Rafael Velasco SJ: mensajes de esperanza en redes sociales

Hace 400 días ininterrumpidos que, desde esta red social, comparte un cuento a diario para hacer llegar su palabra de fe y esperanza a todo aquel que quiera oír. ¿Te gustaría conocer la historia detrás de sus relatos?

El 26 de abril se cumplieron 400 días desde que el Padre Rafael Velasco sj, Superior provincial de los jesuitas de Argentina y Uruguay, iniciador del espacio Nos Rezamos, comenzó a contar sus historias online. No fue algo planeado, simplemente sintió la necesidad de hacerlo y, aún sin ser un especialista en el manejo de la tecnología, tomó su teléfono y se animó a grabar un video. La publicación de ese primer cuento coincidió con el principio de la cuarentena, el 21 de marzo de 2020, y así, poco a poco, fue construyendo un espacio dedicado al encuentro con el otro a través de la palabra. Un poco para invitar a la reflexión espiritual pero, fundamentalmente, para acompañar. Para sembrar esperanza ahí donde el terreno parecía arrasado por el dolor y el desconcierto.

El espacio nació en marzo del año pasado, cuando se decretó que no se iban a poder abrir las iglesias por el aislamiento social obligatorio. Intuía que la situación iba a causar sufrimiento y muchas personas se iban a sentir muy solas. Entonces decidí empezar este espacio porque, desde que me ordené de cura, siempre termino la homilía con un cuento y pensé que también podía funcionar al revés, que podía empezar con uno para llamar la atención…”, recuerda el Padre, quien decidió salir al encuentro de aquellos que habían quedado “a oscuras” por la dramática situación de la pandemia, de la mano de relatos cortos que tuvieran un rico mensaje simbólico.

Mamerto Menapache, Anthony de Mello y tantos otros autores que conoce de memoria, y a su vez nuevos escritores que va a encontrando por Internet, le sirven de inspiración para compartir estas lecturas en las que, de tanto en tanto, también incluye textos propios. “He intentado captar el ánimo de la gente para darle una palabra de aliento, de esperanza. Enseguida me llamó la atención la respuesta: pensé que llegaría a pocas personas, pero empezó como un pequeño grupo y se convirtió en una comunidad. A lo largo de estos 400 cuentos hemos creado un lazo a través del tiempo“.

El enorme valor de la palabra

Velasco nació en Córdoba (una suave tonada aparece, inconfundible, en sus relatos), pero actualmente vive en Villa Trujui, un barrio del Conurbano ubicado entre San Miguel y Moreno. Allí la realidad es difícil, como en tantos otros puntos del Gran Buenos Aires y de todo el país. “Valoro que esto que hago sea un espacio significativo y de acompañamiento en este caminar tan duro y lleno de incertidumbre para quienes han sido golpeados por las pérdidas y por la enfermedad. Ha sido la forma de animarnos unos a otros y de estar juntos, a pesar de la distancia. Y eso ha sido posible porque la narración tiene magia: los cristianos creemos que por la palabra fueron hechas todas las cosas. La palabra crea mundos y la palabra humana que recibe a Dios enciende el corazón de las personas“, destaca en este diálogo con Sophia.

No es casual que, al abrigo de sus cuentos, florezcan los mensajes de agradecimiento. Como este que escribió Esteban en el muro de Facebook donde Velazco sube, puntualmente, un nuevo video cada día: “Gracias Padre por recordarnos la ternura de Dios que viene siempre a buscarnos, estemos donde estemos. Nos Rezamos“. O este otro, de Vivian: “Maravillosa reflexión y relato Padre. La humildad es una gracia para entender el Amor. Bendiciones“. O el de Carolina, que luego de escuchar la historia de “Los lobos” se sintió inspirada a dejar también su reflexión al pie de la publicación: “A veces es difícil reconocer cuáles son las cosas que nos inmovilizan, esos miedos que nos paralizan. Ojalá tengamos la valentía de Efradin de enfrentarlos confiando en que Dios nunca nos abandona y acompaña“.

Contento de poder ser una compañía para todos ellos, el sacerdote comparte su anhelo de seguir ayudando a que las personas encuentren calma y sosiego por estos días y celebra que cada vez sean más los que busquen refugio en la espiritualidad para atravesar un tiempo desafiante. “Las cosas de Dios se dan de maneras sorprendentes pero, a la vez, son simples. Tal vez sea la simpleza de la propuesta la que haga que tantas personas se sientan identificadas. Por eso, yo siento que ‘Nos rezamos‘ nos ayuda a pastorearnos entre todos“, sostiene.

Fuente: www.sophiaonline.com.ar

Encontrá más publicaciones en: www.facebook.com/Nos-Rezamos

Luis de Maussion SJ parte a la casa del Padre – Por Jorge Berli SJ

El mediodía del jueves 22 de abril, falleció el P. Luis de Maussion SJ en Misiones, donde acompañaba a la comunidad de la parroquia Santos Mártires. El estudiante jesuita Jorge Berli SJ, escribe unas palabras de despedida que compartimos a continuación:

Luis era un jesuita de un gran corazón, un espíritu joven, de mirada limpia, de alma generosa y de sonrisa pícara. Un hombre bueno, sabio y profundo.

Yo lo quería mucho, es uno de esos jesuitas que tienen su peso en el corazón. Era un compañero que ha recorrido con profundidad y por mucho más tiempo el camino de nuestra vocación y al que admiro porque ha dejado a su paso, un camino de vida sembrada.

Cuando estuvo en Santa Fe, casó a mis papás. Mi mamá nos escribió esto a los cuatro hermanos:

“(…) Luis celebró nuestro casamiento el 29 de diciembre de 1989, recuerdo como me miró con amor, cuando entré a la iglesia del brazo del abuelo para encontrarme con papá… entonces, Luis expresaba alegría y paz. (…).»

Luis era de Córdoba, hizo sus estudios secundarios en el Colegio Montserrat. Fue de los pocos jesuitas que ingresaron a la Compañía de Jesús en los años siguientes al Concilio Vaticano II. Fue recibido en el Noviciado, con 20 años, en 1965.

Estuvo en el Colegio Inmaculada (S. Fe) como maestrillo (1971-1973), como director espiritual y más tarde, como Rector (1977-1984). Fue también, Rector del Colegio del Salvador (Bs As), cuya edificación se reestructuró durante su dirección (1985-1998); Rector del Colegio Sagrada Familia (Cba) desde 2006 hasta 2012 y Párroco de Santos Mártires e Itatí (Misiones) desde 2013 hasta la actualidad. Había sido destinado como superior de la comunidad de Santa Fe pero después de haber luchado 14 días por su salud, falleció el día de hoy -22 de abril, memoria de la Virgen María, Madre de la Compañía de Jesús.

En la misa de exequias, José Luis Ferroni SJ, dedicó estas palabras en su memoria:

«Despedir al Padre Luis es más que despedir un amigo: es un Padre, hermano, compañero, compañero de Jesús, compañero nuestro (…) ¡Cuántas cosas significa el P. Luis para nosotros! Es una parte del corazón que se nos arranca, es como un árbol quitado de este mundo para ser plantado en otro.

¡Y qué decir de su memoria! (…) Así el padre Luis también será honrado por Dios junto a Jesús. Y esto pedimos, Que Dios lo tenga en su Gloria.

En el día de María Madre de la Compañía, ha sido ella quien lo ha buscado y quien está a las puertas del cielo recibiéndolo. (…) Ella será quien lo hará conocer esta nueva, patria, esta nueva tierra.

Si pudiera definir [al Padre Luis] en dos palabras diría que es un hombre bueno y fiel. Sonriente, pacífico, tranquilo. Todo lo hacía con tranquilidad. Un hombre de Dios fiel a los jesuitas, a la Compañía y a Dios.

Hoy lo despedimos tristes pero consolados por la fe. Tristes por la partida, pero consolados por la fe, la esperanza y el amor. Jesús ya lo dice: es necesario que el grano de trigo caiga y muera porque ese grano es el mismo Jesús que, desde la cruz cae muerto, es sepultado en el seno de la tierra y al tercer día brota fecundamente. Se hace tallo, espiga y nuevos granos de trigo.

Por eso Jesús ya no está caminando entre nosotros como en Palestina, sino que está presente como grano de trigo en cada eucaristía, en cada sacramento, en el corazón de los orantes, de los creyentes, está entre nosotros como el Emmanuel.”

Las comunidades de Misiones lo despidieron con todo el cariño y alegría. En Santa Fe hicieron lo propio con el mismo afecto con el que se lo estaba esperando. Estos son signos de resurrección de un hombre que pasó haciendo el bien: ser despedido y esperado con amor. Estoy seguro que así como fue en la tierra, será también en el cielo.

Gracias, Luis, por tu cariño y cercanía. ¡Nos volveremos a ver!

Jesuitas en el mundo: nuevo espacio web para el intercambio y el diálogo

El Servicio de la Fe de la Compañía de Jesús lanza un nuevo sitio web llamado ‘Faith Dimensions’ (www.dimensions.faith), diseñado para reunir en diálogo a una comunidad de fe. Su objetivo es presentar un abanico de reflexiones, puntos de vista, maneras de entender y pensar, y preguntas sobre cualquier aspecto de la cultura, secular o religiosa, desde la perspectiva de la fe.

La fe en Jesucristo es el centro de la vida de todo jesuita.

Toda obra de la Compañía lleva en su entraña la fe y el servicio, que son lo que inspira y da forma a todo lo que hace la Compañía. Para la Compañía de Jesús, el servicio de la fe no puede separarse del trabajo por la justicia y los derechos de los pobres y marginados que existen en toda sociedad. Si el Reino de Dios se funda en la fe en Jesucristo, Señor y Salvador, crece luego con la acción en pro de la justicia. La Compañía de Jesús ha enunciado recientemente cuatro preferencias apostólicas que expresan este servicio apostólico adaptándolo a nuestro tiempo. El secretario para el Servicio de la Fe es uno de los cuatro secretarios que asesoran al P. General en aspectos centrales de la misión apostólica de la Compañía. Los otros son el secretario para la Educación Superior, el secretario para la Educación Secundaria y Pre-Secundaria y el secretario para la Justicia Social y la Ecología.

¿Por qué un sitio web?

Aunque el secretario para el Servicio de la Fe tiene a su cargo coordinar algunas áreas específicas, como los Ejercicios Espirituales, el Ecumenismo o el Diálogo Interreligioso, y forma parte de su responsabilidad ayudar a la Compañía a crecer en lo que toca a su misión de llevar el evangelio a la cultura contemporánea y de trabajar desde dentro de la misma para procurar la maduración humana. El secretario fomenta la reflexión teológica acerca del anuncio del Evangelio, para que su misión de estar al servicio de la fe aparezca más clara en todos los compromisos apostólicos que adquiere la Compañía. Para lograrlo quiere facilitar la reflexión sobre los procesos y dimensiones que implica la reconciliación.

Dimensiones de la fe

El sitio web “Faith Dimensions” está diseñado para que una comunidad de fe pueda reunirse a conversar. Su objetivo es presentar un abanico de reflexiones, puntos de vista, maneras de entender y pensar, y preguntas sobre cualquier aspecto de la cultura, secular o religiosa, desde la perspectiva de la fe. La fe en sí misma no es sólo don, es también búsqueda. Búsqueda en última instancia, de un más profundo amor y servicio a Dios, “nuestro creador y Señor”, y servicio al bien del ser humano perdurable. La fe es, por tanto, una realidad dinámica vivida en relación con Dios, con el mundo y con los demás. El sitio web, tanto en su contenido como en su estética y diseño, pretende reflejar esto. Esperamos que constituya una comunidad de fe comprometida, atenta y en sintonía con la reflexión. Y que sirva asimismo de recurso útil para la Compañía y sus diversas formas de apostolado. Para cualquier persona que esté también en búsqueda.

Escrito por James Hanvey SJ, Secretario del Servicio de la Fe de la Compañía de Jesús

 

Fuente: jesuits.global

Serie 16 caminos hacia Dios: «La basura» – Emmanuel Sicre SJ

3. Camino hacia Dios: “La basura”  

 Tan propensos a tirar rápidamente lo que no ya no sirve, lo que estorba, lo descartable, lo desactualizado, convertimos en basura lo que no siempre lo es. La magnitud de los residuos humanos ha alcanzado dimensiones desorbitantes. Y así nos vamos acostumbrando a poblar el mundo de basureros, las calles de exclusiones, la mente de “bienes” de consumo y el corazón de liviandad. Algún día nos sorprenderemos basureando algo valioso no sólo del mundo, sino también de la propia interioridad. Desecharemos la piedra angular.
Quizá la basura pueda hablarnos de aquello que no se consume, ni desaparece, ni caduca tan precipitadamente y de la cual sobreviven muchos pobres dejados a la buena de Dios. La cuestión: aprender a discernir mejor qué desechar y qué conservar para que lo descartado sólo sea lo que no nos lleva a amar lo que Dios ama, y a descubrirlo convertido en el humus del que brotan las flores color justicia.
Emmanuel Sicre SJ

Fuente: emmanuelsicre.blogspot.com

Luis Pérez Aguirre SJ: «La lucha por los DDHH nace del grito de las víctimas y de quienes sienten con ellas»

En conmemoración de los 80 años del nacimiento de Luis Pérez Aguirre S.J, la Institución Nacional de los Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo del Uruguay (INDDHH) designará con su nombre la Sala de Actos de su sede.

El evento será el 22 de abril, a las 14 horas en modalidad virtual. En esa oportunidad se procederá a descubrir la placa que lleva el nombre de Luis “Perico” Pérez Aguirre, y algunos de sus amigos más cercanos realizarán breves intervenciones.

Quienes deseen seguir en vivo la transmisión de este homenaje a través de internet deben inscribirse completando este formulario

‘Todo comenzó con un grito’

El 22 de abril es una fecha inspiradora para quienes trabajan en el ámbito de los derechos humanos, porque es aniversario del nacimiento de Luis Pérez Aguirre S.J. ‘Perico’, como era llamado por los más cercanos, fue una persona de una riqueza excepcional. Su compasión por quienes sufren la violación de sus derechos elementales orientó cada una de sus acciones y proyectos, que fueron muchos, hacia la búsqueda de la justicia.

Como sacerdote jesuita, comprometido con los derechos humanos, Perico entiende su compromiso como una cuestión de sensibilidad y solidaridad. Solidaridad para ponerse del lado de las víctimas: “solidaridad irrestricta con las causas y las luchas de los oprimidos, de los débiles, de los despojados de su dignidad y derechos”. Como lo hizo en su propia vida, renunciando a las comodidades de su origen familiar y a las que hubiera accedido por su educación y su condición de sacerdote.

Lo podemos recordar entre sus múltiples facetas como un activista social en favor de las mujeres que ejercían la prostitución en Montevideo, como uno de los fundadores del Serpaj, como uno de los tantos uruguayos detenidos por las fuerzas militares y policiales durante la dictadura cívico militar y en al menos una ocasión sometido a torturas, como fundador de la revista “La Plaza”, como miembro de la comunidad La Huella, como integrante de la Comisión para la Paz en representación de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos o como un estudioso de la realidad, valiente y fiel a sus convicciones más profundas.

Para conocer a Luis Pérez Aguirre SJ: binged.it/2RGFRDN 

 

Serie 16 caminos hacia Dios: «Lo imposible» – Emmanuel Sicre SJ

1. Camino hacia Dios: Lo imposible

¿Por qué no hemos podido lograr la paz en la Tierra? ¿Por qué buscamos muchas veces la felicidad donde finalmente no está? ¿Qué tipo de fragilidad es la nuestra que cuando deseamos hacer lo imposible experimentamos el límite, la frustración? ¿No será que cuando aceptamos que no podemos darnos a nosotros mismos la vida, el amor, la paz, la impotencia nos señala un camino distinto?

Así es.

Comenzamos a percibir a Dios en su secreto trabajo tras las bambalinas de la existencia. Entonces, se da con mayor claridad que lo imposible para nosotros es posible para Dios. Y no al modo nuestro, sino al suyo que siempre es creativo, hondo, nuevo. Sólo quienes se animen a cosas imposibles, podrán entrar por la puerta del misterio que sostiene nuestras vidas.

Emmanuel Sicre SJ

 

Blog: emmanuelsicre.blogspot.com

Tejer comunidad en tiempos de pandemia e innovación

Un artículo del P. Víctor Martínez Morales SJ para la Edición nº 16 de la Revista Aurora, correspondiente al mes de Abril.

Tiempo de comunidad, una salida relacional

Este tiempo de confinamiento ha llevado a una toma de conciencia de la manera como estamos viviendo al interior de nuestras comunidades, ya sean familiares, parroquiales, religiosas, etc. Vivir juntos, sin salir de casa, ha llevado a valorar los momentos de encuentro, aquellos espacios en donde se puede compartir y conversar sobre algo más que no sea el estado del clima, los pronósticos del tiempo para el día o repetir las noticias ya escuchadas en el telediario.

En este tiempo de pandemia, donde todos los lugares de culto fueron cerrados, se ha venido viviendo, desde lo profundo y hondo de las pequeñas comunidades de los hogares y familias, el evangelio; una iglesia doméstica, desde el tejido de laicos y laicas, jóvenes y ancianos protagonistas de celebraciones, encuentros, oraciones. Se ha aprendido, entonces, del pueblo mismo, un modo de vivir la fe más allá de estar centrada en el rito presidido por el párroco. Se nos invita a dejar atrás una iglesia sacramentalista y clericalista, para asumir una iglesia evangelizadora. La fuerza de una iglesia en salida urge de nosotros hacernos comunidades verdaderamente samaritanas, anunciadoras del reino, portadoras del cuidado de la vida, empeñadas en curar, sanar, cargar con el dolor y el sufrimiento de nuestro pueblo. Cristianos y cristianas en salida, anunciando con alegría la buena nueva de Jesucristo.

Estamos llamados a construir nuevos caminos de comunión de vida, donde el compartir surge de la actitud de la escucha, el diálogo sincero, la contribución abierta y franca de todos los miembros de la comunidad, para aportar juntos al tejido de nuevas relaciones. Si evangelizar es humanizar, esta misión se inicia en casa, al interior de nuestras comunidades, para testimoniar entre nosotros como hermanos y hermanas una verdadera convivencia. La comunión de vida nos hará hacer comunidad desde la diferencia, lo diverso y lo plural. Cuidar, proteger y promover nuestra comunión de hijos e hijas de Dios es testimoniar una iglesia peregrina centrada en el encuentro, el vínculo y la comunicación para realizar la misión.

Nuestra comunidad de hermanos y hermanas testimonio de sororidad y fraternidad nos lleva a ser sinodales, a contribuir en la construcción de una Iglesia sinodal. Esto significa una iglesia que abrazando la diferencia se hace artífice de comunión en la diversidad, participación de todos y todas en la toma de decisiones y misión en la construcción de nuevas relacionalidades. Comunidades que se hacen iglesia de comunión, participación y misión. Una iglesia con rostro sinodal es un nuevo estilo de ser y hacer iglesia, de caminar juntos como pueblo de Dios. Es un proyecto propio del Espíritu Santo que nos inspira y seduce.

Tiempo de contemplación, una salida hacia dentro

Este tiempo ha sido propicio para el encuentro con el Señor, tiempo de oración cuando la meditación y la lectio adquieren sabor a evangelio, hondura del Dios de la vida, palabra que nos cuestiona y provoca. Actualización de nuestro orar que se hace acción, de nuestra contemplación que nos lleva a las obras, de sabernos capaces de actuar como si todo dependiera de nosotros sabiéndonos que estamos en las manos de Dios.

La mirada hacia dentro, hacia lo profundo, hacia lo transcendente nos hace ser mirados por Dios. Tiempo no de sentirnos perdidos, aislados y ensimismados donde la nada es el horizonte y el ocaso el fin. Sino tiempo de Dios, porque le sentimos cercano, porque lo encontramos íntimo, porque se hace Dios con nosotros en el aquí y ahora de nuestras existencias. Su mirada se encuentra con la nuestra para hacernos ver con el corazón y poder leer la realidad desde sus ojos. Saber contemplar con su mirada transforma la tragedia de cifras en rostros, de rostros en historias, de historias en acontecimientos de gracia que nos convierte colocando, en primer plano, lo fundamental: la vida al servicio del amor.

Es así como la oración se hace misión. Nuestra manera y forma de orar ha de ser transformadora de una realidad que clama justicia, equidad y mejores medios de vida. La oración lejos de ser resignación, alejamiento de la realidad, analgésico ante la injusticia e inequidad se hace luz que abre nuestros ojos, levadura que fermenta nuestra comprensión, saliva que nos hace oír el clamor de nuestro pueblo. La oración se hace profecía que nos convoca y provoca a trabajar de manera decidida por un mundo mejor.

Tiempo de comunión, una salida hacia los otros

Es la mirada de Dios la que nos hace valorar el encontrarnos, el sabernos que hemos sido creados para el tejido sororal y fraterno, porque somos sus hijos e hijas, hermanos y hermanas entre nosotros. Descubrir que somos llamados a la comunión, a tejer una comunidad de vida y amor. Eso significa unión de ánimos, sintonía y armonía en la sinfonía que se va creando en el encuentro, el vínculo, la comunicación. Lejos de la división, la fragmentación y la ruptura; lejos de la uniformidad, la masificación, los falsos equilibrios e igualdades. Comunión que ha hecho de la diferencia posibilidad y de la diversidad ganancia, de la alteridad crecimiento y de la pluralidad riqueza.

La comunión se hace misión. Nuestra manera y forma de comulgar ha de ser transformadora de nuestra realidad. Salir de nosotros nos lleva a exponernos ante los otros, descentrarnos, desinstalarnos, desmontarnos de estructuras que han hecho imposible entregarnos de manera radical a favor de los demás. Siempre recatados, siempre medidos, siempre buscando el justo medio que nos hace incapaces de darlo todo por el reino.

Tiempo de evangelización, una salida a la misión

Es esa misma mirada, la mirada de Dios, la que nos hace ponernos en camino, salir de nosotros mismos para llevar a otros la buena nueva del Evangelio. Desde este tiempo de confinamiento el corazón se ensancha para hacernos conscientes que no podemos ser indiferentes al dolor y sufrimiento de muchos de nuestros hermanos y hermanas. Sentimos con mayor fuerza el deseo de ser comunidad samaritana, misericordiosa, hospital de campaña, en salida. Tal ha sido la insistencia y el llamado del papa Francisco.

Llamados a trabajar en favor de los otros, voluntarios, ellos y ellas, que donan su vida y su tiempo al servicio de los más pobres, débiles y marginales. Comunidad misionera desde la vida de nuestras obras que se hacen acciones efectivas y afectivas a favor del reino.

Tiempo de contemplar, comulgar y evangelizar desde nuestra realidad. No hay un mejor tiempo que éste, es hora de sembrar, es hora de arar nuestra tierra, hora de podar nuestros árboles. ¡Llegó la hora! No podemos postergar más nuestra misión de cristianos: ser contemplativos en la comunión del Evangelio.

Tiempo de discernimiento, compasión y esperanza

Ciertamente, este tiempo es un tiempo de crisis, tiempo de prueba, tiempo que nos exige mantenernos en pie con los ojos fijos en Dios. ¿Qué espera Dios de nosotros?, ¿cuál es su voluntad? Tiempo de búsqueda de la voluntad de Dios para con nosotros. Se trata de abrazar el aquí y ahora de esta realidad que nos ha correspondido vivir. ¿Cómo responder sin prisa y sin pausa a lo que se nos urge como cristianos ante esta situación?

Se impone el discernimiento desde la realidad misma de nuestra historia, de los acontecimientos y situaciones que estamos viviendo. Desentrañar la voluntad de Dios para cada uno de nosotros a nivel personal e, igualmente, como cuerpo, a nivel comunitario, familiar, parroquial, institucional, etc. Es el discernimiento que, al preservarnos del error, nos hace acertar en el camino de los criterios del reino, al darnos la medida del Espíritu. Se espera de nosotros respuestas nuevas, audaces con sabor a entrega y donación.

Ante esta realidad, nuestro corazón nos lleva a optar con pasión en responder por la situación de sufrimiento, pobreza y miseria del otro, del prójimo, de nuestro pueblo. No podemos ser indiferentes ante lo que sucede y ante lo que nos suscita el otro, cuánto más ante su debilidad, vulnerabilidad y desprotección. Escuchar el clamor de nuestro pueblo hoy tiene color de incertidumbre, angustia y miedo. Eco de impotencia, ansiedad y frustración. No podemos ser sordos a este clamor, hemos de responder a estos gritos de auxilio y socorro, asistiendo y reforzando lo ya establecido, pero también implementando dinámicas de ayuda y apoyo, nuevas prácticas de transformación audaces y proféticas.

Apostar por un nuevo colorido, por ir más allá de los primeros pasos, por solucionar los problemas y conflictos iniciales nos lleva a dar una mirada motivadora animada desde la otra orilla. Desde la novedad del reino, en el aquí y ahora de la historia, ver con ojos de posibilidad lo que se creía improbable y hacer real lo que parecía imposible. Se aprende de la adversidad, se constatan logros, se crean nuevas y buenas prácticas, tiempo de invención, de oportunidades para mejorar. Este tiempo nos hace caminar en el todavía no del reino, con la seguridad de una esperanza ya alcanzada en él que nos habita.

Discernimiento, compasión y esperanza dados por el fuego del Espíritu que nos hace capaces de elegir apasionadamente los valores del reino, haciendo que nuestro único amor, querer e interés estén puestos solo en él, en el Amado.

En tiempos de pandemia se pone a prueba nuestra fidelidad creativa

Tiempo de profecía, de ver con ojos nuevos lo que ha de venir, lo que se aproxima, aquello que está por hacerse, he ahí la interpretación honda y serena de los signos que marcan nuestro peregrinar en el aquí y ahora de nuestro tiempo. Por ello, muchos de nosotros hemos de hacer de la crisis no amenaza sino posibilidad, nuevo ardor con sabor de conversión y purificación, de recuperación y transformación, de cambio en deseo de abrazar nuevos horizontes, nuevas formas de ser y hacer vida.

Se ha puesto a prueba nuestra solidaridad, nuestra parresia evangélica, nuestra esperanza para vencer todo miedo, temor o sentido de amenaza que paraliza e impide actuar con coraje y asertividad. Tiempo de respuestas osadas de acciones en red, en comunión, en inventiva de nuevas relacionalidades, nuevos estilos de vida en búsqueda de salvaguardar siempre el bien común. Reconquistar desde el silencio y la palabra el valor del encuentro para construir juntos un mejor vivir.

Ha sido un tiempo propicio para descubrir lo humano, dar una mirada a nosotros mismos, descubrir nuestro cuerpo, nuestro entorno, crecer juntos. Se trata de un cambio paradigmático, de una vida centrada en nosotros, en el antropocentrismo, a un ecocentrismo, de un horizonte mayor y abarcador. Se trata de todo un ecosistema en orden integral, dinámica compleja de comprensión global, afectación sistémica de lo que implica la vida en todo el colorido biodiverso de la sinfonía diacrónica y sincrónica de toda la creación.

Tiempo de centrarnos, de saber ubicar y distinguir lo fundamental de lo accidental, de saber aquello que necesita nuestra primacía y nuestra prioridad. De tomar conciencia si la ley, la institución y el individuo están sobre la vida, la persona y el bien de la comunidad. Tiempo de responder: ¿cuál es el amor que nos mueve? y ¿dónde está el tesoro que nos enriquece?

Tiempo de nuestro compromiso creyente a favor de las víctimas, los desprotegidos y los más vulnerables de esta pandemia. Colaboración afectiva y efectiva desde nuestros lugares de misión en el cuidado y protección de la vida. Compromiso que nos hace ser promotores de justicia en el amor que se hace servicio.

Víctor M. Martínez Morales, SJ

Decano de la Facultad de Teología de la Universidad Javeriana en Bogotá

 

«Cada día los Jesuitas»: una nueva campaña de sensibilización vocacional

El Superior General de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa SJ, lanzó la semana pasada un proyecto digital sobre las vocaciones jesuitas con una llamada especial a los futuros candidatos. En una carta enviada el 12 de abril a todos los jesuitas, el P. Sosa expresó:

“Necesitamos personas con pasión por el Evangelio y el amor a Jesús, flexibilidad para ir a cualquier parte, una libertad interior como la de San Ignacio y la de San Francisco Javier”, dijo el Superior General de los jesuitas, Arturo Sosa. “Nuestro mundo está pidiendo a gritos curación, una curación que sólo puede producirse de forma duradera a través de Cristo. Queremos compartir Su mensaje de curación y de reconciliación. Por eso existimos como Compañía de Jesús.”Los jesuitas trabajan en lugares tan distantes como Afganistán y Venezuela, Sri Lanka y Suecia, Angola y Vietnam. El trabajo incluye parroquias, escuelas, promoción social, universidades, espiritualidad. Por eso, una característica de la campaña es un sentido de universalidad. La página web ya está traducida a cuatro idiomas; el vídeo está dirigido a las redes sociales y puede modificarse fácilmente en todas las culturas.

Cada día los jesuitas..

“En toda la Compañía he visto una pasión inspiradora por el Evangelio y una gran creatividad, especialmente durante este periodo de confinamiento”, dijo el responsable del proyecto, el P. Mark Ravizza. “Los rostros de las personas que aparecen en el video y en el nuevo sitio web hablan del amor que se muestra más en los hechos que en las palabras. Queremos que la Compañía de Jesús sea conocida más allá de cualquier mito o estereotipo, y más allá de cualquier cosa que haga. Queremos que se nos conozca por nuestro amor a Jesús y nuestro deseo de servirle y seguirle.”

En los últimos años, la misión de los jesuitas se ha articulado en torno a cuatro puntos principales de la brújula:

• Mostrar el camino hacia Dios.
• Caminar con los marginados y excluidos.
• Acompañar a los jóvenes por un futuro lleno de esperanza.
• Colaborar en el cuidado de la casa común.

“Nuestro trabajo es variado en diferentes partes del mundo, pero nuestro enfoque es siempre Jesús” dijo el P. Arturo Sosa. “Él es quien nos llama. Él sigue llamando a jóvenes de diferentes culturas y pueblos. Ponemos nuestra confianza en Él, creyendo siempre en su fidelidad.”El organizador del proyecto es el Consejero General Mark Ravizza SJ junto con el equipo de Comunicaciones de la Curia General. El vídeo corto y el sitio web fueron producidos por el cineasta y diseñador independiente Mikoɫaj Cempla de Human Stories Studio.

Para conocer la nueva página web hace click aquí: vocations.jesuits.global

Fuente: jesuits.global/es

Por una cultura de la promoción de las vocaciones

La Sinodalidad en clave de los Ejercicios Espirituales

Un artículo de Mauricio López, Secretario interino de la Conferencia Eclesial de la Amazonía y del Centro de Acción Pastoral y Redes del CELAM.

Hay tres modos propios de la espiritualidad Ignaciana para comprender la Sinodalidad en la Iglesia. El primero es el Principio y Fundamento. Somos creados y creadas con un para qué, somos fruto del amor primigenio de Dios y no el resultado de un acto de voluntad autónomo.

El propósito mayor de la Sinodalidad no es una mejor eficacia o institucionalidad en los procedimientos o métodos de nuestro ser Iglesia, ni tampoco la mayor democracia en los caminos de la sociedad, sino siempre, y por encima de todo, cumplir la voluntad de Dios. Se nos invita a relacionarnos entre nosotros y con lo creado, sinodalmente, para cumplir esa vocación.

Encarnación y Amor

El segundo modo es la contemplación de la Encarnación. El ejercicio sinodal de la Trinidad como proceso comunitario en el Ver-escuchar la realidad comprendiendo toda su diversidad y multiculturalidad; discernir el llamado (considerar cómo mira la Trinidad) y actuar en el dinamismo de la Encarnación para redimir-transformar la realidad haciéndose uno con nosotros-as, abrazando la realidad concreta de las periferias.

Finalmente la contemplación para alcanzar Amor. Es el modo en que se concreta el camino sinodal. Se trata de un acto originado en y para el amor, y ello implica salir de sí mismo. Dar y recibir, comunicar, transparentar lo que se es y lo que no (lo que se tiene y lo que no). Para sabernos invitados a ser co-creadores, y contemplativos en la acción en clave de reciprocidad con Dios y con los otros-as, para la Mayor Gloria de Dios y para en Todo Amar y Servir en coherencia con este modo Sinodal hacia el Reino.

Fuente: asambleaeclesial.lat