Un cuerpo ‘convocado’ – Hacia la CG 36

Al convocar la Congregación General 36 (CG36), el P. Alonso Nicolás no sólo hace un llamado a los jesuitas sino a la Compañía de Jesús como cuerpo, para orar, discernir y ofrecerse como ‘colaboradores de la misión de Cristo’.

Esta invitación se vuelve concreta en la propuesta que el mismo P. General hizo en 2014: “Meditando la llamada del Rey Eterno, ¿cuáles parecen ser, según nuestro discernimiento, las tres llamadas más importantes que el Señor dirige hoy a toda la Compañía?”.

La respuesta se espera de un cuerpo que, en su diversidad, recorre el camino de los Ejercicios Espirituales y quiere plasmar esta espiritualidad en su ‘modo de proceder’. Que se reconoce ‘pecador perdonado’ y convocado a militar ‘bajo la bandera de la cruz’, haciendo ofrecimiento de sí, para seguir Su divina voluntad.

Yendo un poco más allá, podríamos decir que la CG36 no será sólo la reunión de un ‘cuerpo congregado’ –la representación de padres y hermanos, que se reunirán en Roma a partir del 2 de octubre- sino que es una llamada al ‘cuerpo convocado’ de un colectivo más extenso.

El ‘cuerpo’ que integramos jesuitas y colaboradores laicos de nuestras residencias y obras. Junto con los miembros de distintas congregaciones de espiritualidad ignaciana, movimientos, asociaciones y grupos que comparten este espíritu.

En orden a acompañar esta invitación es que invitamos a todos a compartir esta oración, en busca de una mayor claridad y confirmación del discernimiento de quienes corresponde ser ‘congregados’. De modo que la respuesta sea enriquecida y acompañada por la búsqueda de una claridad mayor.

La llamada ‘Meditación del Reino’, que enlaza la Primera Semana con los Ejercicios completos, tiene una función determinante: el Ofrecimiento de todo nuestro ser, a quien reconocemos como Rey y Señor. Pedimos ‘no ser sordos… sino prestos y diligentes’ para asumir una tarea concreta que requiere de todas las facultades para el trabajo.

En sintonía con esta disposición, quienes participarán de la CG36 como congregados por América Latina, compartieron una propuesta de oración con las Provincias jesuíticas de la Región. La proponen como ‘Ruta Espiritual Ignaciana’, hacia la CG36.

Ellos mismos reconocen: “Necesitamos sentirnos todos bajo el mismo soplo y el mismo espíritu que actúa y actuará en los próximos congregados. Por eso deseamos invitarles a iniciar juntos un camino de preparación espiritual hacia la CG 36. Quisiéramos propiciar en todas las Provincias de América Latina un clima de oración y discernimiento para responder al Señor y servirle con hondura afectiva, intelectual y eficaz y en colaboración, en medio de los retos y oportunidades de nuestra historia”

En lo sucesivo, presentaremos una adaptación de estas propuestas a fin de compartirla como ‘cuerpo convocado’ por el Espíritu. Convencidos que en la oración común se estrechan lazos y se allanan los caminos para ofrecer toda nuestra persona al trabajo por el Reino y ser elegido y recibido es el divino servicio.

 

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