La Vocación Jesuita en el Mundo de Hoy

¿En qué consiste la vocación jesuita? ¿Por qué tiene sentido hoy consagrar la vida a Dios en la Compañía de Jesús? El Padre Jorge Costadoat, SJ ofrece nuevas miradas y reflexiones sobre ésta y muchas otras preguntas relacionadas con la vocación a la Compañía de Jesús en su libro “La vocación jesuita en el mundo de hoy”.

El libro fue publicado originalmente el año 1997. Hace poco, fue revisado y rediseñado para atender más adecuadamente al contexto actual de la Compañía, de nuestra Iglesia y del mundo.

La vocación jesuita en el mundo de hoy

“Hace más de 450 años que los jesuitas procuramos lo que nuestra Iglesia llama la “salvación del mundo” ¿Qué éxito hemos tenido? Que lo digan otros, que lo diga el Señor el día de su retomo. Problemas sí hemos tenido, calumnias, destierros, supresiones, martirio. Si creemos que Jesús nos ha llamado a su Compañía, si nuestra pasión es imitarlo a él y discernir y cumplir sus deseos, no nos sorprende que nos maltraten ni nos intimida. Aunque presumidos a veces y muchas equivocados, Jesús nos reúne incesantemente para compartir con él su misma misión, nos perdona y nos convierte en trabajadores del perdón y reconciliación entre los hombres. Él tiene la iniciativa. Es imposible, pues, “venderla pomada” de la vocación religiosa jesuita. Esta depende en primer lugar de Jesucristo. Es su problema. Depende, además, de la decisión de ése que Jesús quiere para su Compañía y a quien Jesús da la fuerza, la alegría y la paz que confirman que se trata de su santa voluntad, y no de la propia imaginación.

Pero me toca a mí, como jesuita, explicar por qué no considero insensato ser lo que soy y hablar de esta posibilidad a otros para que se enteren, y no se equivoquen, en qué consiste. Contra cualquier previsión de la sensibilidad común, sé que en la Compañía de Jesús es posible ser muy feliz.”

Si quieres leer el texto completo puedes descargarlo aquí.

 *El Padre Jorge Costadoat es el Director del Centro Teológico Manuel Larraín. Se ha desempeñado como Coordinador de la Comisión Teológica de la Compañía de Jesús en América Latina (2005-2012).

Discernir con los Jóvenes Cuál es Nuestro Camino Común

En su discurso durante su visita a la Congregación General 36, el Papa Francisco hizo énfasis en el trabajo con los jóvenes y la necesidad de prestar especial atención a sus necesidades y reclamos. En estos días de reflexión, oración y debate, los jesuitas hacen eco de esta invitación. 

por Nicolas Standaert, SJ

La tercera parte del discurso del Papa Francisco se centró en “hacer el bien de buen espíritu, sintiendo con la Iglesia”, prestando una atención especial al “discernimiento”. El discernimiento es un camino en el que se intenta descubrir el modo en que el Espíritu está trabajando, cómo Dios actúa, cómo el Amor se encarna en nuestra vida y en el mundo. Mediante este proceso una persona o un grupo disciernen con sutileza las diferentes mociones y motivaciones que les mueven a realizar acciones concretas y que les lleva a actuar para mayor alegría de Dios. El mensaje del Papa anima a los jesuitas a pensar cómo utilizar de modo más efectivo este camino aplicándolo a nuestro modo de funcionar. Además, su mensaje señala el regalo que significa el discernimiento ignaciano para toda la familia ignaciana, para la Iglesia y para la sociedad.

 ¿Cómo podemos hacer de esta invitación una acción concreta? Como un ejemplo real, me he inspirado del tema del próximo Sínodo de Obispos en 2018, que fue anunciado durante la primera semana de la Congregación General, a comienzos de octubre. Su título es “los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, y el texto oficial dice que “su propósito es acompañar a los jóvenes en su camino existencial hacia la madurez para que, mediante un proceso de discernimiento, descubran su proyecto de vida y lo realicen con alegría abriéndose al encuentro con Dios y con los demás seres humanos y participando activamente en la edificación de la Iglesia y de la sociedad»

 En pocas palabras, esta descripción coincide con muchos de lo que señalaba el papa Francisco en su discurso a los jesuitas: el hecho de que no sólo los jóvenes sino todos estamos en un camino, que estamos todos llamados a descubrir nuestro plan de vida y que estamos invitados a llevarlo a cabo con alegría; que este descubrimiento ocurre dentro de un proceso de discernimiento, que en nuestros encuentros con otros seres humanos podemos vislumbrar el Amor de Dios, y que vivimos ese desafío de dar un expresión concreta de ese Amor cuando construimos comunidades cristianas y, en general, una sociedad más compasiva.

 Acompañar a los jóvenes en su camino a través del discernimiento aparece como una misión renovada para “hacer el bien de buen espíritu, sintiendo con la Iglesia” para la Compañía de Jesús y para la familia ignaciana. Además de la larga tradición de trabajo en la educación, la presencia entre tantos jóvenes en todo el mundo hace que esta llamada sea aun más atractiva. Desde luego, no faltan auténticos desafíos: por ejemplo, ¿cómo podemos traducir las reglas de discernimiento a un lenguaje que sea accesible para los jóvenes de hoy, teniendo en cuenta su diversidad de culturas? Para responder a cuestiones como estas necesitamos tanto del contacto local como de un compartir universal de buenas prácticas.

 Pero algo más es necesario acompañar” no consiste en una vía de única dirección sino que precisa de reciprocidad. El papa Francisco ha insistido en que tenemos también que “escuchar a los jóvenes”. Haciéndolo podremos discernir con ellos en nuestro camino común.

Fuente: gc36.org

Con el Sueño de Construir un Uruguay más Justo

Nicolás Albertoni es uruguayo, exalumno de la Universidad Católica del Uruguay (UCU) y durante 8 años ha trabajado de modo comprometido con la Misión Joven San Francisco Javier. Ahora se encuentra ampliando sus estudios en los Estados Unidos. A pesar de estar en el país nro. 1, no se olvida del compromiso que ha adquirido a través de sus experiencias previas con la realidad de su lugar natal y sobre todo con los más desfavorecidos.

Nicolás Albertoni Gómez es un becario recientemente graduado de la Escuela de Estudios Extranjeros de la Universidad de Georgetown, Estados Unidos. El joven es una enamorado de su país natal, Uruguay. Allí, se ha comprometido con la generación de un cambio socioeconómico cuando regrese luego de su graduación.

“Mucha gente me pregunta por qué venirme a los Estados Unidos para estudiar Latinoamérica” – Cuenta Nicolás- “la respuesta es que mirar desde afuera siempre te da otra perspectiva.”

Como estudiante de la Escuela de Estudios Extranjeros, Albertoni está estudiando para obtener un Master en Estudios Latinoamericanos con certificado en Negocios y Diplomacia Internacionales. Él sostiene la esperanza de que estas herramientas le ayudarán en el trabajo que desea hacer en Uruguay para acercar los sectores que hoy se encuentran divididos por una brecha socio-económica.

Nicolás ha venido persiguiendo este fin durante varios años, tanto a través de su educación como de su trabajo voluntario.

Además de graduarse en Comercio Internacional en la Universidad Católica del Uruguay, Nicolás decidió comprometerse con la lucha por la desigualdad teniendo contacto cercano con quiénes resultan más desfavorecidos a causa de la brecha socioeconómica. Para ello, participó como misionero en la Misión San Francisco Javier. Una experiencia que invita a los jóvenes a viajar a distintos pueblitos del país oriental para acercarse a aquellos que los necesitan. Más tarde trabajó como profesor de secundaria en uno de los barrios más pobres de Montevideo.

“Tenía más o menos una hora de viaje desde mi casa hasta el trabajo” explica Albertoni. A medida que se alejaba de los barrios más acomodados y se acercaba a los más desfavorecidos, Nicolás comenzó a entender la verdadera razón para la pobreza en su país: la falta de integración socio-económica. Más allá del aislamiento de estas comunidades, muchas personas no perciben las divisiones sociales que atraviesan a la sociedad, por lo que es casi imposible que las vean como un problema.

“Lo más importante es que la gente trabaje en conjunto para integrarse y acabar con estas diferencias sociales”– afirma Albertoni. “Lo más importante de LASPAU (el programa de becas para latinoamericanos en USA) es que ganás una red de trabajo. Somos un grupo de gente intentando cambiar el mundo” enfatiza Nicolás. Al mismo tiempo, subraya que haber participado de misiones con los jesuitas ha despertado en él la pasión por los otros.

“Hay una idea equivocada de que si uno está en el ámbito académico no está involucrado con el mundo real. No es cierto. Uno necesita de los conceptos teóricos para entender el mundo. Necesitamos las herramientas que nos da la teoría para poder pensar soluciones a los problemas del mundo. Mi estadía en Georgetown ha hecho más sólida esta perspectiva ‘Jesuítica’ sobre la necesidad de trabajar por los demás. De verdad pienso que todo lo que hago es para los demás. Mi educación no es sólo para gastarla en los libros, sino sobre todo, para llevarla a mi vida.”

A pesar de que aún está estudiando, Albertoni ya ha tenido cierto impacto en Uruguay. Hace tres años comenzaron, con un grupo de amigos, “Uruguay Enseña”; una organización que tiene el fin de mejorar el nivel educativo en todo Uruguay. Desde su creación, la ONG ha crecido hasta convertirse en una de las más grandes de Uruguay y parte de la red mundial ‘Teach for All’. “Es algo de lo que me siento muy orgulloso y en lo que trato de estar activamente involucrado” dice Nicolás.

Pero parece que este joven uruguayo no se detendrá ahí. Pronto se mudará a California para obtener un doctorado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales en la Universidad de California del Sur. Luego, ya de regreso en Uruguay, Nicolás espera integrarse como profesor en la UCU; también tiene como meta involucrarse en la política: él cree que la combinación de estos ámbitos posibilitará llevar adelante un verdadero cambio social en su país.

Cuando le preguntamos qué consejo daría a otros estudiantes deseosos de mejorar la situación en sus países, Nicolás responde: “No debemos sólo hablar de los problemas sociales sino, sobre todo, trabajar para resolverlos. Si no tengo las herramientas necesarias, tendré que crearlas. Para ello necesitamos soñar en grande y con mirada internacional, para poder generar nuestras propias herramientas.»

Fuente: LasPau

 

Rompiendo la Desigualdad de Género en el Mundo Digital

El mundo digital con su estructura y lenguaje nuevos reproduce alguna de las desigualdades del lenguaje tradicional. Un texto para reflexionar sobre cómo se construye esta desigualdad, incluso desde los buscadores y herramientas más populares. 

Por Zinnia Quirós

El mundo digital me apasiona, y creo firmemente que la revolución que está suponiendo para nuestras vidas nos va a ayudar a conseguir un cambio social que es cada día más urgente y necesario. Una de las grandes prioridades del cambio que yo ansío estriba en el fin de las desigualdades de género y por ello me preocupa sobremanera que el espacio digital sea uno más de esos ámbitos caracterizados por una marcada brecha de género. Sobre todo teniendo en cuenta el creciente e imparable impacto del nicho tecnológico en el resto de aspectos de nuestra trayectoria vital.

Un reciente estudio de la empresa Accenture defiende que el dominio de las plataformas digitales por parte de las mujeres puede eliminar la brecha de género en el ámbito laboral para el año 2040, reduciendo a la mitad el plazo calculado por el Foro Económico Mundial. Según este informe, aquellos países con mayor ratio de mujeres que dominan el ámbito digital presentan a su vez los niveles más altos de igualdad de género.

Hace ya tiempo que hablé en este blog sobre la brecha de género que existe en Wikipedia provocada, entre otras cosas, porque menos del 13% de las personas que participan en la edición de sus contenidos son mujeres, lo que supone que existan menos artículos y temas ligados a mujeres, además de la presencia de tintes sexistas en miles de artículos. Para hacernos conscientes de esta realidad y trabajar para cambiarla, el próximo sábado 9 de julio, en el Medialab-prado de Madrid, tendrá lugar una ‘Editatona’ sobre compositoras de música electrónica en Wikipedia.

Wikipedia no hace más que traducir una discriminación a la que nos vemos sometidas las mujeres todos los días en una gran variedad de ámbitos. El mundo cultural no es ajeno al patriarcado que nos invisibiliza y nos ignora, aunque poco a poco van surgiendo más y más voces que denuncian esta realidad. El año pasado, por ejemplo, el equipo de datos del periódico The Guardian analizó la presencia de mujeres en los eventos culturales más importantes de Reino Unido. Los números eran indiscutibles, el 86% de los artistas que participaban eran hombres, cifra que podía elevarse a un 97% en festivales como el Creamfields.

Pese a que muchas de las pioneras de la música electrónica fueron mujeres, éstas siguen fuertemente ignoradas en festivales, rankings y sesiones en las discotecas de moda. Cada día aparecen nuevas iniciativas que luchan para poner fin a esta brecha de género, como el magazine online Inquire Project, el proyecto ‘She Makes noise’ o la reciente iniciativa ‘Lower Eastside Girls Club‘ que busca formar a jóvenes sin recursos con el objetivo de convertirse en DJ y productoras de música electrónica.

Por eso es tan interesante, además de innovador, el maratón de edición que organiza el próximo sábado el grupo de trabajo de Wikiesfera del Medialab-prado, el grupo de usuarias Wikimujeres, la Fundación Wikimedia y que cuenta con el apoyo Oxfam Intermón desde su Programa de lucha contra la pobreza y la desigualdad.

El ‘Editatona’ de este sábado nos permitirá disfrutar, movilizarnos y sobre todo aprender, entre otras cosas, a editar contenido en la enciclopedia virtual. A las mujeres que acudamos nos emplazó a empoderarnos lo suficiente para aprovechar lo aprendido y seguir acabando con la brecha de género de Wikipedia. Porque si no estamos en Wikipedia, no existimos.

Entre Paréntesis 

Jesús Ante la Mentira y la Corrupción

A la luz de las palabras de Jesús y de Juan el Bautista… ¿Qué pasa cuando el ejercicio del poder se aleja del espíritu de servicio?

Por Rafael Luciani

La «mentira» y la «corrupción» son signos que revelan el estado de salud de las personas, de las sociedades; afectan a la justicia, al bien común; fomentan la desconfianza, el chantaje, el aprovechamiento de la buena voluntad; no nos dejan ser honrados con la realidad de los pobres. Hemos escuchado: «no roben o engañen, ni mientan» (Lev 19,11-12) porque «la verdad nos hará libres» (Jn 8,32). Sí, pero para ello hay que vivir «desechando la mentira, cada uno hablando con la verdad con su prójimo» (Ef 4,25). La consecuencia es clara: sólo es sujeto y por tanto verdaderamente humano, quien habla con la «verdad».

Juan el Bautista criticó el sistema político de su época con la metáfora «raza de víboras» (Mt 23,33). Esto le costó su vida. Jesús denunció el comercio que existía en torno al Templo, donde confluían actores políticos, económicos y religiosos; los comparó con una «cueva de ladrones» (Mt 21,13), dejando al descubierto cómo vivían de la mentira, de la corrupción, manipulando las conciencias de los pobres, quitándoles sus bienes (Mc 12,41-44). Al final lo matan. Quien roba y miente le quita el pan, el futuro al pobre, y torna al otro en dependiente, porque ha convertido al «dinero» en su ídolo (Lc 16,13).

Jesús captó que su pueblo andaba cual «ovejas sin pastor» (Mt 9,36). Nadie lo representaba dignamente ante esta situación: el poder político lo engañaba con duras «cargas» que apesadumbraban la vida cotidiana, y el religioso había olvidado hablar como «profeta» y «sanar» como pastor. Uno y otro justificaban lo que sucedía. Tenían miedo (Jn 11,48). Jesús los llama hipócritas porque eran «semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de inmundicia» (Mt 23,37). Habían hecho de la mentira un modo de vida para sostenerse en el poder, olvidando la causa del pobre, el servicio fraterno.

La mentira deshumaniza, perturba nuestras palabras, nuestros tratos, divide a las personas (Jn 8,44) y destruye el bien común. Herodes engañó a los sabios para matar a un inocente (Mt 2,1-12), así como algunas autoridades acusaron falsamente a Jesús para poder ejecutarlo (Mt 26,59).

¿Es posible vivir de otro modo? Sí, pero hay que «cambiar». Hablar con la verdad significa dejar de engañarnos, no tratarnos con odio, denunciar la corrupción, ser honrados ante la realidad, no descargar la propia ira sobre otros y «decir sí cuando es sí, y no cuando es no; porque cualquier otra cosa viene del demonio» (Mt 5,37), es decir, acciones y palabras que «dividen», «deshumanizan» y producen «carencias».

El reto está en recuperar la calidad de vida con la que Dios nos creó: que vivamos de la «verdad» y no de la mentira, gozando de «abundancia» y no de escasez, tratándonos «fraternalmente» y sin odio. Estos tres signos devolverán la salud a nuestras vidas.

Teología Hoy 

A. Peraza SJ sobre el P. General: «Me enseñó a mirar a Dios en los ojos de los pobres»

Después de responder a las preguntas de sus compañeros en la confidencialidad de las ‘murmuratio’, el actual Provincial de Venezuela, Arturo Peraza SJ, responde a la pregunta de quién es Arturo Sosa SJ, flamante Superior General de los Jesuitas, con quien ha tenido una relación muy cercana.

Por Arturo Peraza SJ (VEN) Provincial

Hoy puedo contar que durante cuatro días muchos compañeros me hicieron una y otra vez, de formas distintas esta pregunta ¿Quién es Arturo Sosa? Nunca había tenido que hablar tantas veces y particularmente tantas veces en inglés sobre una persona. Se trataba de repeticiones de una historia personal que en la medida que se repetía iba trayendo más recuerdos y a la vez una serena certeza interior de que realmente era alguien a quien yo veía como General.

Mientras yo estaba en el noviciado y en filosofía era un jesuita admirado por su capacidad. Era ya en ese tiempo una persona que tenía resonancia en los medios venezolanos. Fue nuestro profesor en la filosofía política, cercano y bastante exigente. Al segundo año de mi magisterio (período en el cual los jesuitas nos integramos a la vida apostólica de la Compañía y en algunos casos como el mío también se realizan estudios especiales, en mi caso derecho) me envían a la comunidad Manuel Aguirre y pasa Arturo a ser mi acompañante espiritual por cuatro años. Esta experiencia marcó una fuerte cercanía que me permitió conocer la hondura espiritual de mi tocayo. Me vienen a la mente las celebraciones comunitarias en las cuales compartimos la Palabra y nuestras experiencias, en una comunidad conformada por cinco o seis miembros. En ellas Arturo explayaba su cercana relación con Dios como papá (incluso usar el término papito), como misericordioso y como Dios de la historia de nuestro pueblo que nos invita a leer los signos de los tiempos en la vida de nuestra gente. Me viene a la mente sus misas de domingo en el templo de la Pastora donde toda la comunidad también compartía la homilía para que al final Sosa concluyera con una suerte de síntesis y aportes personales.

Me enseñó a mirar a Dios en los ojos de los pobres, en la seriedad de los análisis para comprender la realidad que nos rodeaba, para mirar en la historia del país un modo de entender nuestro presente y los caminos de futuro. El analista Arturo puede ser leído superficialmente en sus escritos desde el ejercicio fenomenológico de descripción de la realidad y de propuestas, pero quien lo conoce sabe que hay mucho más. Debajo del texto hay un deseo de buscar y encontrar signos de la invitación de Dios en este tiempo, lecturas de los caminos que van ahondando en los seres humanos en su trascendencia, así como busca la misma trascendencia de la historia que vivimos. Yo diría me enseñó qué significa una fe encarnada.

Esta fe encarnada se puede encontrar en sus escritos y en su seriedad intelectual, pero aún más se puede encontrar en su modo de cercanía con todos, especialmente la gente más sencilla. En la Pastora los pobres viven en las quebradas y allá abría un camino de compromiso. Nuestra casa era un lugar de puertas abiertas a la comunidad popular que nos rodeaba, a la gente de las quebradas, en especial a los jóvenes del sector. Muchos eran amigos de Arturo. Por eso él no hablaba desde los libros simplemente, sino desde el corazón de esa gente que nos rodeaba. Luego será en la frontera venezolana, pero es una historia que describiré un poco más adelante.

Cuando concluí mis estudios de derecho y por lo tanto mis experiencias de maestrillo, me encuentro que no sólo me mudo yo, sino que se muda también mi tocayo, pero él como mi superior del teologado. Un año me acompañará en ese proceso, pero pronto llegará el anuncio de que se le hacía Provincial de Venezuela. Era el año de 1996. Durará como Provincial hasta el año 2004. En este tiempo le regala a la Provincia el proceso de discernimiento que nos permitió construir el aún vigente Plan Apostólico de la Provincia de Venezuela. Un plan de visión para 20 años. La verdad es que resulta algo insólito que en un país como Venezuela en donde todo parece cambiar constantemente, nosotros hayamos podido conducirnos por un plan en el que nos reconocemos con facilidad todo este tiempo. Sus opciones nos siguen pareciendo clarificadoras y en especial la voluntad de trabajar en colaboración con otros y otras, que consideremos el sujeto apostólico de la Provincia (laicos y jesuitas), amén de la necesidad de trabajar en red. En él es claro la voluntad de colaborar en la constitución de organizaciones populares y civiles autónomas que puedan ser sujeto del proceso político, social y económico venezolano (tarea que hoy en día es más compleja que cuando comenzamos), entregar los ejercicios como don recibido y promover el fortalecimiento de los laicos y los jóvenes como sujetos en nuestra Iglesia.

En ese plan es claro que deseamos comprometernos con los pobres de nuestro país y un tema que aparece es la frontera. Se trataba de una novedad en ese tiempo. Teníamos presencia en el Alto Apure (Guasdualito, El Nula, La Victoria, El Amparo y Ciudad Sucre) Se asumió el reto del trabajo en la frontera como un trabajo de frontera humana, apostólica y social. La realidad de refugiados, la presencia de grupos irregulares de distinto signo, el comercio legal y no tan legal, especialmente de la gasolina, la realidad campesina y otros elementos se constituyeron en un llamado para la Provincia toda (Parroquia, Fe y Alegría, SJR y otros). Arturo al final de su provincialato es destinado a la Universidad Católica del Táchira (en la frontera) y asume el propósito de hacer de ésta una Universidad de frontera en frontera.

Conocí a un Arturo en una de sus mejores facetas de creatividad e integración. Recibió una Universidad de aproximadamente 4.000 estudiantes y la trasformó en una Universidad de 9.000 estudiantes, lo que implicó hacer un nuevo campus en el contexto de una Venezuela donde ya había claros signos de crisis para los sectores productivos, encubierta por la riqueza petrolera. Recibió una Universidad que era una buena escuela, pero que sólo se miraba a sí misma, y la abrió a toda la realidad de la frontera en términos de relacionarla con las comunidades vecinas, con la diócesis, con nuestras parroquias de frontera, con las escuelas de Fe y Alegría en la zona, con la realidad de refugiados, con el mundo campesino pobre, etc. Una relación que pasaba por la investigación y la publicación de datos sobre la zona, hasta el compromiso directo con acciones tendientes al cambio. Fue un camino que hizo con toda la comunidad jesuítica que lo acompañaba en la zona y con muchos laicos y laicas que de múltiples formas se sumaron en ese sueño.

De ese camino brotó en un encuentro, en el que yo participo como recién nombrado Provincial, el nacimiento de la Red Apostólica Interprovincial Fronteriza (RAIF). Una vinculación entre las provincias de Venezuela y Colombia para abordar nuestra frontera común en términos de evangelización encarnada que quiere reconocer la subjetualidad propia de quienes habitan en nuestra frontera. Arturo, a pesar de sus múltiples obligaciones (entre las que cabe destacar el ser consejero del P. General Adolfo Nicolás, Rector, Superior de la comunidad), asume la responsabilidad de animar esta red. Y como había hecho antaño con la Provincia, convoca a los diversos agentes pastorales de ambos lados de la frontera para soñar un camino que nos vinculará, considerando especialmente que durante ese tiempo se dio una particular agria relación entre el mandatario de Venezuela en ese entonces (Hugo Chávez Frías) y el de Colombia (Álvaro Uribe).

Pero no quiero olvidar quizás un detalle más humano. Mientras todo esto ocurría, en la comunidad Pedro Fabro (así se llama la comunidad de la Universidad de la cual era superior Arturo) vivía un jesuita mayor que había sido un excelente profesor de teología especialmente en el área de cristología: José Cruz Ayestarán. Lamentablemente tenía la cabeza algo perdida, pero en vez de enviarlo a nuestra enfermería, Arturo asumió el compromiso, mientras fuera posible, de acompañarlo y tenerlo en la comunidad. Todos los días preparaba las pastillas que debía tomar y se aseguraba que se las había tomado, sabía llevar con buen humor algunas impertinencias, que la condición de este compañero producía, y preocuparse con los demás de hacerlo sentir en casa. Igual Arturo era cercano a los estudiantes de la Universidad, a la gente de nuestras parroquias de El Nula, Ciudad Sucre, Guasdualito y sus caseríos, a los laicos de los equipos de Fe y Alegría. Era su modo de expresar ese Dios papá, misericordioso y comprometido.

Me costó aceptar (aunque nada podía hacer) que el General (que ya lo había defendido en dos ocasiones anteriores de cargos internacionales) se lo llevara para Roma a dirigir las casas internacionales. Era claro que era una de nuestras expresas prioridades según la CG 35 y Arturo como buen jesuita simplemente asumió. Entre otras cosas debo decir que le tocó dejar a su mamá, que ya para ese momento (2014) tenía 90 años. Siempre que había consejo nacional de rectores él aprovechaba y la visitaba, pero esas visitas ahora se distanciaron a una vez al año, y al Skype. Quiero reconocer a Margarita Abascal de Sosa lo que ella también ha hecho, que es mucho.

Y en esos cuatro días narré una y otra anécdota, tratando de trasmitir una experiencia y junto con mi hermano Johnny Veramendi quien tiene mucho que contar, tratamos de forma honesta de contestar eso que nos preguntaban: ¿Quién es Arturo Sosa?

Fuente: gc36

Encuentro Juvenil Ignaciano en Montevideo

Por Joaquín Mones e Ignacio Rey Nores SJ

El pasado domingo 25 de septiembre compartimos el Encuentro Juvenil Ignaciano (EJI) de los distintos núcleos de la RJI, en la Parroquia San Ignacio. Participaron voluntarios de los colegios Seminario y Monseñor Isasa (Montevideo) y San Javier (Tacuarembó) y de la Red Fe y Alegría; las Parroquias San Ignacio y Fátima; el grupo Vayven y de CVX; comunidades de las Religiosas Esclavas del Sagrado Corazón y de la Pastoral de la Universidad Católica..

Bajo el lema “Soñándonos desde la Misericordia”, vivimos un día de encuentro con el otro y con Dios.

Por la mañana, tuvimos un momento de bienvenida y dinámicas de integración, llevadas adelante por los chicos de la Parroquia San Ignacio.

Luego, los jóvenes participaron en un tiempo de formación sobre el que había muchas alternativas. Los cinco talleres que se llevaron adelante en la mañana fueron:

  • • “Misericordia y Acompañamiento” dado por el P. Javier Rojas sj;
  • • “Misericordia y Opción por los Pobres” por la Hna. Sofía Pombo aci;
  • • “Misericordia y Santidad de Vida” por el P. Germán Guidi sj;
  • • “Misericordia y Situaciones Límites” por la Hna. Nanci Yoris fi; y
  • • “Misericordia y Juegos” por el Lic. Leandro Folgar, del Colegio Seminario.

Todos los chicos quedaron muy contentos con lo que pudieron trabajar y compartir durante las dos horas que duraron los talleres. Destacaron la motivación que les había generado tener la posibilidad de elegir aquélla propuesta de reflexión que más les atrajera.

Luego del almuerzo a la canasta tuvimos un buen rato libre que sirvió para compartir los ecos de los talleres de la mañana y para seguir generando una mayor integración.

Cerca de las 15hs, tuvimos la grata visita del Cardenal Daniel Sturla, Obispo de Montevideo, que dio una charla en la que él compartió su visión de los jóvenes católicos de Montevideo y los desafíos que él ve. Durante este momento, dio tiempo para preguntas, comentarios, que fue contestando y a través de los que fue profundizando en su propuesta. Una propuesta que no nos era desconocida para quienes ya lo habíamos escuchado en otras ocasiones: “no ser cristianos achicados ni agrandados, sino cristianos contentos. No alcanza con ser buenos tipos con gran capacidad de amar y servir: lo distintivo nuestro es que hemos encontrado a Jesús y eso nos ha cambiado la vida. Y estamos invitados a anunciarlo.” Su presencia y calidez nos hicieron mucho bien y quedamos todos muy agradecidos del pastor que el Señor nos regala a nuestra diócesis de Montevideo.

Más tarde, después de un pequeño corte, generamos un rato de reflexión sobre la realidad de la Red Juvenil Ignaciana (RJI) y lo que implica la participación en la misma. Los asesores de los movimientos pastorales del Colegio Seminario llevaron adelante este momento del EJI, para el cual armaron cuatro “stands” o “postas” por las que los jóvenes, divididos en cuatro grupos, fueron pasando sucesivamente. En cada posta reflexionaron sobre las cuatro dimensiones que como RJI queremos crecer: espiritualidad, formación, servicio, y pertenencia eclesial. En el stand de Servicio, la propuesta era reflexionar sobre la Misión San Francisco Javier, que es “la” actividad de la RJI y que inicia un nuevo ciclo en 2017 en la diócesis de San José.

Luego de la merienda, pasamos a un tiempo más de contemplación y oración. Primero con una hora de Adoración Eucarística en el templo parroquial, preparada por CVX. A través de textos y canciones se hizo hincapié en la Misericordia de Dios. Durante la misma, se ofreció a los jóvenes la posibilidad de celebrar el sacramento de la reconciliación.

Tras este momento, se cerró el Encuentro con la celebración de la Eucaristía en la misa habitual de 19 hs de la Parroquia San Ignacio, presidida por el P. Javier Rojas, concelebrada por los PP. Germán Guidi, Ignacio Rey Nores, y Eduardo Casarotti.

Al finalizar la jornada, nos fuimos

todos muy contentos y agradecidos a Dios por el día que nos regaló, y llenos de buenos deseos para seguir trabajando como RED al servicio de la Iglesia, cuerpo vivo de Cristo.

 

UCC: Ingeniería al Servicio de la Discapacidad

Entrevista a los jóvenes Claudio Pedernera y Paulo Graglia, estudiantes de Ingeniería Mecánica de la Universidad Católica de Córdoba que fabricaron una prótesis para personas amputadas por debajo de la rodilla. Los estudiantes explican cómo surgió la idea de la prótesis, cómo está compuesta y quiénes son sus destinatarios.

Por Muriel Balbi

¿De qué se trata esta prótesis? ¿Qué particularidades tiene?

Esta prótesis está pensada para aquellas personas que tienen faltante de un miembro por debajo de la rodilla. A lo largo de nuestra carrera intentamos hacer mecanismos, motores, etc. Pero, por distintas razones de la vida, elegimos pensar en hacer esta prótesis como trabajo final.

Al estar fabricada con insumos nacionales, es cuatro veces más barata que la prótesis de origen alemán (que es la utilizada por el 90% de la población)

Representa una gran solución para aquellas personas que no pueden acceder a la prótesis importada ¿Cuáles son los factores que permitieron abaratar los costos?

Es por la utilización de un diseño propio generado a partir de materiales más económicos y de fabricación nacional. Esto reduce el precio a menos de una cuarta parte.

¿Cuáles fueron los resultados de las pruebas en pacientes?

Realizamos ensayos sobre los componentes por separado, luego lo pusimos en práctica con una paciente, dando un resultado positivo. Ella nos dijo que era más cómoda y liviana que la que estaba utilizando (La prótesis importada tiene un peso aproximado de 3.1kg). Ese fue uno de esos objetivos principales: pasamos de 3kg, en su versión original, a 1.355kg.

La prótesis se destaca por su confort y porque es muy liviana. Pesa 1.350 kg, frente a los 3,100kg de las importadas

¿Cuál tiempo les llevó fabricarla?

El tiempo de estudio, análisis y construcción del prototipo comenzó a mediados del año 2014. Hoy nos encontramos en constante estudio para mejorar propiedades del producto y expandir según las necesidades de futuros pacientes. La fabricación en sí, no tardo más de 6 meses, viendo y considerando que eran los primeros diseños.

¿Cuántas fabricaron hasta el momento?

Llevamos fabricadas dos unidades. En estudio tenemos dos prótesis más, especiales para distintos pacientes. No las mismas no se encuentran a la venta pero estamos a disposiciones de quienes necesitan que los ayudemos.

¿Qué inversiones debieron realizar para poder emprender la fabricación de estas prótesis?

La inversión más importante fue la adquisición de máquinas de controles numéricos computarizados y tornos para realizar el mecanizado de diferentes partes de distintos materiales. Aun así, buscamos adquirir una inyectora de plástico y material compuesto para facilitar la construcción y garantizar una alta calidad del producto.

Posee amortiguación neumática (retiene la energía para facilitar el paso y genera vacío para evitar que la prótesis se salga)

¿Cuál es el modelo que negocio que tienen pensado? ¿Van a generar un emprendimiento propio o van vender la patente o el producto a grandes compañías dedicadas a la salud?

Como todo recién egresado de la carrera, soñamos con poder tener en el futuro un emprendimiento propio. Pero el rédito económico no es lo principal cuando ves que alguien que tiene una dificultad como esa se ve beneficiada por algo que uno hizo. Poder ayudarla es la mayor recompensa. Eso genera una satisfacción que no se puede pagar con nada.

Vale comentar que también nos llamaron desde el campo veterinario para generar este tipo de prótesis, pero para animales.

Fuente: Infobae

Discernir Nuestra Humanidad

Un texto que nos invita a redescubrir la humanidad que se esconde en cada persona que nos rodea.

Por Rafael Luciani

¿Cómo entender lo que nos sucede a la luz de Dios cuando hay decisiones políticas y económicas que se toman a sabiendas de que producen más pobres, desempleados y enfermos? ¿Será que nos hemos acostumbrado a ver a las personas como meros objetos, sin comprender que detrás de cada rostro existe una historia de vida compleja y llevada adelante con gran dificultad? ¿Acaso no sabemos que las decisiones y acciones que realizamos tienen una dimensión ética y generan consecuencias que afectan el destino de muchos?

Tal vez hemos llegado a deshumanizarnos hasta el punto de no sorprendernos más ante las muchas formas de inhumanidad e impiedad que nos rodean, y terminamos siendo actores silentes, cómplices anónimos. El problema es grave porque si no nos dejamos afectar por los padecimientos de los otros, si rehusamos tomar posición ante ellos de algún modo, ponemos en riesgo nuestro propio desarrollo y crecimiento (Lc 18,18-23). Y sin darnos cuenta, podemos estar asumiendo una falsa ilusión de lo que significa vivir humanamente.

Para discernir lo humano no basta una lectura psicológica o sociológica de la realidad personal o social. Debemos ir más allá y preguntarnos si estamos siendo verdaderamente humanos, si orientamos nuestra vida hacia un proyecto de humanización integral. Hay que discernir las palabras que usamos, las acciones que realizamos y las decisiones que tomamos.

Jesús tuvo que discernir su época y decidió asumir un estilo profético. Dispuso de su humanidad para «servir» y «sanar», antes que para imponer y odiar; pero para ello tuvo que aprender a vivir con un espíritu fraterno y solidario que le costó «sudor y lágrimas» (Heb 5,7-8). Entendía que la reconciliación fraterna pasaba por la justicia y la verdad. Esto supuso ver más allá de las coyunturas y los sectarismos, para luchar por la justicia, por el bien común. Así, dedicó su vida a construir una calidad de vida tan buena como la divina. La llamó el «reinado de Dios».

Quien reconoce el drama de la realidad y lo hace suyo practicando la solidaridad fraterna, a pesar de la incomodidad que le pueda comportar, podrá comprender la fuerza de la compasión y ser impulsado a luchar en favor de una existencia justa, verdadera. Sólo así el «reinado de Dios» será una realidad y podremos gozar de una calidad de vida como la de Dios, para la cual hemos sido creados a imagen y semejanza suya.

¿Sabemos discernir la realidad acogiendo lo que es verdaderamente humano y apartando lo que no lo es? ¿Acaso creemos que las decisiones que tomamos no tienen consecuencia? Que no nos pase como a las vírgenes necias que tras tocar a la puerta insistentemente, el Señor les respondió: «no os conozco» (Mt 25,12-13) porque «tuve hambre.., sed.., era forastero.., estaba desnudo, enfermo y en la cárcel… cuanto dejásteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejásteis de hacerlo» (Mt 25,42).

Fuente: Teología Hoy

Primer Encuentro con la Prensa del Nuevo Padre General

Apenas un par de días después de su elección, el P. Arturo Sosa ha recibido a unos 70 periodistas en el aula de la Congregación General, su bautismo de fuego mediático como Superior General de la Compañía de Jesús. Le ha presentado el P. Federico Lombardi, quien ha mencionado que el nuevo General había sido miembro de la Congregación General 33, en 1983, en la que fue el delegado más joven. El P. Lombardi ha destacado las buenas relaciones que mantenía el actual General con su antecesor, el P. Nicolás, así como ha indicado que el P. Sosa es, efectivamente, el primer General de los jesuitas que no ha nacido en Europa.

Ver Conferencia de Prensa 

En sus notas introductorias, el nuevo General ha afirmado que se encuentra en paz, incluso cuando no se esperaba ser elegido; que confiaba en Dios y que estaba dispuesto a servir a la Compañía de Jesús y a la Iglesia en su nuevo papel. También ha subrayado un gran reconocimiento hacia su predecesor, el P. Adolfo Nicolás, quien se había entregado por completo a su tarea. También ha añadido que el anterior General volvería a trabajar en la misión que le confiara su superior, como todo jesuita al dejar cualquier responsabilidad.

Finalmente, el P. Sosa insistió claramente en que no esperaba que la Congregación en curso cambie ahora las orientaciones dadas por la Compañía en las últimas décadas, o sea, el servicio de la fe con la promoción de la justicia. Por lo demás, se siente la necesidad de dar con los mejores y más eficaces medios para llevarlo hoy a la práctica, en un mundo diverso y multicultural, y en un contexto que demanda todo tipo de colaboración.

La Conferencia de prensa duró unos 40 minutos a lo largo de los que, periodistas representantes de diversos países, entre ellos España, Chile, Argentina, Francia, Estados Unidos e Italia (por supuesto), le han hecho preguntas respecto de los más diversos temas.

Entre ellas: ¿qué tendría que decir el General sobre la situación de su país, esto es, Venezuela? El P. Sosa ha reconocido que había pasado una gran parte de su carrera académica en el estudio y comentario sobre la vida política de Venezuela. Ha explicado brevemente que un país que no vive sino de los dividendos de un único recurso natural, en un sistema enteramente gestionado por el gobierno, no podía vivir fácilmente una verdadera democracia. Además, ha insistido en el hecho de que, una gran parte de la población espera que se tiendan puentes entre todos, de modo que un diálogo real permita la construcción de un futuro provechoso para todos.

Algunas preguntas tuvieron que ver con el Papa Francisco, sus eventuales relaciones, además de la vinculación entre el Papa y los jesuitas, puesto que estos tienen voto de servirle. También se preguntó al General si le gusta que se le identifique como “Papa negro”. A lo cual, respondió: “¡Claro que no!”. En cambio, ha explicado que, desde la fundación de la Compañía de Jesús, los jesuitas han querido responder a las peticiones del Papa para servir allí donde se les necesitara, puesto que creen que, en tanto que pastor universal, el Papa tienen una visión universal de las necesidades. El P. Sosa también ha mencionado que había visto al Papa actual varias veces: en primer lugar, en la Congregación General 33, luego en el contexto de su trabajo con los centros sociales en América Latina -fue en Argentina-, y más recientemente en el marco de sus responsabilidades como Delegado del General para las obras y las casas internacionales romanas. Sus encuentros siempre han sido agradables y fructíferos.

También se ha interrogado al P. General sobre el modo de su elección, sobre las razones de la renuncia de su predecesor y sobre el hecho de su cargo vitalicio. A su vez, se le han preguntado cuáles son sus prioridades y cuáles los principales desafíos a los que se enfrentan los jesuitas. Para cada respuesta, ha podido aclarar en público el sentido de su ministerio y el compromiso de los jesuitas para contribuir, humildemente, y por su vinculación con Jesús, a la construcción de un mundo que dé prioridad a cada ser humano.

Fuente y Fotografía: cg36.org