La Universidad Católica de Córdoba cumple 60 años

La Universidad Católica de Córdoba, primera universidad privada del país y la única jesuita de Argentina, festejó el miércoles 8 de junio su 60º aniversario de vida con una misa y acto protocolar en el centro de la ciudad de Córdoba.

El lema elegido para la celebración, Raíces de futuro, se orienta, como explica el Padre rector de la UCC, Dr. Alfonso J. Gómez sj, a reflexionar sobre la capacidad de alimentar valores, y sobre la fortaleza y vigencia que tienen las bases fundacionales de la Universidad.

Con una visión humanista y global, la Universidad Católica de Córdoba fue pionera en el país dado que planteó la necesidad de una educación que no estuviera centralizada en el Estado. Los hechos políticos de los años 50’ motivaron a hombres y mujeres de diferentes claustros educativos a reunirse para iniciar un proyecto que, en su momento, parecía poco probable: fundar un instituto de educación superior como alternativa para la formación universitaria.

60 años cuadrado

Con este espíritu y a partir del decreto ley N° 6403 de diciembre de 1955, se hizo posible el establecimiento, en Córdoba, de una dicha universidad. El 8 de junio de 1956 se funda el Instituto Universitario Pro Universidad Católica de Córdoba.

El nombre fue adoptado ante la falta de reglamentación del decreto que se mantuvo hasta el 30 de octubre de 1958 cuando se aprobó la ley Nº 14.557. El reconocimiento legal para abrir universidades por iniciativa privada, permitió que el Instituto fuese nombrado públicamente como lo que ya era, la Universidad Católica de Córdoba.

El inicio de las actividades fue en la actual Sede Centro, Obispo Trejo 323, donde había funcionado hasta el año anterior el secundario del Colegio San José. Las primeras carreras de grado que se impartieron fueron Ingeniería, Medicina, Filosofía y Derecho.

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Para celebrar estos 60 años de trayectoria, el 8 de junio se celebró una misa a las 20 en la Iglesia de la Compañía de Jesús, presidida por el obispo de Córdoba, Monseñor Ñáñez. La eucaristíca estuvo seguida de un acto académico que se llevó adelante en la sede centro de la Universidad.

Ese mismo día, se inauguró una muestra de Arte Jesuita en el Foyer del Auditorio Diego de Torres de la misma sede de la Universidad.

Además, se prevee un concierto –homenaje para el 30 de junio en la Iglesia de la Compañía de Jesús, de la que participarán la Orquesta de Cuerdas Municipal y el Coro de la UCC.

Fuente: Noticias UCC

 

Taller de Animadores Ignacianos en Córdoba

Los días 4 y 5 de Junio en el Centro Manresa Córdoba se llevó adelante el Taller de Animadores del Núcleos Ignacianos (TANI). Es la tercera vez que Manresa organiza este taller, que está dirigido a jóvenes que ocupan algún lugar de liderazgo en sus grupos, con el objetivo de brindarles herramientas para conocer, identificar el proceso del grupo y llevarlo adelante.

El mismo contó con la presencia de representantes de casi todos los grupos de Manresa y tres participantes que llegaron desde Uruguay para compartir con los ‘cordobeses’ la instancia de formación.

El taller fue dictado por Ángeles Roncoroni, Juan Francisco Gómez y Natalia Luna. Un equipo multidisciplinario que combinó sus fortalezas y conocimientos para brindar una visión integral del liderazgo en los grupos ignacianos.

El TANI comenzó el sábado 4 a las 9 de la mañana y finalizó el domingo 5 a las 17 horas. Durante ese tiempo, los coordinadores fueron invitando a los jóvenes a hacer un recorrido a través del cual pudieron dar nombre desde una serie de conceptos formales a la realidad y diferentes situaciones que se dan dentro de sus núcleos. De la misma manera, han podido vislumbrar posibles pasos a seguir y herramientas de las que valerse para guiar al grupo y resolver eventuales conflictos.

Al finalizar el taller, los participantes expresaron a modo de “evaluación” que la instancia fue enriquecedora tanto para analizar los grupos, sus conflictos y su modo de funcionamiento; como para definir el rol que cada uno cumple cómo líder dentro de su comunidad.

El mismo equipo organizador ha brindado este taller en otros lugares de la Red Juvenil Ignaciana, como Corrientes y Montevideo, durante este año.

 

“Esconderse” detrás del Papa Francisco

Sin duda, la figura del Papa Francisco con sus palabras sencillas y sus gestos cercanos, representa un cambio que abre y reconcilia a muchas personas con la Iglesia. Sin embargo, para generar un cambio en la Iglesia, no alcanza con las buenas obras del Pontífice, sino con que la Iglesia toda asuma con compromiso este cambio. Sobre eso reflexiona el jesuita Darío Mollá Llácer en el siguiente artículo.

Por Darío Mollá Llácer

La personalidad y las acciones del Papa Francisco impresionan e interpelan: por ejemplo, ese viaje a Lesbos que acaba con unas familias refugiadas en su propio avión. Su talante de misericordia conmueve cuando acoge las dificultades reales de personas y familias. Se alaba la claridad de sus discursos, homilías y palabras cuando es autocrítico, en palabras y hechos, incluso con la jerarquía de la Iglesia… Pero, y de eso no tiene culpa él, tengo la sensación de que mucha gente en la Iglesia se “esconde” -nos escondemos- detrás del Papa…

Se esconden, nos escondemos, cuando tras alabar y ponderar el compromiso del Papa con y por los pobres seguimos actuando con indiferencia hacia ellos y su suerte, e incluso tomamos decisiones que no tienen que ver con el bien de los pobres o que anteponen el bienestar personal o institucional a la suerte de los mismos.

Es posible que podamos hablar ya del Papa de los pobres, pero no creo que podamos hablar ya de esa Iglesia pobre y de los pobres que soñaba Francisco en los momentos primeros de su pontificado.

Se esconden, nos escondemos, cuando callada, aunque en ocasiones nada discretamente, seguimos manteniendo modos de conducta y niveles de vida que desmienten cualquier sueño o deseo de una Iglesia más sencilla, más cercana a la gente y a sus sufrimientos, más sometida a la intemperie y menos protegida y resguardada de las dificultades por las que pasan tantas personas y familias en todo el mundo.

Siempre se nos ha dicho, y qué verdad es también en la Iglesia, que no es nada fácil eso de renunciar a, de ir hacia abajo, de desprenderse de…. Tendemos (¿irremediablemente?) hacia arriba, a más: más nivel, más seguridades, más confort, más medios… Seguimos siendo maestros en coartadas y justificaciones.

Se esconden, nos escondemos, detrás del Papa y de sus palabras cuando no las criticamos en público (¡faltaría más!) pero las matizamos en privado, hasta casi condenarlas al modo que un lúcido filósofo llamaba “la muerte de los mil matices”.

O cuando repetimos el guión aprendido, pero, apenas escapamos del guión o levantamos la vista de los folios preparados, desmentimos con letra pequeña lo que afirmamos con letra mayúscula, pero prestada. Ya sabemos que cambiar el discurso es mucho más fácil que cambiar la mentalidad.

Por todo ello, tras un primer momento de alegría y consolación por las palabras y los gestos del Papa Francisco, uno siente siempre la necesidad de no sacar pecho como Iglesia demasiado fácilmente, de seguir siendo muy humildes y de seguir pidiendo al Padre que el Espíritu de Jesús remueva y renueve nuestros corazones.

Fuente: Blog Revista Cristianisme e Justícia

 

Miserando Atque V: San Agustín

Continuamos compartiendo materiales de la serie miserando atque, para seguir reflexionando y ahondando más en el misterio de la Misericordia de Dios.

Por Santiago Insunza, OSA

“La grandeza de Dios es su misericordia” – (San Agustín, Tratados sobre el Evangelio de San Juan 14, 5).

Víctor Frankl afirma que “la esencia del hombre es ser doliente”. Negar o disimular la propia fragilidad es una salida común, pero poco sabia. Las situaciones de vulnerabilidad se multiplican y los hombres y mujeres atrapados por el sufrimiento físico o moral nos muestran constantemente el verdadero rostro de la vida humana. Este diagnóstico no es la conclusión de una mirada hacia los demás, sino una sincera confesión personal. “Pesada desdicha oprime al género humano y él necesita la misericordia divina”. (Manual de fe, esperanza y caridad II, 7), escribe san Agustín.

El obispo de Hipona vive en su propia biografía la misericordia de Dios, se siente acogido por ella, y esta experiencia le lleva a que temas como el perdón o la compasión sean recurrentes en su predicación. El gesto más claro de la misericordia de Dios es que Cristo haya venido a nosotros (Sermón 144, 3). “¿Qué mayor misericordia que darnos a su Único, no para que viviera con nosotros, sino para que muriera por nosotros?” (Comentarios al Salmo 30, II, 1, 7). Expresa esta misma idea de forma plástica en el Sermón 229 E, 2: “¡Gran misericordia y honor que el médico haga de su sangre nuestra medicina!”.

A Dios se le paga su misericordia compadeciéndose de los desdichados (Comentarios al Salmo 88, 1, 25). “¿Qué es la misericordia, sino cierta compasión de nuestro corazón por la miseria ajena, que nos fuerza a socorrerlo si está en nuestra mano?” (La ciudad de Dios IX, 5). “Se habla de misericordia cuando la miseria ajena toca y sacude tu corazón” (Sermón 358 A)

San Agustín utiliza muchas veces la expresión “obras de misericordia”. Ponerlas en práctica equivale a comportarse como quien reconoce el señorío de Dios (Comentarios al Salmo 146, 15). El aprendizaje de la propia debilidad, por ejemplo la del náufrago o la del esclavo, es escuela y espuela de misericordia hacia el prójimo: “Ahora, en este tiempo de fatigas, mientras nos hallamos en la noche, mientras no vemos lo que esperamos y caminamos por el desierto hasta que lleguemos a la Jerusalén celestial, cual tierra de promisión que mana leche y miel; ahora, pues, mientras persisten incesantes las tentaciones, obremos el bien. Esté siempre a mano la medicina para aplicarla a las heridas prácticamente cotidianas, medicina que consiste en las buenas obras de misericordia. En efecto, si quieres conseguir la misericordia de Dios, sé tú misericordioso”. (Sermón 259, 3)

Lo que sea presunción, arrogancia o autosuficiencia es pura representación. La gente es frágil y acercarse con mano blanda a los demás es ejercer el arte de la misericordia. Tiene apariencia de una palabra dulzona y paternalista, pero exige talla humana, madurez de espíritu, sensibilidad crecida. Un problema compartido queda dividido por dos. Por el contrario, masticar a solas una contrariedad produce empacho y dolor añadido.

Los dramas de la sociedad humana –la de ayer, la de hoy y la de siempre– hacen necesario y urgente que ahora sea el tiempo de la misericordia (Comentarios al Salmo 2, II, 1, 10).

Fuente: Entre Paréntesis

 

Fe y Alegría: ‘el Señor nos irá marcando el camino’

El Padre Ignacio Suñol SJ, Coordinador General de la Federación Internacional de Fe y Alegría envió un mensaje al Congreso Internacional que se llevó a cabo en Chad, África en enero de este año.

En primer lugar, agradeció al Provincial de África Occidental por convoca al congreso y recibir a sus asistentes que se acercaron, desde todas partes del mundo y entre los que hubo un gran número de laicos y jesuitas.

“Como Representante Legal de la Federación Internacional de Fe y Alegría deseo manifestarles el apoyo hacia este Congreso proveniente de todas las Fe y Alegrías Nacionales que se mantienen atentas a su desarrollo y guardan la esperanza de un gran fruto en África para una educación de calidad de los sectores más vulnerables” expresó Puyol SJ en su mensaje.

Además, el Representante legal de la Federación dijo que considera muy importante que la Compañía de Jesús, 160 Congregaciones Religiosas mayormente femeninas, y laicos y laicas, de Latinoamérica, África y Europa entre a dialogar sobre cómo atender a los pobres en temas de educación y promoción social como jesuitas multiplicados en redes de colaboración. Ya que este “posiblemente es el mejor modo de sentirnos hermanos y hermanas y de enriquecernos desde diversas visiones. Para tarea tan grande, amplia y diversa no podemos encerrarnos en particularidades sino que nos necesitamos desde todas nuestras sabidurías.”

A su vez, el Jesuita contrapone la realidad de Fe y Alegría en América Latina que después de 60 años de Fe y Alegría necesita de la novedad de los que en estos años están empezando, como los centros de África. No para reproducir la experiencia sino para profundizar lo que se ha hecho e inicia nuevas acciones en fronteras aún no exploradas como el ecumenismo.

En cuanto a las experiencias más jóvenes de Fe y Alegría, Puyol SJ señala que Africa nos ha enseñado por un lado que es oportuno arrancar la formación docente con la inclusión simultánea de los docentes de la educación pública que está funcionado en Tchad, en Madagascar y a punto de iniciarse en RDCongo. A su vez, Fe y Alegría África está recordando a los latinomericanos, que siguen teniendo zonas prioritarias de trabajo en las regiones del área rural.

Al mismo tiempo, ha expresado que: “con Fe y Alegría África nos confirmamos en que el problema de la juventud es el problema común de todos, que un o una joven sin estudio ni trabajo y quizás incluso sin familia es el problema social posiblemente más profundo”.

“A nivel personal les digo que ha sido para mí una misión muy cautivadora poder dedicar esfuerzo y trabajo al interior de Fe y Alegría para aunar mayores y consolidadas relaciones entre jesuitas, religiosas y laicos de los tres continentes aquí representados en búsqueda de una educación de calidad para aquellos sectores que más carecen de ella. No hemos dado un paso sin contar con la aprobación y voluntad de los Superiores Mayores de las Provincias implicadas; además de los procesos en actual ejecución he de destacar nuevas solicitudes, manifestaciones varias de interés y estudios de viabilidad que van siguiendo su curso y discernimiento” agregó.

Al mismo tiempo, el Coordinador general de Fe y Alegría dijo que a pesar de la alegría que le generan los objetivos concretados, cree que esto es sólo el comienzo: “estoy convencido de que el Señor nos irá marcando el camino y el paso, abriendo las puertas a su debido tiempo y disponiendo los brazos necesarios para la tarea. He venido a este Congreso para decirles que tengo fe en la esperanza de que trabajaremos unidos para la educación de los más pobres.”

CPAL SJ

 

El discernimiento de Ignacio de Loyola en nuestros días

El discernimiento es una de las características fundantes y universalmente aceptadas de la Espiritualidad Ignaciana. A pesar de la diferencia temporal que nos separa de San Ignacio y la creación del libro de los Ejercicios Espirituales, el discernimiento es un ejercicio sumamente actual. En este texto, el español Ismael Bárcenas SJ nos explica por qué.

Por Ismael Bárcenas Orozco

El discernimiento es la herramienta fundamental de Ignacio de Loyola en su peregrinar espiritual. Desde su rehabilitación posterior al bombazo de Pamplona, poco a poco captó esta dinámica interna. Ignacio descubre que Dios habla al interior del ser humano. El discernimiento espiritual comprende la distinción de los movimientos del buen y del mal espíritu, así como el entender sus tácticas y estrategias.

Aprender a distinguir estas mociones internas es como podremos intuir cuál es la voluntad de Dios. Las mociones son sugerencias e impulsos internos que incitan a que hagamos algo o dejemos de hacerlo. Toda moción suele incluir un estado de ánimo y un discurso. Agrupando, se distinguen dos tipos de estados de ánimo: Uno lleva a sentirse bien, tranquilo, alegre, en paz y en armonía. Otro lleva a sentirse mal, inquieto, triste, turbado y en desarmonía.

Así, cuando alguien tiene que tomar una decisión crucial, puede sentir alegría, paz, confianza y como si una voz interna le dijera: está bien que lo hagas. Por otra parte, pudiera suceder lo contrario, que sintiera inquietud, tristeza, dudas, desazón y como si una voz interior quisiera prevenir de realizar tal acción. Gran parte de la dificultad del discernimiento consiste en que las mociones suelen ser ambiguas, ya que tanto el buen espíritu como el malo pueden comportarse amables o rudos respecto a lo que estamos por decidir.

Otra dificultad en el discernimiento de espíritus consiste en que, primero, es necesario hacer un juicio sobre la situación existencial en que nos encontramos. Hay que preguntarse: ¿Mi vida sigue un curso positivo?, ¿Voy creciendo y subiendo a pesar de tropiezos eventuales? ¿O mi vida sigue un curso negativo? ¿En qué se me está yendo la vida? ¿Qué estoy haciendo de mí mismo? ¿Qué quiero hacer de mí en delante?

Según Ignacio de Loyola, la estrategia general de los espíritus cuenta con la siguiente lógica: Al que existencialmente va de bien en mejor subiendo, el buen espíritu lo animará y le dará fuerzas, consolaciones, inspiraciones, serenidad, paz y quietud. Ante los obstáculos, le hará ver que no son tan difíciles y que se pueden superar. A quien va bien en la vida, el buen espíritu le da alegría y gozo espiritual, le quita toda tristeza y turbación enemiga.

Así, estas mociones entrarán en su vida como gotas de agua en esponja. En cambio, a esta persona, el mal espíritu lo entristecerá, desanimará y turbará. Al que va bien en la vida, el mal espíritu le presentará los obstáculos como insuperables, los ideales como irrealizables, aun con ruido estridente como gota de agua que choca sobre piedra. En general, al que va bien en la vida, el mal espíritu se le presentará de forma terrible.

Algo muy importante a distinguir en la lógica de estrategias y movimientos espirituales es que, al buen espíritu, le gusta que el ser humano vaya existencialmente avanzando. En cambio, el mal espíritu intentará que retroceda. La misma estrategia se muestra en el caso de quien va existencialmente cayendo. En este caso, las tácticas de los espíritus se invierten. Al que va en decadencia, el mal espíritu le presenta el camino lleno de distracciones, falsos placeres y le dará palmadas en el hombro. A ese mismo, el buen espíritu podría atacarlo con medios terribles, punzando y mordiendo.

Desde la lógica de Ignacio, Dios nos pide algo a través de las mociones internas, por lo mismo es importante aprender a distinguirlas. Ser cristiano no es fácil, es aprender a luchar contra el mal que acecha en los fueros internos, también luchar contra la injusticia que vemos en el mundo. Sentir bonito no es en automático una moción del buen espíritu.

El buen espíritu es como ese instructor del gimnasio que nos exige dar más y sacar lo mejor que tenemos. También, nos invita a que seamos solidarios y nos unamos a las mejores causas que intentan construir un mundo más humano. Por tal motivo es que el discernimiento ignaciano mantiene su vigencia y es una gran herramienta para enfrentar los tiempos modernos.

Fuente: Entre Paréntesis

 

Confirmaciones en la Parroquia San Ignacio

En medio de una fiesta de alegría y comunión, se celebraron las confirmaciones en la Capilla San Ignacio de Montevideo. La misma tuvo como protagonistas a 76 personas que confirmaron su deseo de seguir andando su camino de Fe con Jesús y dentro de la Iglesia.

Por Ignacio Rey Nores S.J.

El domingo 24 de abril tuvieron lugar las confirmaciones en la Parroquia San Ignacio, en Montevideo Uruguay. Monseñor Daniel Sturla, Cardenal de Montevideo, confirmó a 76 personas en una celebración colmada de gente.

El grupo de confirmando estuvo integrado por 9 adultos de la Parroquia San Ignacio, dos jóvenes egresados del Colegio Monseñor Isasa que también se prepararon en la Parroquia, más 29 jóvenes que se prepararon en la Universidad Católica, junto con jóvenes de la Parroquia María Reina, del Colegio Santa María de los Hermanos Maristas, del Colegio Preu y de Centros del Opus Dei. En total más de 70 personas dijeron su «aquí estoy Señor, porque me has llamado».

El Cardenal Sturla impuso las manos a todos los confirmandos, en un primer momento, en un clima de respetuoso silencio; y, luego los ungió con el santo crisma con la calidez que lo caracteriza. El coro, que estuvo conformado por jóvenes de la Parroquia San Ignacio y de la Universidad Católica, acompañó festivamente con sus cantos.

Noticias de Provincia

 

Mensaje del décimo encuentro de Coordinadores Parroquiales

Las parroquias, como lugar privilegiado donde se lleva adelante la vida de la Iglesia, no dejan de ser punto al que los jesuitas en Latinoamérica prestan constante atención; y sobre cuya misión se reflexionar asiduamente.

Del 3 al 10 de mayo de 2016 se reunieron en la ciudad de Bogotá, Colombia, 10 coordinadores del apostolado parroquial (la Sra. Roxana Gutiérrez Suarez, coordinadora de la Provincia de Bolivia y nueve jesuitas), de las 12 Provincias de la CPAL (no estuvieron presentes Perú y ARU). Como invitado participó un laico de la Provincia del Ecuador. El P. Carlos Canillas, delegado de la CPAL para el apostolado parroquial y espiritualidad, acompañó la reunión.

La reunión comenzó tras recibir el saludo cariñoso de bienvenida del vice-provincial de Colombia. En primera instancia, se compartió la realidad de las parroquias diseminadas a lo largo de esta América mestiza y pluricultural.

Se abordó el tema de la Familia, desde los aportes de la exhortación del Papa Francisco “Amoris laetitia”.

También, se trabajó el tema de las “pequeñas comunidades”, centrándose en el Itinerario de Formación Espiritual Comunitario, publicado por el CIRE, que conjuga la espiritualidad ignaciana con la formación de pequeñas comunidades.

Se dio una nueva estructura al Taller de Formación para Jesuitas y Laicos que trabajan en la pastoral parroquial, y que el próximo año se realizará en México.

También, tuvieron la oportunidad de visitar las dos parroquias que los Jesuitas tienen en Bogotá y compartir con cada comunidad la Eucaristía.

Mediante la comunicación virtual nos hemos comprometido a darle seguimiento a los puntos acordados en el encuentro: la formación de los agentes de pastoral, la promoción de los EE.EE. para la formación de pequeñas comunidades, el acompañamiento a las familias y el cuidado de la casa común según la encíclica “Laudato Si”.

Agradecemos de corazón la Eucaristía y cena en la comunidad del CIF, y especialmente la acogida y el apoyo incondicional de la Provincia colombiana para nuestro encuentro.

Coordinadores Parroquiales de la CPAL.

Fuente: CPAL SJ

 

Hacia la CG36: Más presencia del sur

Los jesuitas de todo el mundo se preparar para asistir a la Congregación General 36, en Octubre próximo, donde eligirán un nuevo General para la Compañía de Jesús. La asistencia desde los distintos puntos del globo, sin embargo, no es equitativa. Sin duda el oriente y el hemisferio sur han ido ganando terreno, y en esta cita conforman la mayoría.

Una de las cosas que llaman la atención en esta Congregación General 36 es el crecimiento de miembros venidos de las Provincias del Sur del mundo. En la Congregación General 35 eran ya mayoría (54%). Pero ahora han aumentado proporcionalmente llegando a ser el 59% de la Congregación. Refleja sobre todo el crecimiento de las vocaciones en Asia y África en los últimos años.

Asia y Oceanía han pasado de ser el 28% al 33.3%. La tercera parte de la Congregación viene del Oriente, sobre todo de la Conferencia de Asia Meridional, principalmente de las Provincias de India. 72 miembros de la Congregación vendrán de estas regiones del Oriente.

África también ha pasado del 8% al 10%. 21 miembros de la Congregación vendrán de Provincias africanas.

Lo más novedoso es que casi todos los electores provenientes de estas dos regiones son nacidos en estos continentes.

América Latina, sin embargo, ha disminuido su presencia. En la Congregación General 35 representaba el 18% y en la 36 será sólo el 16%, sólo ligeramente superior a la participación de América del Norte (15%), que se ha mantenido estable. Esta baja se debe principalmente a la reestructuración de Provincias que ha reducido de 16 Provincias y dos Regiones a sólo 12 Provincias.

Pero la que más ha disminuido es Europa, que ha pasado de ser 31% en la Congregación General 35 a sólo 26% en la 36, de forma que ya no es la más grande a pesar de ser la que más miembros por oficio tiene.

 Fuente: CPAL SJ 

Reflexión del Evangelio: Domingo 5 de Junio

Lectura del Evangelio: Lc 7,11-17

En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y mucho gentío.

Cuando se acercaba a la entrada de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba. Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo: «No llores.» Se acercó al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: «¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!» El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo: «Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.» La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera.

Reflexión – Por Alfredo Acevedo, sj

Varios elementos pueden extraerse de este texto del Evangelio de Lucas. A simple vista, nos encontramos con un relato de revivificación. Jesús devuelve la vida a una persona. Pero no se trata de una persona cualquiera. El texto es claro. Se trata de un hijo único de una mujer viuda. No olvidemos que, en el AT, las viudas, los huérfanos y los forasteros tienen cierta preferencia delante de Dios(Ex 22,21-22; Dt 10,18). El pueblo hebreo está llamado a cuidar de ellos de manera especial. El sector más débil, por decirlo de alguna manera, de la sociedad es el que debe ser atendido de primera mano. Y Jesús lo sabe.

 Pero reparemos en la escena global. Son dos cortejos que se encuentran. El de Jesús, que iba con “mucho gentío”, y el fúnebre, que acompañaba el dolor de la madre. Como si dos fuerzas se enfrentaran. La de la vida y la de la muerte.

Jesús, que es llamado por primera vez en Lucas, Señor, título perteneciente a Dios, se acerca a esa realidad de dolor y sufrimiento. “Tuvo compasión de ella”, dice el texto. A Jesús, el dolor de las personas le revuelven las entrañas, lo conmueven desde dentro. Y por eso actúa. Lo curioso es que, en el texto, la madre no dice nada, pero recibe todo. No emite sonido, pero acoge la Palabra.

La acción de Dios se da a través de su Palabra. Una Palabra que es acción, que es obra, que transforma. No olvidemos que en la Biblia, la Palabra de Dios no es para ser oída simplemente sino vivida. Por eso, es la Palabra que logra transformar las lágrimas en sonrisas, el dolor en alegría, la injustica en posibilidad.

Jesús calma el dolor de la madre y del gentío que estaba con ella. A diferencia del profeta Elías, a Jesús le basta su Palabra. Su Palabra y su presencia son las que rompen la tristeza y el dolor. Porque es Dios mismo el que visita a su Pueblo, dice el texto. Por eso, la revivificación no es tanto del hijo de la viuda sino del pueblo entero, comenzando por la madre hasta alcanzar lo más escondido de la comarca.

Así es Dios. Cuando toca la vida, la “empascua” de punta a punta. Sólo basta que nos animemos a acoger esa Vida que el Señor nos trae.

Que el Señor nos de esta gracia de dejar que nuestro mundo de sufrimiento y de dolor se enfrente con esta fuerza de vida y de alegría que el Señor quiere regalarnos.

 Fuente: Red Juvenil Ignaciana Santa Fe