I Encuentro de la Provincia de España

El pasado día 31 de marzo comenzaron las jornadas de trabajo del Primer Encuentro de Provincia de España, un acontecimiento que desde la llegada de los 170 participantes a Loyola el jueves, ha sido ocasión para reconocernos y sentirnos un cuerpo apostólico.

Dejamos a continuación el resumen de cada una de las jornadas de este acontecimiento en el Santuario de Loyola donde se ha propiciado una gran paso que “permanecerá en la memoria creyente de cada uno de nosotros”.

Una provincia llamada a las Fronteras

El primer día estuvo dedicado a contemplar las fronteras de nuestra sociedad, celebrar la labor que en ellas hacemos y discernir las que sentimos como llamadas. Este día sirvió como instancia para reconocernos, sentirnos cuerpo apostólico y contemplar las múltiples y diversas fronteras en las que trabajamos a través de obras, proyectos, comunidades y personas.

Una fe que Transforma Nuestras Vidas

El segundo día del Encuentro de Provincia estuvo dedicado a la llamada a renovar el servicio de la fe. Las reuniones dejaron numerosos subrayados: la necesidad de cuidar la formación, el acompañamiento, la pastoral en todas las etapas, transformar lenguajes y métodos, alimentar comunidades apasionadas… Sobre todo se reclamó testimoniar la fe a través de nuestras vidas. Lo advirtió ya al principio de la mañana Xavier Quinzá SJ: el seguimiento de Jesús ha de transformar nuestras vidas. Alguien lo expresaba de manera más campechana por la tarde: la mejor manera de dar de beber a un caballo que no tiene sed es ponerle al lado un caballo que bebe con ganas.

Cuerpo de Misión y el Resucitado

Conclusión del primer Encuentro de Provincia de España celebrado en el santuario de Loyola. La experiencia constituye una fuerte invitación a caminar juntos, con la misión de hacer carne la esperanza de Jesús. Siguiendo con el programa del encuentro, la mañana del último día estuvo dedicada a la llamada a cuidar el ser jesuita. Decía Enric Puiggròs SJ que la condición de jesuita significa, ante todo, un sentido de vida que da el Señor y que descubrimos en los ejercicios a los pies de la cruz. A lo largo de la mañana todos pudimos contemplar esas palabras encarnadas en los testimonios de diversos jesuitas. El diálogo permitió perfilar lo que la Provincia, en sus diversos ámbitos, sueña sobre la especificidad de la vocación jesuita y su misión.

Concluidas las sesiones de trabajo fue momento de agradecer todo lo recibido. El coordinador del encuentro Alberto Ares SJ recogió el sentir de los presentes dando gracias al Señor por ser llamados y enviados. Un envío que, como dice el papa Francisco, es envío a salir a las calles: Somos hijos de un peregrino cuyo hogar es el mundo.

Info SJ

 

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