El discernimiento que nos lleva a lo mejor

En el ciclo que anima la Pastoral vocacional de la diócesis de San Martín – Argentina, el padre Pablo Savoia, Damián Barneche y el sacerdote jesuita Emmanuel Sicre se refirieron al tema del discernimiento espiritual.

“El discernimiento no solo es saber elegir entre el bien y el mal, sino que es elegir lo mejor. Esto es un proceso y debería ser una actitud de vida”, afirmó Damián Berneche. Por su lado, el P. Pablo indicó que “la vida se va desarrollando entre lo bueno y lo mejor. ¿Y por dónde pasa lo mejor?  En lo que es mejor para mí. Para discernir me tengo que conectar con mis deseos, con lo que pasa en el mundo y también conectarme con la Palabra de Dios. El criterio fundamental de discernimiento teológico es la presencia de Cristo y de sus signos mesiánicos. Discernir de esta forma es ver lo que Dios ya está haciendo en el mundo y en mi vida”.

“Para discernir hay que hacer silencio y saber escuchar. Escuchar mis deseos, a Dios en su palabra, escuchar a lo que ocurre a mi alrededor. Tenemos que dar espacio para que Dios hable, debe haber silencio, hay que rezar, tener cultura de oración”, destacó Savoia. Y agregó Barneche: “El discernimiento no es algo cerrado, ni algo solo intelectual, debemos estar abiertos a una experiencia multisensorial, tanto física como espiritual”. Según los expositores, el discernimiento es experimentar todo y quedarse con lo mejor, buscar la voluntad de Dios, querer que nuestras elecciones se ubiquen entre la Palabra de Dios y la historia humana. También es una danza de deseos, entre mis profundos deseos y el deseo de Dios. Y es un don, una gracia que hay que pedir siempre y un proceso constante de búsqueda y escucha. No se trata de preguntar lo que debo hacer, no es obra exclusiva de la persona, no es tarea sólo intelectual, sino también espiritual y sensorial, no es elegir entre lo bueno y lo malo, sino distinguir grises y matices.

En cuanto a las condiciones para el discernimiento está la capacidad de silencio y escucha en la oración y tener con quien confrontar a través de un acompañamiento espiritual. También se presentan obstáculos, como no darnos tiempo para escuchar, tener ansiedad o no conocernos debidamente. Finalmente, el padre Emmanuel Sicre SJ desde la comunidad del colegio de la Inmaculada de Santa Fe, dijo: “Tenemos que saber dónde estamos parados. San Ignacio dice que tenemos que ver cuál es nuestro estado espiritual, si estamos consolados o desolados. Y está bueno que objetivemos esto con un acompañante espiritual. Yo elegí a la Compañía de Jesús porque me enamoró el modo en que esta congregación sigue a Jesús: somos como monjes viviendo en el mundo”.

Fuente: radiomaria.org

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