Impacto de la pandemia en las comunidades amazónicas de la Triple Frontera

Un artículo de Rodrigo Castells SJ, miembro del Servicio Jesuita Panamazónico en Leticia, publicado en la Revista Aurora N° 17: Eco-activos, correspondiente al mes de mayo.

Consumiendo el buen vivir

El impacto de la pandemia en las comunidades indígenas y rivereñas de la amazonía en la triple frontera de Colombia, Brasil y Perú.

Es bien sabido que, a modo de intentar controlar los contagios por el COVID-19, los gobiernos han implementado fuertes medidas para reducir la movilidad de las personas. Conocido es también el impacto fuerte en la economía de los países y regiones que estas medidas han tenido. Uno de los sectores que más se ha visto afectado es el sector turístico.

Hace ya varios años que los gobiernos locales de este territorio, la triple frontera de Colombia (Leticia), Brasil y Perú, han enfocado sus estrategias de desarrollo sostenible depositando una gran esperanza en el desarrollo turístico. Las mismas comunidades hablan de este giro que ha tenido la región: artesanos, transportistas, hoteles, guías autóctonos, cocineros autóctonos, grupos de música y danzas autóctonos, comunidades que ofrecen alojamiento y paseos por sus resguardos o territorios, pesca y siembra para nutrir esas cocinas, etc.; son muchas las actividades y servicios movilizados en torno a la actividad turística.

Como nos podremos imaginar, el impacto socioeconómico para una economía regional que se había encauzado de forma importante a la actividad turística, ha sido muy grande. Se siente en las comunidades la falta de recursos y las dificultades para sostener la economía familiar. La situación de dificultad y fragilidad económica es grave. Distintos actores de los territorios como ONGs y las iglesias hemos realizado aportes para suavizar esta emergencia, pero son una gota de agua en un mar de necesidad.

Vista desde la perspectiva de la Ecología Integral, no es una situación que restringe su impacto solamente a la dimensión socioeconómica. La vida está interconectada y lo que impacta un ámbito de la vida de las familias y comunidades tiene consecuencias sobre los otros ámbitos (la selva y el río). Vulnerabilidad social y vulnerabilidad ambiental van de la mano.

Por otra parte, la familia campesina-indígena desde hace un tiempo ha ido sufriendo procesos de trasformación cultural que la hacen aún más vulnerable. En primer lugar, el mundo moderno de la economía de consumo le ofrece cada vez más bienes y servicios a consumir (celular, internet, televisión, mayor movilidad y un largo etcétera de productos de consumo). Este proceso provoca la necesidad de disponer de dinero para conseguir estos bienes y servicios. Estar incluidos en la cultura del consumo significa disponer de dinero para comprar los bienes y servicios que el mundo moderno ofrece, casi como si fueran una necesidad. A la familia campesina-indígena ya no le basta, entonces, con una economía basada fundamentalmente en la producción para el autoconsumo, se hace imprescindible producir excedentes o buscar modos de generar recursos y servicios que permitan lograr ingresos monetarios que hagan posible ser parte de la cultura ambiente. En segundo término, en la medida que las familias han ido buscando formas de ingresos económicos externos y la proporción de la economía de auto-sustento se ha hecho menos relevante, ha ido aconteciendo un paulatino abandono de las áreas de cultivo propias (las tradicionales chagras) y una menor diversidad de los cultivos en las chagras. La opción por los servicios turísticos ha impactado en estos procesos.

Lo expresado hasta ahora nos permite tener un panorama de la situación de algunos procesos que, si bien son anteriores a la pandemia, con la misma se han agravado. Pero ¿cómo esta situación, de deterioro de las economías de las familias campesinas e indígenas de la rivera del Amazonas en la triple frontera impacta sobre el medio ambiente?

Nuestros hermanos y hermanas de las comunidades campesino-indígenas de los bosques y selvas donde estamos situados, provocan impacto en los territorios. Aunque estos impactos en general no son muy grandes, no debemos desconocerlos. Históricamente las principales actividades han sido la pesca, la caza y la siembra tumbando y quemando monte. Pero a medida que, como lo señalamos, han ido cambiando los patrones de consumo estos impactos se han ido incrementando. Impactos que se viven con cierta preocupación al interior de las comunidades (hemos podido presenciar que se habla del asunto en sus asambleas). De aquí que, desde hace tiempo, muchas ONGs y organismos de gobierno nacionales e internacionales diseñan proyectos económico-productivos, que buscan nuevos modos de incrementar la producción de excedentes comercializables, además de asegurar la soberanía alimentaria. Un buen ejemplo son las propuestas que la Fundación Caminos de Identidad – FUCAI, junto con el equipo de Leticia del SJPAM, ha ido trabajando en el territorio de la triple frontera, el proyecto “Comunidades indígenas de abundancia”.

No sobra expresar que, siempre y en toda situación, los impactos de las comunidades campesino-indígenas sobre el ambiente o los recursos naturales son muy inferiores a los que provocan las actividades extractivas a gran escala como la minería, la ganadería, la agricultura, los madereros, los pesqueros profesionales. Reconociendo esto de base, tampoco podemos negar que el impacto de las actividades de nuestros hermanos y hermanas de las comunidades, para la consecución de su alimento y dinero para los otros consumos, se ha ido incrementando fuertemente.

He aquí la dimensión ecológica integral. Si bien, como lo expresamos, la situación de deterioro en la relación con el ambiente ya venía aconteciendo, pero como un problema menor o marginal, en el contexto de los menores ingresos provocados por el efecto de la pandemia en el turismo, este proceso de deterioro se ha agravado. Se observa una mayor necesidad de pescar lo que sea del río, no importa tamaño ni época, cortar la madera que sea, la que se encuentre y más o menos se útil (cada vez la buena madera se la encuentra más lejos y escasa) y cazar todo lo que se pueda no importa época ni tamaño.

En otras palabras: han ido aconteciendo cambios en la matriz de necesidades y de usos de los recursos o bienes de la creación. La pandemia profundiza estos procesos. Las comunidades han estado ancestralmente acostumbradas a una naturaleza abundante de la cual se puede extraer lo necesario para vivir. Cuando los niveles de consumo eran bajos y la economía era principalmente de auto-sustento, el impacto sobre el entorno era irrelevante. En este nuevo contexto y en una situación de agudización de su pobreza por efecto de la pandemia sobre la actividad del turismo, se han profundizado las dinámicas extractivas y con ellos los impactos ambientalmente perjudiciales.

Nos parece necesario trabajar juntos para afianzar algunos procesos en los territorios, a partir de los cuales se pueda seguir haciendo camino junto con las comunidades, para revertir o re-encauzar estas tendencias; procesos que deberán abordar aspectos productivos pero que, de un modo más integral, deberán considerar la gobernanza o lo político-organizativo, lo educativo, lo cultural, lo espiritual; y contribuir con una mirada crítica de los procesos que van aconteciendo en las comunidades. Los impactos de la cultura del consumo llegan por todos medios y afectan a la integralidad de las personas, sus relaciones comunitarias y con la creación, también con la cultura. Urge no quedarnos en miradas que idealizan y abstraen, más propias de foráneos que buscan ideales perdidos, y ser por el contrario hombres que quieren vivir y acompañar cambios desde la praxis con y en medio de la comunidad.

Hno. Rodrigo Castells, SJ

Nuevos desafíos asumidos: integración de la Obra y el Hogar San José

La Obra de San José tiene como principal objetivo posibilitar y facilitar a las personas en situación de calle un proceso de autonomía que les permita asumir la propia vida. De manera complementaria, el Hogar de San José, atiende necesidades de supervivencia de hombres mayores que se encuentran sumergidos en una situación de vida en la calle o en extrema pobreza. En el último tiempo, ambas obras asumieron un nuevo y gran desafío: integrar esfuerzos, objetivos, proyectos y trabajar juntos en pos de brindar un mejor servicio comunitario.  Compartimos el testimonio de Guillermo Blasón S.J, presidente de la Fundación Obras de San José y de Araceli Baenninger, su nueva directora.

Guillermo Blasón SJ

El pasado 30 de abril en el Hogar de San José despedimos a Susana García de Lamberti luego de casi cuarenta años de trabajo, los últimos como directora. Como el momento era importante, y no queriendo que la pandemia nos quite la posibilidad de reconocer la entrega de Susana, hicimos una reunión Zoom para poder agradecerle. En ese acto también el P. Provincial le entregó una carta de hermandad.

La reunión también fue oportunidad para darle la bienvenida como directora a Araceli Baenninger, quien ya se venía desempeñando como directora de la Obra de San José. A partir de ahora, entonces, comienza un tiempo desafiante en el que trataremos de integrar el trabajo de la Obra y el Hogar en función de dar el mejor servicio a las personas en situación de calle. 

En este tiempo de pandemia, el Hogar de San José está alojando a unos 25 hombres y diariamente da almuerzos en forma de viandas para 160 personas. Por su lado, en la Obra se están brindando, cada día, unos 120 desayunos -también en forma de vianda-, y servicio de ducha a unas 50 personas. Las necesidades son muchas y por momentos nos sentimos desbordados: sea por el incremento de solicitantes de ayuda, sea por las problemáticas con que se presentan. 

En mi caso, como jesuita y como presidente de la Fundación Obras de San José –de la que dependen tanto la Obra como el Hogar-, me siento feliz de que la Compañía me haya pedido estar al frente de esta misión. Trato de integrar mi trabajo con los responsables de la gestión corriente con el trato directo con las personas en situación de calle que asisten allí. Eso me ayuda a mirar con otros ojos la gestión, teniendo como horizonte la misión de asistir a las realidades desafiantes que viven las personas, así como también el romper las dinámicas deshumanizantes que genera la calle. Por otro lado también es un desafío, especialmente a partir de este tiempo de pandemia, el sostener la estructura de donantes y bienhechores que ayudan a que las dos obras puedan seguir con su servicio.

En fin, nos encomendamos a Dios al encarar este tiempo de integración y agradecemos que la Compañía siga dedicándose a atender y dar lo  mejor de sí para que muchos hermanos puedan recuperar su dignidad.

Araceli Baenninger

Mi nombre es Araceli Baenninger, hace muchos años cuando mis hijos iban al Colegio del Salvador conocí la Obra de San José. 

Junto con otras familias formamos una cadena de ayuda que empezó poco a poco con esfuerzo, pero también con mucha esperanza para poder ayudar desde nuestro pequeño lugar. Todo lo que sentíamos cuando ayudábamos iba transformando también nuestras propias vidas. 

Años más tarde convocada a lo que yo sentía como un gran compromiso asumí en el 2011 como directora de la Obra de San José.

Fue entonces cuando conocí la cruda realidad de lo que realmente significa “Vivir en la calle”.

Compartí y comparto historias de vidas muy difíciles, muchas tristezas, desolaciones, sueños rotos, … pero también fui y sigo siendo testigo de tantos agradecimientos por encontrar un espacio donde no se juzga, donde se ve al otro con una mirada esperanzadora y donde se tiende una mano amiga. 

La situación de calle es considerada la forma más extrema y más visible de exclusión.

Las personas que atraviesan estas circunstancias figuran como el último eslabón en la cadena de asistencia. Están en el anonimato, pasamos al lado y no los vemos. Son invisibilizados.

No sólo se trata de familias que se han visto sorprendidas por la situación de calle, sino otras que se están conformando, donde muchos de sus miembros nunca han tenido un hogar constituido. En definitiva, son personas, que se encuentran mal nutridos, en un lugar de marginación, de pobreza estructural y que de no habilitar los medios necesarios formarán a su vez nuevas familias en situación de calle.

Hay una característica, un rasgo común, entre todos ellos. La devastación del lazo social que los sostenía, No hay nada ni nadie con quien vincularse y si el lazo existe es muy lábil, débil y cambiante.

Es importante tener en cuenta la singularidad de cada caso, lo que hace que esa persona sea “esa persona” y no otra, qué es lo que lo marca como sujeto, cuál es su angustia si la hay y recordar que en todos los casos esa angustia es diferente. En general son cronológicamente adultos, pero a la vez existe en ellos algo de infantil.

Pasan hambre, frío, malos tratos, pero cuando lo cuentan parece que todo esto no los afecta, como si estuvieran anestesiados, relatan su historia como si fuesen otras personas las que transitan por esto. Se podría pensar que no hay angustia ante lo vivido, por eso es importante la palabra, para que esa angustia pueda salir, y cuando esto suceda poner a trabajar la red social. (Psicólogos. Trabajadores sociales, Psicólogas sociales.) Se trata que expresen la angustia surgida, y a partir de allí encontrar estrategias para seguir saliendo de ese no-lugar de existencia y a partir de allí reconocer el problema y ser trabajado.

Todas estas personas que quedan fuera del sistema encuentran un espacio tanto en la Obra como en el Hogar de San José donde a través de la contención, expresión y capacitación intentamos estimular y desarrollar las potencialidades de cada uno, teniendo en cuenta su bagaje intelectual y bagaje de vida que posee. Es aquí donde la flexibilidad, la adaptación y los cambios se nos presentan como un desafío a los programas preestablecidos, dado que la resistencia, la falta de compromiso, el sostenimiento del espacio son algunas de las cuestiones a tener en cuenta y trabajar permanentemente.

No podremos desde nuestro mínimo lugar Hogar y Obra cambiar una realidad social que se presenta avasallante y amenazadora, pero sí podemos a través de las distintas intervenciones que brindamos responder a la problemática más urgente que necesitan. Es importante llamarlos por su nombre, mirarlos a los ojos, escucharlos. Todo esto tiene mucha importancia en su cotidianeidad ya que muchas veces están marcados por los malos tratos o los destratos de ignorancia permanente. 

Hoy, aparece un nuevo desafío: La dirección del Hogar de San José y la integración de ambas obras .Algo que agradezco porque me llena de alegría y esperanza.

Un desafío que me invita a seguir construyendo puentes entre las necesidades de tantas personas frente a una realidad que nos duele y las posibilidades de tantas otras dispuestas a comprometerse con esa realidad.

Será un tiempo de mucho trabajo en equipo donde voluntarios, colaboradores y todos los que formamos las dos obras, podamos ofrecer y compartir nuestros talentos y nuestras manos. Pero estoy segura que también se abre un tiempo muy necesario hoy. Es el mismo deseo y la misma emoción que sentí desde aquel primer día en el año 1998. Confiada y segura que San José nos seguirá iluminando y mostrando el camino.

Informe: “Hacia una Argentina con desarrollo humano integral”

Cáritas Argentina, la Comisión Nacional de Justicia y Paz y la Universidad Católica Argentina han puesto a disposición la documentación completa del  Seminario “Hacia una Argentina con desarrollo humano integral”, que tuvo lugar en noviembre pasado.

En ese marco, destacados especialistas y personas representativas de distintos sectores de la sociedad expusieron sus visiones sobre la situación actual y sus ideas para la construcción de un país con auténtico desarrollo inclusivo.

Al libro, disponible en el repositorio de la Biblioteca de la UCA, se puede acceder en “Hacia una Argentina con desarrollo humano integral. Tierra, techo y trabajo en la perspectiva de la fraternidad y la amistad social”.

SJM: informe situacional de las poblaciones desplazadas en Argentina

El Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) en Argentina, presentó un informe de situación de las personas migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo en el período 2020-2021. Este informe quiere dar cuenta de la dimensión de incidencia que el SJM trabaja en el país, hacer visible los impactos de la pandemia que se reconocen y factores que han hecho de Argentina –y también de Uruguay-, un destino atractivo para estas poblaciones.

Asimismo, plantea desafíos organizacionales que representan para el trabajo y define una serie de recomendaciones para el trabajo del SJM en adelante. Compartimos la presentación que el P. Provincial, Rafael Velasco S.J. al informe en cuestión y los accesos a la presentación –via YouTube-, y al informe completo.

A modo de presentación

P. Rafael Velasco S.J. (Superior Provincial en Argentina y Uruguay)

 “…era migrante y ustedes me acogieron” (Mt. 25, 35)

Las crisis prueban la consistencia de determinados enunciados. Lo sabemos a nivel personal y lo constatamos a nivel institucional. Una crisis deja a las claras, las opciones reales, los valores que de verdad nos sustentan, no los proclamados, sino los que fundan lo que hacemos, los que nos ponen en movimiento en determinadas direcciones.

La crisis provocada por la pandemia del COVID 19 ha dejado a la luz –entre otras cosas- que los enunciados políticamente correctos de nuestra sociedad han mostrado su inconsistencia en la práctica. Los marginados de siempre han quedado más al margen aún, los empobrecidos han aumentado y entre ellos, los migrantes y refugiados han sido de los colectivos más afectados: son ellos, por ejemplo, los primeros que han sido despedidos del mundo laboral y fueron arrojados de sus alojamientos. Con ellos las políticas públicas han mostrado su insuficiencia. La injusticia estructural se reproduce si no hacemos algo para evitarlo. Este informe del Servicio Jesuita al Migrante (SJM) da cuenta de ello.

Este informe es un relevamiento de situación y una primera puesta al día de algunos aprendizajes en tiempos críticos. Pretende visibilizar y sensibilizar acerca de la realidad de los Migrantes y personas en busca de Refugio; y busca ser un aporte a la incidencia en favor de ellos.

Este informe da cuenta también, aunque sin proponérselo directamente, de que los enunciados del SJM son consistentes con sus opciones y acciones. En medio de una crisis insólita el Servicio Jesuita al Migrante ha hecho grandes esfuerzos de acogida, alimentación, alojamiento, documentación y orientación. El informe refleja los intentos por dar respuesta a una realidad doliente dando la cara y no escondiéndose detrás del anonimato impersonal en el que a veces naufragan organizaciones con propósitos nobles. Ese tal vez es uno de los aprendizajes más importantes.

Este informe da cuenta también de que ha habido y hay organizaciones consistentes que en medio de la tormenta tratan de rescatar a quienes son arrojados por la borda. Con ellos trabajamos y queremos seguir trabajando, cada uno aportando lo suyo, desde su propia perspectiva.

Dice Camús en la Peste que “hay en los hombres más cosas dignas de admiración que de desprecio.” En tiempos de peste, se revela también el costado luminoso y esperanzador de tantísimas personas e instituciones. La Esperanza en una virtud que necesita ser alentada por opciones y acciones, es una virtud imprescindible, pero que necesita ser cultivada y arropada cooperando y perseverando en medio del vendaval. Entre todos. Desde el SJM de la Compañía de Jesús ofrecemos nuestro aporte que brota de nuestra fe en Jesucristo, Esperanza de la Humanidad.

Enlace a presentación del informe: bit.ly/334Tyi5

Enlace al informe completo: bit.ly/3gQmGBP

Carta Panamazónica – Edición nº 80

A pesar de las dificultades provocadas por la covid-19 para realizar encuentros presenciales, en este mes de marzo el
P. Valerio Sartor sj participó en tres encuentros virtuales de los ejes de la REPAM que el SJPAM ha estado apoyando de manera más concreta.

El 5 de marzo se llevó a cabo la reunión del Eje de Pueblos Indígenas, para definir las prioridades de acción para este
año, así como la conformación de su coordinación y la agenda de encuentros. El pasado 12 de marzo se reunió el Eje Justicia Socioambiental y Buen Vivir para revisar la propuesta de trabajo en este contexto de la pandemia, ya que no ha sido posible realizar encuentros de intercambio presencial con entidades que trabajan con experiencias económicas-productivas alternativas al sistema capitalista(tal y como se había planeado); también fue necesario revisar cómo fortalecer el uso de plantas medicinales y la soberanía alimentaria en las comunidades indígenas y campesinas para combatir la covid-19. El 25 del mismo mes se realizó una reunión con los coordinadores de los Ejes, la Secretaría Ejecutiva y la Presidencia de REPAM para establecer un diálogo cercano entre los miembros de la red, reflexionar sobre la nueva organización estructural de la REPAM, hacer la  planificación de los ejes y revisar la agenda de reuniones para 2021.

Discerniendo el camino de nuestra planeación como SJPAM

Los días 4 y 18 de marzo nos hemos reunido por medio de zoom los integrantes del equipo del SJPAM que están en Leticia, es decir Edmo Flores, Rodrigo Castells y Valério Sartor, con Luis Javier Sarralde que aún está en Bogotá sin poder viajar, debido al cierre indefinido del aeropuerto de Leticia por el contexto difícil de la crisis pandémica en la zona fronteriza. Fueron dos momentos de conversación espiritual muy agradables, con el fin de intercambiar  fundamentalmente las mociones y las expectativas que tenemos ante el proceso en marcha de la planeación del SJPAM para el futuro. Tras algunas sencillas tareas que nos hemos propuesto: asimilar el sondeo realizado el año pasado 2020, o tener en claro lo que hace cada uno hoy en día en el SJPAM, vamos decantando los llamados del Espíritu para orientar esa planeación en su primer nivel, es decir, el del equipo de Leticia. Durante el mes de abril seguiremos trabajando a través de dos reuniones virtuales, para enfocar el horizonte de dicha planeación, que también será acompañada desde la CPAL.

Misión de Semana Santa

Profundidad y presencia, son palabras que marcaron el andar de esta Semana Santa. Profundidad del misterio de la Iglesia del sínodo que va naciendo en la Amazonía; presencia del Espíritu que va fecundando ese cuerpo de Cristo con rostro amazónico.

Esta semana Santa el equipo se multiplicó. Además del equipo Pastoral compuesto por jesuitas, lauritas, capuchinos, Magnolia, el diácono Ferney, un matrimonio y personas laicas de varias comunidades, se sumaron más de 12 jóvenes misioneros de la comunidad Nazareth (sede de la parroquia Sagrada Familia). Éstos jóvenes fueron la gran y gozosa novedad. Todos ellos son de la etnia Ticuna (etnia que prevalece en el territorio de la parroquia), conocedores de su idioma y su cultura, animadores religiosos en su comunidad. También se sumaron hermanos misioneros y misioneras de espiritualidad Marista y de La Salle. Procedentes de distintas nacionalidades: Chile, Venezuela, Fidji, Colombia, Uruguay, Brasil. Un equipo rico por su diversidad.

Acompañamos el caminar, visitamos las familias y animamos las celebraciones junto a los líderes religiosos y autoridades indígenas de cada una de las 13 comunidades que hacen parte de la parroquia ubicadas en la rivera colombiana del río Amazonas. Comunidades indígenas, principalmente de la etnia Ticuna y también con presencia
de las etnias Yagua y Cocama.

Nos consoló la presencia de los jóvenes misioneros. Gozamos al escuchar en los cantos, las conversaciones y las celebraciones animadas por los jóvenes en su lengua materna. Se experimentaba el surgir de una iglesia autóctona. En ellos va surgiendo el sueño de un iglesia más inculturada.

Nos sentimos desafiados por continuar en la tarea de hacer surgir, secundando al Espíritu, nuevos liderazgos religiosos en varias de las comunidades, donde se celebre la fe con rostro amazónico, incorporando elementos de su cultura, tambor, danza, asaí, casabe, pescado, mazato, plátanos, totumas y fariña.

En fin, ha sido gozoso constatar que lo que el Espíritu de Dios habló en el Sínodo de la Amazonía está ya pariéndose
en la selva y los ríos de esta Querida Amazonia. La acción de su espíritu nos precede, lo que soñamos como iglesia es
lo que él ya ha fecundado con su vida. Acompañar con sencillez y humildad esa nueva iglesia que nace. Reconocer en esos rostros y comunidades la presencia del crucificado que va resucitando por la fuerza del amor requiere de profundidad evangélica en la mirada y presencia en la realidad por ellos y por Dios ancestralmente habitada.

Puedes descargarla aquí: Carta Panamazónica N° 80 – marzo 2021 (ESP)

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Proyecto Sembrar: el rincón de emprendedores migrantes

El Proyecto Sembrar, surge como una alternativa para ayudar a las personas migrantes que se han visto en la dificultad de conseguir empleo en el país de acogida, y que, a consecuencia de ello, han tenido la necesidad de convertirse en emprendedores.

Dicho proyecto, fue creado por la oficina del Servicio Jesuita a Migrantes CABA (Ciudad Autónoma de Buenos Aires), y se hizo posible gracias a la ayuda y financiación de los jesuitas de Alemania y Austria.

“Sembrar” forma parte de una fuente de financiación de Capital Semilla, que posibilita a través del aporte inicial de un monto en efectivo (sin retorno), la inversión en materias primas o insumos activos para mejorar la capacidad de producción de los negocios emergentes.

¿Cuál es el propósito?  

  • Impulsar ideas de negocio que estén en la capacidad de convertirse en potenciales emprendimientos y que puedan contribuir a mejorar los medios de vida de la población de interés.
  • Fortalecer emprendimientos en marcha que contribuyen a la generación de ingresos de la población acompañada.
  • Posibilitar medidas de integración socioeconómica en el territorio de acogida.
  • Asignar fuentes de financiación a población migrante y refugiada en la capacidad de ser invertida en modelos de negocio sostenibles.

Además de la ayuda financiera, el SJM ARU, específicamente la oficina de CABA, se dedica a  acompañar a los emprendedores migrantes, mediante talleres de formación continua que los ayuden a identificar las variables de crecimiento para sus emprendimientos.

En la primera fase de ejecución, fueron  entregados  apoyos económicos para 10 emprendimientos, que permitieron a las personas acceder a materias primas, maquinarias  y otros implementos  para el fortalecimiento de sus medios de vida.

En la actualidad  se encuentra en la segunda etapa de ejecución , para beneficiar  a más emprendedores.

Podés conocer más sobre el proyecto haciendo click en el siguiente enlace: Proyecto Sembrar

 

Fratelli Tutti con perspectiva migrante

Alberto Ares SJ es director del Instituto de Estudios sobre Migraciones (IUEM) y adjunto a la coordinación del Servicio Jesuita a Migrantes en España. En esta oportunidad nos presenta un análisis de la encíclica ‘’Fratelli Tutti’’ desde la mirada de la realidad migratoria.

Entre los puntos que reflexiona Ares se encuentran:

  • Somos un familia
  • Fronteras y miedos
  • Derechos sin fronteras
  • Un mundo abierto
  • La hospitalidad que brota del amor
  • Políticas inclusivas y ciudadanía
  • Identidad, comunidad y las dimensiones local y universal
  • Diversidad, amistad social y el encuentro con los últimos
  • Diálogo interreligioso y paz social
  • Espiritualidad, teología y acción pastoral

Podés descargarlo haciendo click aquí: Fratelli Tutti y Migraciones

 

Córdoba Urgencia Alimentaria se hace eco en la Fundación del Papa Francisco

La campaña Córdoba Urgencia Alimentaria, organizada e implementada por seis instituciones de Córdoba en el marco de la pandemia por COVID-19 en junio del 2020, hoy se hace eco en The Papal Foundation.

Esta iniciativa de Cáritas Córdoba, Pastoral Social, Jesuitas, Radio María, Hombre Nuevo y Manos Abiertas nació con el objetivo de mitigar la falta de comida en 25.000 familias, tanto de la ciudad como del interior de la provincia, acercando módulos alimentarios a través de zonas pastorales de la Arquidiócesis de Córdoba. La acción se desplegó en diferentes medios audiovisuales, gráficos y digitales, incluyendo la propia web: www.urgenciaalimentaria.com.ar

A fin de año, el objetivo inicial propuesto se logró gracias al trabajo conjunto de personas y entidades que aportaron dinero, tiempo y tareas voluntarias, y de personalidades del medio artístico y deportivo, que sumaron su mensaje a la comunidad.

Hoy esta enorme satisfacción se multiplica gracias a una donación extraordinaria de la Fundación Papal para contribuir con la campaña Córdoba Urgencia Alimentaria en el año 2021, verdadero reconocimiento y aliento al esfuerzo ya realizado. A su vez, representa esperanzas renovadas para las miles de familias que siguen necesitando un gesto solidario para algo tan básico como llevar un plato lleno a la mesa.

Links de interés:

 

Un informe presenta los logros y desafíos de los Hogares de Cristo

El pasado martes 23 de febrero un grupo de periodistas y comunicadores asistieron virtualmente a la conferencia de prensa en la que se presentó el informe “Evaluación de impacto integral de los Centros Barriales del Hogar de Cristo”.

Hogar de Cristo

La Federación Familia Grande Hogar de Cristo es una red de centros barriales que tienen como finalidad dar respuesta integral a situaciones de vulnerabilidad social y consumos problemáticos de sustancias psicoactivas, poniendo en primer lugar a la persona y sus cualidades. Creada en 2008 en los barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires, la federación hoy nuclea 190 centros barriales en 19 provincias de la Argentina.

El sello es “recibir la vida como viene, porque toda vida es sagrada y valorada”. El otro principio es “acompañar cuerpo a cuerpo, poner en práctica la Parábola del Buen Samaritano, ayudar a los hermanos que sufren para que se pongan de pie”, con un Jesús “cercano, presente y amigo, que nos abraza”. Esto, destacó monseñor Carrara, es una familia, que acompaña la dimensión educativa, los emprendimientos laborales. El Hogar es una familia que recibe, abraza y acompaña, donde los chicos se sienten parte, se adueñan de ese lugar para sentarse en una mesa, y en lo cotidiano se va haciendo un espíritu de familia. Son protagonistas centrales en la familia del Hogar de Cristo.

El informe

El informe presentado a través de la plataforma Zoom, y transmitido en vivo por YouTube expone los resultados de una investigación que buscó comprender cómo los centros barriales contribuyen al desarrollo humano e inclusión social de las personas que ellos acompañan.

El trabajo de investigación se realizó en el marco de un convenio entre el Departamento de Investigación Francisco Valsecchi de la Facultad de Ciencias Económicas de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA) y la Federación Familia Grande Hogar de Cristo con la participación de un equipo interdisciplinario e interinstitucional.

Referentes de Ecología en la CPAL: Reflexión conjunta y articulación para la incidencia en la región

Representantes de varias obras y redes desde diferentes sectores de la Compañía en América Latina y El Caribe, se ha reunido periódicamente desde finales de 2019 con el fin de dialogar, reflexionar y articular procesos que puedan incidir en la agenda de ecología, medio ambiente, justicia y sustentabilidad de la región y el mundo.

A raíz del trabajo compartido, en el mes de febrero del corriente año publicaron su primer Boletín informativo:

Boletín del Grupo de Referentes de Ecología en la CPAL 

25 de febrero de 2021  

El Grupo de Referentes de Ecología de la CPAL nace a finales de 2019, reuniendo a representantes de obras y redes de los diferentes sectores en la región, que estuvieran gestionando procesos en relación a temáticas socio-ecológicas (medio ambiente, clima, justicia, sustentabilidad, agricultura, ecología integral, etc.), para generar una instancia de diálogo, reflexión y articulación de procesos, con el fin de contribuir en la incidencia a nivel regional, y desde ahí, aportar una visión y perspectiva de la CPAL a la Red Ignaciana de Incidencia Global (GIAN por sus siglas en inglés) de Ecología: Ecojesuit.

El Grupo está conformado por colaboradores de la Compañía que representan a las siguientes obras y redes de la CPAL:

Sector Educativo: 

Sector Social: 

Sector Pastoral: 

Durante su corta pero sustanciosa trayectoria, el Grupo ha puesto sobre la mesa varios temas de la agenda ecológica a nivel regional, participando, difundiendo y generando espacios de diálogo, y apoyando en su difusión a las diversas iniciativas entre las mismas redes y obras.

Estas son algunas de ellas:

  • Webinar «Análisis del impacto ecológico del COVID-19», grupo referentes ecología CPAL (abril/2020)
  • Seminarios sobre Ecología Integral, Red de Centros Sociales (junio-noviembre/2020)
  • Compromisos de Ecojesuit para construir una nueva normalidad (julio/2020)
  • Apoyo y Participación en la Asamblea Mundial por la Amazonía (julio/2020)
  • Movilización para la ratificación del Acuerdo de Escazú
  • Seminario 5 años Laudato Si, AUSJAL (septiembre/2020)
  • Conversatorios Virtuales para estudiantes sobre Ecología y Decálogo de Hábitos para el Cuidado de la Casa Común, FLACSI

Gracias al apoyo de la Oficina de Comunicación de la CPAL, en las próximas ediciones del boletín se estará profundizando en cada uno de los procesos e inicia vas que se vienen impulsando.
Contacto: Para cualquier información, comunicarse con Jimena Castro al correo:  jimena.castro@flacsi.net.

Fuente: jesuitas.lat