos comprometernos con los pobres de nuestro país y un tema que aparece es la frontera. Se trataba de una novedad en ese tiempo. Teníamos presencia en el Alto Apure (Guasdualito, El Nula, La Victoria, El Amparo y Ciudad Sucre) Se asumió el reto del trabajo en la frontera como un trabajo de frontera humana, apostólica y social. La realidad de refugiados, la presencia de grupos irregulares de distinto signo, el comercio legal y no tan legal, especialmente de la gasolina, la realidad campesina y otros elementos se constituyeron en un llamado para la Provincia toda (Parroquia, Fe y Alegría, SJR y otros). Arturo al final de su provincialato es destinado a la Universidad Católica del Táchira (en la frontera) y asume el propósito de hacer de ésta una Universidad de frontera en frontera.

Conocí a un Arturo en una de sus mejores facetas de creatividad e integración. Recibió una Universidad de aproximadamente 4.000 estudiantes y la trasformó en una Universidad de 9.000 estudiantes, lo que implicó hacer un nuevo campus en el contexto de una Venezuela donde ya había claros signos de crisis para los sectores productivos, encubierta por la riqueza petrolera. Recibió una Universidad que era una buena escuela, pero que sólo se miraba a sí misma, y la abrió a toda la realidad de la frontera en términos de relacionarla con las comunidades vecinas, con la diócesis, con nuestras parroquias de frontera, con las escuelas de Fe y Alegría en la zona, con la realidad de refugiados, con el mundo campesino pobre, etc. Una relación que pasaba por la investigación y la publicación de datos sobre la zona, hasta el compromiso directo con acciones tendientes al cambio. Fue un camino que hizo con toda la comunidad jesuítica que lo acompañaba en la zona y con muchos laicos y laicas que de múltiples formas se sumaron en ese sueño.

De ese camino brotó en un encuentro, en el que yo participo como recién nombrado Provincial, el nacimiento de la Red Apostólica Interprovincial Fronteriza (RAIF). Una vinculación entre las provincias de Venezuela y Colombia para abordar nuestra frontera común en términos de evangelización encarnada que quiere reconocer la subjetualidad propia de quienes habitan en nuestra frontera. Arturo, a pesar de sus múltiples obligaciones (entre las que cabe destacar el ser consejero del P. General Adolfo Nicolás, Rector, Superior de la comunidad), asume la responsabilidad de animar esta red. Y como había hecho antaño con la Provincia, convoca a los diversos agentes pastorales de ambos lados de la frontera para soñar un camino que nos vinculará, considerando especialmente que durante ese tiempo se dio una particular agria relación entre el mandatario de Venezuela en ese entonces (Hugo Chávez Frías) y el de Colombia (Álvaro Uribe).

Pero no quiero olvidar quizás un detalle más humano. Mientras todo esto ocurría, en la comunidad Pedro Fabro (así se llama la comunidad de la Universidad de la cual era superior Arturo) vivía un jesuita mayor que había sido un excelente profesor de teología especialmente en el área de cristología: José Cruz Ayestarán. Lamentablemente tenía la cabeza algo perdida, pero en vez de enviarlo a nuestra enfermería, Arturo asumió el compromiso, mientras fuera posible, de acompañarlo y tenerlo en la comunidad. Todos los días preparaba las pastillas que debía tomar y se aseguraba que se las había tomado, sabía llevar con buen humor algunas impertinencias, que la condición de este compañero producía, y preocuparse con los demás de hacerlo sentir en casa. Igual Arturo era cercano a los estudiantes de la Universidad, a la gente de nuestras parroquias de El Nula, Ciudad Sucre, Guasdualito y sus caseríos, a los laicos de los equipos de Fe y Alegría. Era su modo de expresar ese Dios papá, misericordioso y comprometido.

Me costó aceptar (aunque nada podía hacer) que el General (que ya lo había defendido en dos ocasiones anteriores de cargos internacionales) se lo llevara para Roma a dirigir las casas internacionales. Era claro que era una de nuestras expresas prioridades según la CG 35 y Arturo como buen jesuita simplemente asumió. Entre otras cosas debo decir que le tocó dejar a su mamá, que ya para ese momento (2014) tenía 90 años. Siempre que había consejo nacional de rectores él aprovechaba y la visitaba, pero esas visitas ahora se distanciaron a una vez al año, y al Skype. Quiero reconocer a Margarita Abascal de Sosa lo que ella también ha hecho, que es mucho.

Y en esos cuatro días narré una y otra anécdota, tratando de trasmitir una experiencia y junto con mi hermano Johnny Veramendi quien tiene mucho que contar, tratamos de forma honesta de contestar eso que nos preguntaban: ¿Quién es Arturo Sosa?

Fuente: gc36

Primer Encuentro con la Prensa del Nuevo Padre General

Apenas un par de días después de su elección, el P. Arturo Sosa ha recibido a unos 70 periodistas en el aula de la Congregación General, su bautismo de fuego mediático como Superior General de la Compañía de Jesús. Le ha presentado el P. Federico Lombardi, quien ha mencionado que el nuevo General había sido miembro de la Congregación General 33, en 1983, en la que fue el delegado más joven. El P. Lombardi ha destacado las buenas relaciones que mantenía el actual General con su antecesor, el P. Nicolás, así como ha indicado que el P. Sosa es, efectivamente, el primer General de los jesuitas que no ha nacido en Europa.

Ver Conferencia de Prensa 

En sus notas introductorias, el nuevo General ha afirmado que se encuentra en paz, incluso cuando no se esperaba ser elegido; que confiaba en Dios y que estaba dispuesto a servir a la Compañía de Jesús y a la Iglesia en su nuevo papel. También ha subrayado un gran reconocimiento hacia su predecesor, el P. Adolfo Nicolás, quien se había entregado por completo a su tarea. También ha añadido que el anterior General volvería a trabajar en la misión que le confiara su superior, como todo jesuita al dejar cualquier responsabilidad.

Finalmente, el P. Sosa insistió claramente en que no esperaba que la Congregación en curso cambie ahora las orientaciones dadas por la Compañía en las últimas décadas, o sea, el servicio de la fe con la promoción de la justicia. Por lo demás, se siente la necesidad de dar con los mejores y más eficaces medios para llevarlo hoy a la práctica, en un mundo diverso y multicultural, y en un contexto que demanda todo tipo de colaboración.

La Conferencia de prensa duró unos 40 minutos a lo largo de los que, periodistas representantes de diversos países, entre ellos España, Chile, Argentina, Francia, Estados Unidos e Italia (por supuesto), le han hecho preguntas respecto de los más diversos temas.

Entre ellas: ¿qué tendría que decir el General sobre la situación de su país, esto es, Venezuela? El P. Sosa ha reconocido que había pasado una gran parte de su carrera académica en el estudio y comentario sobre la vida política de Venezuela. Ha explicado brevemente que un país que no vive sino de los dividendos de un único recurso natural, en un sistema enteramente gestionado por el gobierno, no podía vivir fácilmente una verdadera democracia. Además, ha insistido en el hecho de que, una gran parte de la población espera que se tiendan puentes entre todos, de modo que un diálogo real permita la construcción de un futuro provechoso para todos.

Algunas preguntas tuvieron que ver con el Papa Francisco, sus eventuales relaciones, además de la vinculación entre el Papa y los jesuitas, puesto que estos tienen voto de servirle. También se preguntó al General si le gusta que se le identifique como “Papa negro”. A lo cual, respondió: “¡Claro que no!”. En cambio, ha explicado que, desde la fundación de la Compañía de Jesús, los jesuitas han querido responder a las peticiones del Papa para servir allí donde se les necesitara, puesto que creen que, en tanto que pastor universal, el Papa tienen una visión universal de las necesidades. El P. Sosa también ha mencionado que había visto al Papa actual varias veces: en primer lugar, en la Congregación General 33, luego en el contexto de su trabajo con los centros sociales en América Latina -fue en Argentina-, y más recientemente en el marco de sus responsabilidades como Delegado del General para las obras y las casas internacionales romanas. Sus encuentros siempre han sido agradables y fructíferos.

También se ha interrogado al P. General sobre el modo de su elección, sobre las razones de la renuncia de su predecesor y sobre el hecho de su cargo vitalicio. A su vez, se le han preguntado cuáles son sus prioridades y cuáles los principales desafíos a los que se enfrentan los jesuitas. Para cada respuesta, ha podido aclarar en público el sentido de su ministerio y el compromiso de los jesuitas para contribuir, humildemente, y por su vinculación con Jesús, a la construcción de un mundo que dé prioridad a cada ser humano.

Fuente y Fotografía: cg36.org

 

¿Quién es el nuevo Superior General de los Jesuitas?

La 36ª Congregación General de la Compañía de Jesús ha elegido al Padre Arturo Sosa Abascal, SJ de la Provincia de Venezuela, como nuevo Superior General.

El P. Arturo Sosa nació en Caracas (Venezuela) el 12 de noviembre de 1948. Es delegado para la Curia y las casas y obras interprovinciales de la Compañía de Jesús en Roma, y es Consejero del Padre General. Es licenciado en Filosofía por la Universidad Católica Andrés Bello (1972) y doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Central de Venezuela. El P. Sosa habla español, italiano e inglés, y entiende el francés.

 En la Congregación General 35 celebrada en 2008 fue elegido por el Padre General Adolfo Nicolás como Consejero General. Y en 2014 se incorporó a la Curia de la Compañía de Jesús en Roma como delegado para la Curia y las casas y obras interprovinciales de la Compañía de Jesús en Roma. Se trata de instituciones que dependen directamente del Padre General de los Jesuitas y para las que nombra a un delegado. Entre ellas se encuentran, además de la Curia General, la Pontificia Universidad Gregoriana, el Pontificio Instituto Bíblico, el Pontificio Instituto Oriental, el Observatorio Vaticano, así como diversos Colegios Internacionales y Residencias.

 Entre 1996 y 2004 fue Superior Provincial de los Jesuitas en Venezuela. Anteriormente había sido coordinador del apostolado social en este país y director del Centro Gumilla, un centro de investigación y acción social de los jesuitas en Venezuela.

El P. Arturo Sosa cuenta con una larga trayectoria de dedicación a la docencia y la investigación. Ha desempeñados diversos cargos y funciones en el ámbito universitario. Ha sido profesor y miembro del Consejo Fundacional de la Universidad Católica Andrés Bello y Rector de la Universidad Católica del Táchira durante 10 años. Especialmente ha ejercido la investigación y la docencia en el campo de las ciencias políticas, en diferentes centros e instituciones, como la Cátedra de Teoría Política Contemporánea y la Cátedra de Cambio Social en Venezuela en la Escuela de Ciencias Sociales. Ha sido investigador en el Instituto de Estudios Políticos de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela y, en la misma universidad, profesor de la Escuela de Estudios Políticos en la Cátedra de Historia de la ideas Políticas de Venezuela. En 2004 fue profesor invitado por el Centro para Estudios de América Latina de Georgetown University, en Estados Unidos y fue profesor de la Cátedra de Pensamiento Político Venezolano de la Universidad Católica del Táchira. Ha publicado diferentes obras, especialmente sobre historia y política venezolana.

 Fuente gc36.org

 

San Francisco de Borja

Francisco de Borja nació en Gandía (Valencia), en 1510. Gran privado del emperador Carlos V y caballerizo de la emperatriz Isabel, vivió ejemplarmente en palacio. La vista del cadáver de la emperatriz lo impulsó a despreciar las vanidades de la corte. Fue virrey de Cataluña y duque de Gandía. Después de la muerte de su esposa, en 1546, que acabó de desligarlo del mundo, entró en la Compañía de Jesús, de la que llegó a ser superior general. Se distinguió, sobre todo, por su profunda humildad. Dio gran impulso a las misiones. Murió en Roma el 1 de octubre de 1572.

Fue canonizado en 1671.

La popular figura de Francisco de Borja (Gandía, 1510 – Roma, 1572) con una calavera en la mano ha sido durante generaciones el símbolo de la renuncia al mundo para abrazar el Evangelio. La determinación hacia Jesús lo desposeyó de su “escalada” (brillante carrera, tantísimas propiedades nobiliarias, un universo de posibilidades), para acercarse, incluso como General de la Compañía, cada vez más a dos modelos que lo cautivaban: la suavidad de Laínez y el juicio lúcido de Ignacio. Borja nos interpela hoy: ¿qué nombres cautivan también nuestra inspiración?

Fuente: Ser Jesuita

 

Canonización de José Gabriel del Rosario Brochero

El cura Brochero ya es santo, el primer santo auténticamente argentino. En un evento seguramente histórico, fue Francisco , un papa también argentino quien exactamente a las 10.32 (cinco horas menos en la Argentina ) leyó la fórmula en latín que elevó a Josephum Gabrielem del Rosario Brochero al máximo honor de los altares.

 Entonces, aplausos y vivas estallaron entre los más de 1000 argentinos presentes para la misa de canonización -la mayoría cordobeses como el «Cura gaucho»-, identificables con banderas albicelestes con figuras del nuevo santo y ubicados en el sector adyacente al denominado brazo de Carlo Magno. Desde allí, se podía ver de frente, colgado desde la logia central de la Basílica de San Pedro el tapiz con la imagen del Cura Brochero junto a su fiel mula Malacara. La imagen estaba junto a la de los otros seis beatos canonizados en la misma ceremonia: dos franceses, Salomon Leclercq (1745-1792) y Elisabeth Catez (1880-1910); dos italianos, Lodovico Pavoni (1784-1849) y Alfonso Maria Fusco; un español, Manuel González García (1877-1940); y un mártir mexicano, José Sánchez del Río (1913-1928).

 Antes de que el Papa los proclamara santos, con un tradicional rito en latín, el coro de la Capilla Sixtina entonó el Veni Creator Spiritus, que invoca la presencia del Espíritu Santo. Luego, el cardenal Angelo Amato, prefecto para la Congregación de las Causas de los Santos, leyó una breve biografía de cada uno, en italiano.

Nacido el 16 de marzo de 1840 en Santa Rosa de Río Primero, Córdoba , Brochero fue un «pastor con olor a oveja» comprometido con el anuncio del Evangelio y en la educación del pueblo, que divulgó la práctica de los ejercicios espirituales de San Ignacio. «Empeñado para favorecer el desarrollo del territorio, promovió la construcción de iglesias, capillas, escuelas rurales y caminos rurales», dijo Amato, que recordó que el «Cura Gaucho» murió ciego y leproso.

Después de que el coro entonara las letanías de los santos, con la fórmula ritual en latín el Papa proclamó santo a Brochero, el «cura gaucho» famoso por evangelizar a lomo de mula a la pobre gente de campo, compartiendo su vida con ellos y promoviendo su elevación humana y religiosa, convirtiéndolo en el primero 100% argentino. Si bien en noviembre de 1999, durante el mandato de Carlos Menem , Juan Pablo II canonizó a Héctor Valdivielso Sáez (1910-1934), que fue entonces considerado el «primer santo argentino», este hermano lasallano de familia española nació casualmente en Buenos Aires y vivió la mayor parte de su vida en España, donde murió como mártir.

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Concelebraban la misa de canonización tres cardenales argentinos venidos especialmente, Estanislao Karlic, Luis Villalba y el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli. Además, 37 obispos, entre los cuales el de Cruz del Eje, postulador de la causa y centenares de sacerdotes, muchos de Córdoba, patria del nuevo santo auténticamente argentino.

También estaban presentes Nicolás Flores Violino, el niño que inexplicablemente se salvó de un gravísimo accidente de tránsito gracias a un milagro por intercesión del Cura Brochero, que llevó las ofrendas. Entonces, el Papa lo abrazó cálidamente e intercambió unas palabras. Y Camila Brusotti, la niña sanjuanina que sin explicación científica logró recuperarse luego de ser salvajemente golpeada por su madre y su padrastro. Su abuela, Marina Bertaggia de Ríos, llevó una reliquia del nuevo santo -fragmentos de un dedo de la mano-, hasta el altar para que fuera venerada.

 En su homilía, que pronunció en italiano, el Papa no habló especialmente de ninguno de los flamantes nuevos santos, sino en general. Y habló del poder de la oración, central para que ellos adquirieran un corazón generoso y fiel. «Gracias a la oración, han orado con todas las fuerzas, han luchado y han vencido. Este es el estilo de vida espiritual que nos pide la Iglesia: no para vencer la guerra, sino para vencer la paz», dijo. También subrayó la importancia del apoyo del otro en el compromiso de la oración. «El cansancio es inevitable, y en ocasiones ya no podemos más, pero con la ayuda de los hermanos nuestra oración puede continuar, hasta que el Señor concluya su obra», afirmó.

Recordó que los santos son hombres y mujeres que entran hasta el fondo del misterio de la oración. «Hombres y mujeres que luchan con la oración, dejando al Espíritu Santo orar y luchar en ellos; luchan hasta el extremo, con todas sus fuerzas, y vencen, pero no solos: el Señor vence a través de ellos y con ellos», aseguró. «También estos siete testigos que hoy han sido canonizados, han combatido con la oración la buena batalla de la fe y del amor. Por ello han permanecido firmes en la fe con el corazón generoso y fiel», explicó. «Que, con su ejemplo y su intercesión, Dios nos conceda también a nosotros ser hombres y mujeres de oración; gritar día y noche a Dios, sin cansarnos; dejar que el Espíritu Santo ore en nosotros, y orar sosteniéndonos unos a otros para permanecer con los brazos levantados, hasta que triunfe la Misericordia Divina«, pidió, finalmente.

Fuente: lanacion.com

Imágenes: La Gaceta