La realidad es superior a la idea ¿vuelve a ser realista el pensamiento contemporáneo?

Gaetano Piccolo, SJ.

La exhortación Evangelii gaudium advierte ante todo del riesgo de separar la realidad de la idea, refugiándose en el reino de la sola palabra, de la imagen, del sofisma. La afirmación del papa Francisco, según la cual la realidad solo es, mientras que la idea se elabora, parece acertar en el corazón del debate contemporáneo, donde el regreso al realismo, sobre todo en el contexto europeo, se presenta como un acto de acusación frente a una filosofía que absolutizaba el primado de una elaboración conceptual: el mundo no existe en absoluto, decía Richard Rorty, ni podemos pensar que nuestro lenguaje y nuestro pensamiento reflejen la realidad [3].

Por tanto, si la realidad es superior a la idea, entonces nuestros proyectos no pueden ser meramente formales, ni desencantados, ni ideológicos, ni antihistóricos. La idea separada de la realidad corre el peligro de ser manipulativa, es decir, de ocultar la realidad solo para los propios objetivos, como ya recordaba Platón en el Gorgias[4]: la idea, cuando está separada de la realidad, opera como la cosmética, cubre el rostro verdadero de la persona. El cuerpo real, advertía Platón, se mantiene en forma mediante el ejercicio físico. De otro modo solo puede aspirar a una belleza ficticia a través del uso de productos cosméticos. En otras palabras, a veces la idea pretende manipular la realidad, ostentar descripciones fascinantes, razonamientos persuasivos, pero que resultan artificiales y desencarnados. Nuestros razonamientos pueden ser también lógicos y claros, pero eso no implica que lleguen a implicar o a mover la realidad. En lo concreto, la política está continuamente expuesta a este peligro.

La elección del punto de partida revela ser fundamental: es la realidad la que pide ser iluminada con la inteligencia; por el contrario, no siempre nuestras ideas pueden encontrar una correspondencia y aplicación en la realidad. La realidad se deja encontrar y conocer, la idea no siempre acepta ser verificada y modificada por la realidad.

La palabra que ilumina la vida de la Iglesia es siempre una palabra encarnada. Jesucristo ha tomado un cuerpo. Este Jesús es el criterio de nuestro actuar

Extracto de https://www.laciviltacattolica.es/2021/07/30/la-realidad-es-superior-a-la-idea/

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