Comedor La Sagrada: «somos y hacemos en la medida que estemos en relación con otros»

Desde comienzos del mes de Mayo, en la Parroquia Sagrada Familia de Córdoba, funciona el comedor solidario «La Sagrada». Un grupo de personas de la comunidad parroquial fueron los impulsores de esta iniciativa a la que se fueron sumando manos voluntarias que ayudaron a llegar a más personas. Andrea Andrione es una de las promotoras y colaboradoras de este proyecto, y nos comparte su testimonio sobre lo vivido desde el comienzo, hasta hoy: las motivaciones, los desafíos, las oportunidades.

Todo es posible

En la búsqueda de seguir en contacto, mitigando la falta de reuniones sociales, anhelando charlas entre amigos, colegas, recurrimos a distintas plataformas para de alguna manera estar más cerca.

Durante algunas semanas, noche tras noche, nos “encontrábamos” por Zoom. Nuestras conversaciones recorrieron diversos temas, tales como los estados anímicos propios y de los familiares cercanos, los efectos del aislamiento en cada uno, las consecuencias sociales y económicas de la pandemia, a nivel global y local.

De estas charlas, de varias horas a veces, con mates o tragos compartidos virtualmente, surgió la posibilidad de colaborar con el Párroco, quien agobiado por las necesidades de algunos feligreses, daba el almuerzo y cena a alguno de ellos.

De una posibilidad, pasó a ser realidad. Comenzamos, primero, recolectando alimentos no perecederos en los edificios aledaños, y entre nuestros contactos más cercanos. Hicimos tres entregas significativas a la Parroquia Sagrada Familia, donde el P. Leo repartía entre los más necesitados.

A la semana siguiente, ésto no alcanzó para atender la demanda que era visible por las calles del barrio.

Sólo un zoom más, nos bastó para organizarnos, conseguir una cuenta bancaria, y diseñar un afiche que se difundió por las redes sociales.

Ante la sorpresa de todos, en dos días conseguimos mercadería, y dar un paso más a las ganas de colaborar, de satisfacer necesidades, dar respuestas a quienes se acercan a la Parroquia. La cuenta bancaria, con mucho dinero. Un espacio disponible, que parecía nos estaba esperando, la cocina de la Sede Parroquial.

Entre los que conformamos nuestros encuentros nocturnos virtuales, amigos, compañeros de trabajo, nos organizamos en grupos de cinco, para distribuir de lunes a viernes, la tarea de cocinar y entregar un plato digno a personas en situación de calle.

Se organizó un menú tentativo, de acuerdo a las donaciones recibidas, fideos, arroz, polenta, lenteja, entre otras. Buscamos el asesoramiento de una Lic en Nutrición, quien generosamente brindó su experiencia para resolver temas a cerca de proporciones y aportes nutricionales para cubrir una dieta equilibrada.

Se comenzó el lunes 4 de mayo, entregando 25 raciones, sólo al mediodía. Para la cena, se sumó otro grupo, y nos fuimos organizando con personas de distintas procedencias, con ganas de colaborar. Desde entonces el Comedor La Sagrada no dejó de funcionar.

En una semana, las raciones entregadas superaron las 100, promedio que se mantiene hasta ahora, tanto en el almuerzo como en la cena, de lunes a lunes.

No todo fue fácil, si bien la tarea de voluntarios se lleva a cabo en un hermoso clima, en el que se prioriza la buena onda, el respeto, nos costó aunar criterios de trabajo, organizar los recursos, optimizarlos, y hacer frente a cuestionamientos de los vecinos que vieron afectada su rutina, al cruzarse con cierto “tipo de gente”, que “desprestigia” al barrio.

Gracias a Dios, las aguas están calmas, nuestra misión sigue, convencidos que el Señor provee y multiplica los panes, metafóra que se puede aplicar a los alimentos y a las manos que colaboran.

Y así, de repente, surgió esta propuesta, que no sólo fue pensada para dar de comer, sino para, de alguna manera concientizar sobre la prevención de covid 19, entregando tapabocas, marcando el distanciamiento, escuchando, conociendo distintas realidades y aprendiendo de todo y de todos.

La vida sorprende y brinda diversas oportunidades, sólo es cuestión de aprovecharlas, de compartirlas.

Solos no podemos con nada… ¡somos y hacemos en la medida que estemos en relación con otros!

Andrea Andrione

 

Para colaborar o para conocer más podes acceder al instagram: /comedorlasagrada

 

Papa Francisco: Ver a Jesús en el rostro del pobre

La pregunta que hace dos mil años Jesucristo hizo a sus discípulos “¿Quién soy yo para ustedes?”. hoy la escuchamos dirigida a cada uno de nosotros, dijo el papa Francisco este domingo 23 de agosto en sus palabras antes del rezo del Ángelus, comentando el Evangelio de san Mateo “que narra el momento en el que Pedro profesa su fe en Jesús como Mesías e Hijo de Dios”.

La primera pregunta no es demasiado exigente, explica el pontífice: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?”. Con la segunda pregunta, sin embargo, “Jesús les toca el corazón: “¿Pero, quién soy yo para vos?” y los llama a involucrarse, mostrando la razón por la que siguen al Maestro.

Después de unos momentos de vacilación, Simón declara con entusiasmo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Una respuesta, comentó Francisco, “plena y luminosa”, respuesta que “es fruto de la gracia del Padre”. “Es una gracia que debemos pedir”, diciendo “Padre, dame la gracia de confesar a Jesús”.

La fe que acaba de manifestar es la “piedra” inquebrantable sobre la que el Hijo de Dios quiere construir su Iglesia, es decir, su comunidad. Y la Iglesia siempre avanza sobre la fe de Pedro, sobre esa fe que Dios reconoce, que Jesús reconoce y lo hace cabeza de la Iglesia.

Y agregó el Papa: “Escuchemos la pregunta de Jesús dirigida a cada uno de nosotros”: “Y tú, ¿quién dices que soy?”. Una respuesta que exige también de nosotros, como los primeros discípulos, una escucha interior de la voz del Padre y una consonancia con lo que la Iglesia, reunida en torno a Pedro, sigue proclamando.

“Es indispensable y loable – aclaró Francisco – que la pastoral de nuestras comunidades esté abierta a las múltiples formas de pobreza y emergencias. La caridad es siempre el camino principal en el camino de la fe, de la perfección de la fe”.

Pero es necesario que las obras de solidaridad, de caridad que hacemos, no distraigan del contacto con el Señor Jesús. La caridad cristiana no es simple filantropía sino, por un lado, es mirar al otro con los ojos de Jesús mismo y, por otro lado, es ver a Jesús en el rostro de los pobres. Y este es el verdadero camino de la caridad cristiana, con Jesús en el centro, siempre “.

Fuente: aica.org

El cardenal Michael Czerny sobre los movimientos migratorios

El cardenal jesuita Michael Czerny, subsecretario para migrantes del Dicasterio de Desarrollo Humano Integral, ha señalado que el reto de los movimientos migratorios a causa del calentamiento global va a cobrar importancia en el futuro. «Algunos de nuestros mayores errores como familia humana es el de cómo tratamos la Casa Común. En nuestra sección lo vemos reflejado en los desplazados climáticos, que van a suponer un desafío creciente», aseguró. Además, Czerny ha subrayado que, para que la casa sea común, no podemos «forzar a gente a vivir sin condiciones de dignidad».

Ha hecho estas declaraciones durante una entrevista en inglés para el podcast ‘AMDG’ de la Compañía de Jesús. A lo largo de media hora ha repasado algunos de los puntos más importantes de su trabajo en el área de migrantes. Él mismo, perteneciente a una familia que emigró desde Checoslovaquia a Canadá, vivió de niño esta experiencia. «No es algo de lo que se hablara en mi familia, pero muchas veces, cuando personas migrantes me cuentan sus viajes, me viene a la memoria de nuevo», ha comentado.

El cardenal ha destacado que uno de los efectos más perniciosos del covid en los movimientos migratorios ha sido el de verse confinados en medio de sus viajes. «Ha frustrado el movimiento de la gente, al tiempo que ha hecho notar las causas que generan estos movimientos. Hoy, la gente necesita moverse más que hace seis meses: por ejemplo, la pérdida de puestos de trabajo es inimaginable».

Ha incidido en que «mucha gente, de repente, ha parado de hacer lo que hacía para el resto de la sociedad, y descubrimos que nuestras vidas dependen de migrantes, aunque no tengan derechos o están explotados», haciendo referencia a muchos de los trabajos que desempeñan, por ejemplo, en el campo. «Los gobiernos tienen que ser generosos», ha destacado.

También, Czerny ha destacado la importancia de interrelacionar lo local y lo global. «Por un lado, los humanos hemos migrado desde los albores de los tiempos, y no seríamos la familia humana que somos sin esos movimientos. A veces ha sido voluntariamente y a veces por obligación. Por otro lado, no podemos apoyar a las iglesias locales si no tenemos en cuenta sus circunstancias particulares», ha explicado.

Además, el subsecretario del dicasterio para el Desarrollo Humano Integral ha apuntado a que «cada uno de nosotros puede hacer algo». Ha recordado que «a lo largo de todo el mundo, en muchas parroquias, comunidades cristianas, o congregaciones religiosas hacen cosas y es tan fácil como ir allí y preguntar en qué se puede ayudar». Así, ha explicado el caso de Canadá, que conoce de primera mano: «Hay parroquias que acogen a familias refugiadas, y todo el mundo puede hacer algo: ayudarles con la compra, enseñar idiomas… gestos prácticos de caridad y fraternidad que abren las puertas el encuentro humano, el centro de todo esto como cree el Santo Padre».

Fuente: religiondigital.org

Todos Juntos: campaña solidaria para asistir a 10 mil familias del Gran Resistencia

Fue lanzada oficialmente en Resistencia la campaña solidaria “Todos Juntos”. La iniciativa fue impulsada por Cáritas Resistencia, los Jesuitas de la parroquia San Javier, Radio María y la Fundación Manos Abiertas. Lo que se pretende con esta iniciativa solidaria es asistir a 10 mil familias del Gran Resistencia con una caja con mercadería y artículos de limpieza.

En el lanzamiento, el padre Pablo de la Iglesia San Javier explicaba que “como dice el nombre “Todos Juntos” la idea es hacer participar a toda la sociedad civil, sabemos los esfuerzos que el Estado está haciendo pero también nosotros queremos cooperar con las cuatro instituciones para el bien común. Cada institución tiene sus intereses particulares, sus objetivos, pero creemos que el bien común está por encima, por eso la iniciativa tiene más de un mes y hoy la podemos comenzar a difundir diciendo que entre todos juntos podemos salir de esta situación, ayudar a los más vulnerables y si esta pandemia nos unió en la tragedia, en la enfermedad o muchas veces en la muerte lamentablemente, creo que los lazos de generosidad pueden unirnos porque en esta barca estamos todos juntos como dice el Papa Francisco en ese mensaje que envió hace más de un mes”.

El religioso agregó que “la campaña no tiene como objetivo solamente asistir, si bien aspiramos a una meta concreta de 10.000 cajas de mercaderías y artículos de higiene, también pretendemos generar un movimiento solidario entre las instituciones que estamos colaborando; y también en la sociedad civil donde quizás hay muchas personas que fueron menos afectadas por esta cuarentena y pueden darnos una mano, que pueden acercarse a través de nosotros a esas familias. Por eso  queremos invitarlos para que estas personas que fueron afectadas en menor rango puedan ayudarnos” explicó.

Durante la conferencia se hizo hincapié en que desde este espacio se asume el compromiso social con los más vulnerables en razón de la difícil situación que el país y el mundo están atravesando por la pandemia del COVID-19.

Con la certeza de que la progresiva salida del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio dejará más expuestas las desigualdades sociales, la campaña permitirá asistir con 10.000 cajas de alimentos y artículos de higiene a familias vulnerables de Resistencia, Barranqueras, Fontana y Puerto Vilelas.

A su vez, la titular de la Fundación Manos Abierta en nuestra provincia, Elizabeth Salto; señaló
que “junto a las otras instituciones venimos soñando y armando esta campaña que hoy se lanza a la sociedad. Todos juntos significa que toda la sociedad chaqueña puede colaborar y sumarse a este emprendimiento solidario. No vamos a cambiarles la vida pero suavizamos el dolor de estas personas”.

Sobre la modalidad explicó que “la campaña va a abarcar en un cuadrante la zona Norte de Resistencia y en otro la zona Sur, Fontana, Vilelas y Barranqueras”, y también aclaró que las donaciones serán a través de transferencias bancarias ya que “no podemos ir a buscar los alimentos
o arriesgar a las personas que nos vengan a traer, por eso no hay punto de donación y sí hay un número de cuenta” precisó. Y terminó diciendo: “Como siempre decimos, ayudar hace feliz; donar,
hace bien”.

Los fondos recaudados se destinarán en su totalidad al suministro de las cajas con mercadería y artículos limpieza para 10 mil familias, distribuidas en las cuatro localidades del Área  Metropolitana del Gran Resistencia.

Luis Romero, de Radio María, explicó sobre la institución que representa: “Es importante destacar
que la obra de María tiene en Radio María 270 repetidoras en todo el país, así que esta campaña se
va a conocer a nivel nacional y como sale por Internet , hacia el mundo también”.

Diego Espínola de Cáritas destacó que esta institución tiene una “experiencia muy grande dentro de la diócesis y a nivel país, por eso es importante tener esta articulación con otras organizaciones, cada uno estamos poniendo nuestros dones y talentos para llevar adelante esta campaña”.

Para donar

Las donaciones económicas pueden realizarse por transferencia bancaria o Mercado Pago, ingresando al sitio web: todosjuntos.casa.

*Todo el proceso de donación, compra, armado y distribución de alimentos será auditado por Price Waterhouse & Co.

 

Fuente: Diario Primera Línea

 

 

 

El Papa hablará en la ONU sobre la pospandemia

El semanario español Alfa y Omega anticipó que el Papa Francisco grabará un mensaje para la apertura del 75 período de sesiones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). 

“De una crisis se sale o mejor o peor. Depende de nosotros. No podemos, en el orden mundial y local, repetir los mismos modelos socioeconómicos de hace un año atrás, ni tampoco ajustarlos o barnizarlos un poquito. Eso sería salir peor”. Este es el eje central del discurso que está elaborando Francisco, la salida a la crisis sociosanitaria por la pandemia y la crisis de las economías por las deudas.

Un sacerdote jesuita que trabaja en la Santa Sede, confirmó a este cronista el mensaje papal al pleno de la ONU, un hecho que será agenda mediática mundial en poco más de un mes, y que promete sumar a la salida de la pospandemia un segundo eje del discurso, que es la condonación drástica o total de la deuda externa de los países periféricos.

El diplomático está organizando un encuentro sobre pandemia, cambio climático y pobreza. El pontífice le confirmó su disposición a trabajar de manera conjunta, a través del grupo de reflexión y trabajo que constituyó en el Vaticano, grupo que coordina el sacerdote argentino Augusto Zampini.

La Asamblea General de la ONU donde expondrá el Papa su mensaje, que será por vídeo, estará presidida por el embajador de Turquía, Volkan Bozkir.

El pasado 20 de diciembre, en el Palacio Apostólico Vaticano, el Santo Padre se encontró con el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres. Ese fue el momento que tuvieron ambos líderes para grabar juntos un vídeo donde clamaron por poner fin a la carrera armamentística y el rearme nuclear.

La unidad de la Santa Sede y la ONU tuvo su máxima expresión en septiembre de 2015 con la presencia física de Francisco, una acción que definió el liderazgo mundial del Papa en la firma de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030. 

Fuente: aica.org

¿A qué se dedican los jesuitas? – Por Emmanuel Sicre SJ

“La Compañía de Jesús no está centrada sobre sí misma; nuestro progreso y el del cuerpo que formamos no tienen el centro de gravedad en sí mismos, sino en el corazón del mundo, donde trabajamos en la viña de Cristo nuestro Señor. Estamos hechos para salir de nosotros mismos, para ser enviados”.

André de Jaer, SJ

 

Por Emmanuel Sicre, SJ

Muchas veces a los jesuitas nos cuesta responder a esta pregunta. Creo que se debe a que casi 500 años de historia no se pueden resumir en un párrafo. Me propongo hacer el intento de explicar la dificultad de la respuesta.

Partiendo desde el principio: ¿cuál es el deseo de Ignacio, primero, y de los primeros jesuitas, luego? “Ayudar a las almas”. Así lo había formulado ya en su Autobiografía (Nº 11) cuando, siendo joven –cerca de los 30 años-, intuyó profundamente el Misterio de Dios en su vida y en la vida del mundo.

Lo cierto es que el objetivo para el que existen los jesuitas desde el principio de todo, esto es desde 1540 que fue aprobada la Compañía –y sigue vigente hasta nuestros días-, es para ayudar a todas las personas a encontrarse con el Dios de Jesús, que se hace perceptible en la experiencia de los Ejercicios Espirituales, para trabajar junto a Él por todas las creaturas.

¿Cómo lo hacen?

En primer lugar, formando un cuerpo de sacerdotes y hermanos de vida en común, una comunidad al servicio de la Iglesia;con reglas, criterios, principios, estructuras; con votos de pobreza, castidad y obediencia, que les permitan lograr lo mejor posible aquello a lo que sienten que Dios los invita.

En segundo lugar, poniéndose a disposición del Papa para que los envíe a la frontera –geográfica, existencial, intelectual, espiritual, etc.- donde más haga falta. Y por eso, tienen un voto especial de obediencia respecto de las misiones a las que este los envíe.. Aquí es donde está el fundamento de su acción apostólica, en lo que el Papa les encargue.

En tercer lugar, formándose –espíritu, cuerpo y mente- durante muchos años para llevar a cabo las exigencias de la misión en un mundo muy diverso y complejo.

Por último, invitando a quienes deseen a trabajar por la misión de Cristo en el mundo: que todos, y en especial quienes más sufren, puedan vivir desde su dignidad de hijos e hijas de Dios.

¿Y en qué trabajan los jesuitas?

Bueno, llegamos a la complejidad de la respuesta. Algunos criterios con que san Ignacio orienta a los jesuitas muestran una gran anchura y son ofrecidos para discernir, orar y reflexionar dónde, cómo y cuándo llevar a cabo la misión de “mayor servicio divino y bien más universal” que la Iglesia les pide a través del Papa.

Los jesuitas serán enviados a aquella parte de “la viña del Señor”:

  • que TENGA MAYOR NECESIDAD;
  • donde MÁS SE FRUCTIFICARÁ;
  • donde hay MAYOR DEUDA de la Compañía;
  • donde se EXTIENDA EL BIEN A MUCHOS OTROS;

Además, han de preferirse:

  • las cosas ESPIRITUALES… de MAYOR PERFECCIÓN… en sí MEJORES;
  • las cosas MÁS URGENTES;
  • las cosas MÁS SEGURAS;
  • las ocupaciones de MAYOR BIEN UNIVERSAL.

Hasta aquí algunos criterios –los más esenciales[1]– que muestran no sólo que las dedicaciones de los jesuitas abarcan, desde sus inicios, muchas posibilidades que deben comprenderse en el marco general donde se inspiran: las Constituciones; sino que también es posible ver cómo Ignacio confía plenamente en sus hermanos y les da una gran libertad de iniciativa.

¿Y en la actualidad? Las tensiones del discernimiento

Ahora bien, a partir del Concilio Vaticano II (1962-1965) los jesuitas, junto con toda la Iglesia, debieron actualizar sus opciones apostólicas para ser fieles a lo que el Papa les pedía para la evangelización, en el contexto de un mundo cada vez más cambiante y complejizado que necesitaba de un anuncio y un testimonio del Reino renovados. Durante esta época, al P. Pedro Arrupe SJ, como Superior General, le tocó poner a toda la Compañía al día.

Fue un tiempo de muchísimos cambios y de grandes tensiones para todos en la Iglesia. Y como es lógico, hubo resistencias, osadías y búsquedas, que con los años fueron tomando distintas concreciones. La forma de sintetizar la actualización para la Compañía de Jesús fue y es el servicio de la fe y la promoción de la justicia evangélica que reconcilia a los hombres con Dios, con la Creación y entre sí’.

Hoy por hoy, un jesuita, asumiendo los criterios que Ignacio dispuso, vive su misión de “ayudar a las almas” entre tensiones vitales que mantienen su quehacer en constante dinamismo al buscar lo que el Espíritu de Dios le suscita, lo que su tradición le enseña y lo que los desafíos del mundo le proponen para el servicio de la Iglesia[2]. Algunas de esas tensiones podrían expresarse así:

  • entre los apostolados tradicionales (los colegios, por ejemplo) y los innovadores (el SJR –Servicio Jesuita a Refugiados),
  • entre la fidelidad al carisma original expuesto en laFórmula del Instituto y Constituciones y el descubrimiento de nuevas formas apostólicas que inspira el Espíritu en un sin fin de lugares, en la actualización sus Normas Complementarias.
  • entre la identidad cristiana católica y las demás denominaciones religiosas o increencias con las que trabajan por pedido del Papa ayudándole en el diálogo ecuménico o interreligioso.
  • entre la preparación sólida para la misión (largos años de estudio y ciencia) y la urgencia de las demandas apostólicas (sobre todo en zonas de conflicto armado, por ejemplo).
  • entre los apostolados con los pobres (el trabajo por la justicia que brota de la fe en contextos de desigualdad) y con otras condiciones sociales (por ejemplo, entre personas influyentes de la cultura o la política).
  • entre las misiones con grandes estructuras institucionales que requieren más estabilidad y permanencia del jesuita (como una universidad) y las más pequeñas y flexibles que piden movilidad y dispersión (las misiones populares o la pastoral juvenil).
  • entre los apostolados que cuidan la identidad local (por ejemplo, parroquias en comunidades indígenas) y los que exigen una identidad más global (por ejemplo, en las editoriales y agencias de comunicación o en ecología integral).
  • entre los apostolados ad intra de la Iglesia y los ad extra (como el trabajo por los DDHH o en organismos internacionales).
  • entre las obras que son dirigidas por jesuitas y dependen de la Compañía y las que son dirigidas por laicas/os u otros religiosos/as o no dependen de los jesuitas.
  • Entre ser pobres, castos y obedientes y disponer de los recursos que sean necesarios para la misión, gestionar los vínculos y la soledad, y responder a los superiores con libertad de espíritu.

En una sociedad cada vez más polarizada, la tentación será reducirse superficialmente en uno de los polos de la tensión, sin asumir la versatilidad, la movilidad y el dinamismo propio que Ignacio imprimió al cuerpo de la Compañía que formaron junto a sus compañeros para “el servicio de las almas”[3]. En este sentido, como decía el P. Arrupe SJ, ningún ministerio o apostolado está fuera de la órbita del servicio de la Compañía a la Iglesia y al mundo.[4]

Cada jesuita y también la gran familia de quienes comparten el carisma ignaciano tienen el deber de discernir estas tensiones, para responder a lo que Dios quiere que hagamos para colaborar en su misión de ser puentes en un mundo roto.

Con todo, es posible hablar de apostolados específicos en tanto tareas encomendadas (la parroquia tal, alguna revista, una radio) y de dimensiones de cada apostolado (como son las dimensiones misionera, de diálogo interreligioso, de encuentro ecuménico, educativa, intelectual, social, comunicacional, espiritual, etc.).

Cada apostolado busca irradiar esa magnanimidad del deseo que Dios puso en el corazón de la Compañía de integrar lo diverso, de ampliar lo estrecho, de acortar distancias y contemplar también en la acción cómo Dios está reconciliando toda realidad con él.

Estas dedicaciones de los jesuitas a lo largo de la historia no han estado exentas de dificultades, errores, marchas y contramarchas, ajustes, precisiones, renuncias, tensiones y, sobre todo, mucha pasión. En fin, lo propio de un cuerpo vivo que busca responder con libertad espiritual y responsabilidad madura a la ayuda que los distintos Papas le han pedido.

En este sentido, muchas veces y desde sus orígenes, los jesuitas han sido acusados –cuando no, exterminados- desde los dos extremos por distintos sectores: de dogmáticos unas veces y de relativistas otras; de conservadores y de progresistas; de comunistas y de liberales. Así como de demasiado abiertos para unas cosas y cerrados para otras; de muy explícitos en el anuncio de Jesús en algunos lugares y de demasiado humanos y poco “divinos” en otros; de muy acomodaticios al poder o de muy arriesgados al criticarlo denunciando injusticias; de poco católicos y más protestantes.

En fin, lo cierto es que todas estas percepciones, desde distintas voces de la sociedad, muestran que la diversidad de la Compañía y su modo de insertarse en la realidad,trabajando por el Reino, no suelen dejar indiferente a quienes conocen a los jesuitas. Signo este del deseo de ser, a pesar de su condición de pecadores, comprometidos, libres y fieles al carisma de Ignacio para la Iglesia y el mundo.

 

¿Cuáles son las preferencias apostólicas de este tiempo para los jesuitas y las personas que trabajan desde el carisma ignaciano?

Te invito a ver este video y enterarte de lo último en lo que andan los jesuitas: https://jesuits.global/es/sobre-nosotros/preferencias-apostolicas-universales

Se publicó la octava edición de la Revista Aurora

La Conferencia de Provinciales Jesuitas de America Latina y el Caribe, presentó la octava edición de la «Revista Aurora: voces jesuitas sobre la pandemia.», correspondiente a la segunda quincena del mes de agosto.
Así lo presenta Roberto Jaramillo, S.J, Presidente de la CPAL:
«La revista AURORA, en los 9 primeros artículos de su octavo número, ofrece una serie de contribuciones e interrogantes que apuntan fundamentalmente al mundo del sentido:
  • ¿Cómo estamos lidiando con esta realidad natural, sin desconocer el trasfondo social de sus causas y sus consecuencias?
  • ¿Cómo dejar de ser insensibles al dolor de las multitudes que lloran a sus muertos?
  • ¿Cómo reconstruir relaciones entre personas, grupos, generaciones, naciones, etc., con la conciencia de que todo está interconectado?
  • ¿Qué aportes hacen en un tiempo como este los resortes espirituales que fundan y animan la acción de los jesuitas?
  • Frente a estas realidades tanto naturales como sociales, ¿qué nos dice la experiencia de discernimiento de Ignacio de Loyola y la propuesta de sus ejercicios espirituales?
Las tres últimas contribuciones nos ofrecen materiales valiosos para nuestra reflexión:
  • La Carta al Pueblo de Dios, de un gran número de Obispos del Brasil, sobre la opresión que ha significado para el pueblo el manejo errático de las políticas públicas, con un comentario del P. Elio Gasda.
  • El documento Humana Communitas de la Pontificia Academia para la Vida, del 22 de julio pasado, con un comentario introductorio del Prof. Juan Salvador Pérez
  • Una breve reseña del libro Coronavirus: ¿una oportunidad ética?, publicado recientemente por el P. Tony Mifsud.»

[Comunidades] Presencia de los novicios en el Cerro

La comunidad de la Pquia. Nuestra Señora de Fátima abrió las puertas de su casa para la llegada de los novicios que transitan el segundo año de formación. Juan José Mosca, nos cuenta cómo vivieron el recibimiento y la incorporación de los novicios en su comunidad, en el Cerro de Montevideo.

Testimonios SJ

En este mes de Julio hemos cumplido  un año de presencia de la nueva comunidad jesuita en el Cerro. Las visitas y  venida de compañeros jesuitas a nuestra comunidad siempre ha sido una gracia.  Este sería también el principal titular para la presencia de los novicios en la comunidad y en la parroquia de Fátima.

Los jesuitas estables misionados a esta comunidad no nos conocíamos ni habíamos convivido, ni trabajado juntos, por lo tanto somos una comunidad recién nacida,  de jesuitas muy distintos con una nueva misión dada por el Provincial. Es bueno tener en cuenta estos datos básicos para tener presente a dónde llegan Diego, Guillermo y Carlos a hacer esta experiencia de comunidad. Es un desafío para ellos y para nosotros. Pero de ambas partes con mucha disponibilidad para encararlo. Y la verdad es que yo diría que estamos muy contentos.

Entre nosotros ocurre algo de lo que sucedía en la Compañía naciente cuando Ignacio mandaba algún novicio a vivir en una comunidad, lo probaba y le hacía un seguimiento para ver si tenía subyecto para la futura Compañía.

Para nuestras reuniones de comunidad vamos tomando lo que vamos viviendo internamente y los apostolados que llevan adelante en el territorio del Cerro y los tres días que van a colaborar en la obra de Fe y Alegría en la zona del aeropuerto.

Vimos juntos la película de la vida de San Juan XXXIII y esto provocó un intercambio de memorias de Iglesia con el lanzamiento del Vaticano II y de la Compañía de Arrupe, historias vividas por los mayores y muy ignoradas por ellos. Para entender mucho de lo que estamos viviendo tenemos que  partir de allí.

Vimos también como  una buena idea acompañar nuestras reuniones de comunidad recorriendo alguna de nuestras fuentes y tomamos el libro de Melloni “una aproximación a su autobiorafía”. En mi noviciado leíamos la ‘Vida de Ignacio’ de Ribadeneira y esto prevaleció durante cuatro siglos y como texto fundacional no fue recuperado sino hasta después del Concilio Vaticano II. Sorpresa para ellos y sorpresa para nosotros.

Rubén ha liderado en estos tiempos de pandemia una parroquia en salida. Atendiendo grupos de personas solidarias que llevaban adelante ollas populares en sus barrios y ha recorrido el Cerro junto con  Nacho Puiggari todas las semanas. La parroquia ha sido depositaria de la generosidad de muchas personas que están en otras instituciones de la Compañía y organizaciones. Los novicios han participado de estas recorridas y han tenido un contacto directo con estos dramas.

Los tres novicios tienen talento musical y arrojo para visitar la zona más pobre de la parroquia: el asentamiento “El Caño”. Me recuerda la película ‘La Misión’ cuando los jesuitas atraían a la población indígena local con la música y los coros. Con el trabajo de muchos durante este año, el otro día el Señor se manifestó en un humilde, modesto, signo del Reino: treinta niños de los más pobres se hicieron presentes en una jornada de sábado por primera vez en Fátima.

Los novicios como parte de la experiencia tienen sus trinas para compartir lo que van viviendo. En la reunión comunitaria del lunes también tuvieron la posibilidad de escuchar cómo Nacho se viene preparando para su ordenación. Ignacio compartió algo de las gracias recibidas durante sus ochos días de Ejercicios con Paco Arrondo en Manresa y ellos hicieron una proyección de su estadía para el segundo mes entre nosotros.

Están haciendo también la experiencia de aprender a relacionarse con un superior, un Director de obra y un Ministro. En mi caso sabiendo que el Maestro es muy bueno y paciente estoy aportando un poco de vinagre a la ensalada. Vamos practicando la corrección fraterna con fruto. He recuperado dos toallas que colgué y habían desaparecido y en esta casa de muchas llaves aparecieron algunas en sus pantalones. Para terminar con una muy buena: nos hemos atragantado con “sopa paraguaya”.

Mons. Giobando sobre la crisis: «Va por el lado de la recreación de vínculos sociales»

Monseñor Ernesto Giobando SJ, obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario episcopal de Flores, invitó a reflexionar sobre cómo será posible salir de la crisis provocada por la pandemia.

En una entrevista para el programa «Claves para un mundo mejor», expresó: “El punto que tenemos que pensar es cómo vamos a salir de esta crisis o más egoístas o más solidarios, porque los problemas que van a venir y que ya se están percibiendo en el día a día van a ser muy graves”.

“Creo que todo depende de la capacidad que tenemos los seres humanos de volvernos más humanos. El humanismo es generar un vínculo de conexión ante los problemas difíciles y una posibilidad de salir de las crisis, juntos. La otra posibilidad es el ‘sálvese quien pueda»’, diferenció.

El prelado subrayó que es necesario “salir todos juntos”, al recordar que el papa Francisco dijo que nadie se salva sólo.

“Debemos reconstruir nuestra Argentina juntos, como creyentes, como sociedad civil, junto a las fuerzas políticas, económicas, laborales y sindicales. Todos tenemos que tratar de forjar algo para esta Argentina que viene. ¿Y cómo será esta Argentina que viene? ¿Será solamente para aquellos que puedan decidir en políticas sectoriales?”, sostuvo, y concluyó: “El camino es ‘entre todos’, aportando lo mejor de cada uno, salvando ese resto que queda de bien común. Creo que por ese lado va el humanismo, en la recreación de nuestros vínculos sociales”.

Monseñor Giobando también compartió su vivencia de este tiempo de aislamiento preventivo: “Estoy viviendo en Flores, uno de los barrios donde lamentablemente más contagios hay y vivo en el Hogar Sacerdotal hace ya más de 140 días. En este hogar vivimos 37 sacerdotes y obispos tratando de cuidarnos, porque muchos son muy mayores y hay que cuidar a nuestros curas ancianos”, detalló.

“Ha sido una experiencia muy fuerte no sólo por el aislamiento sino también por las posibilidades que se generaron internamente en comunicación, diálogo, cuidado y también los más de 30 empleados. Solamente hemos tenido dos enfermeros con Covid. Uno está saliendo después de haber estado muy grave y una de las religiosas. Estos son los que suelen poner ‘el cuero’, digamos, ante esta situación”, graficó.

“También confió que van ‘llevando bien’ el momento y que el Hogar Sacerdotal de Buenos Aires es un lugar muy bendecido, que se convirtió en una especie de cenáculo de oración para acompañar a la Iglesia de Buenos Aires y de todo el país en este tiempo difícil”, expresó.

Fuente: aica.org

[Comunidades] Presencia de los novicios en Tacuarembó

Tomás Bradley SJ, nos cuenta sobre la llegada y la presencia de los novicios de segundo año a Tacuarembó: «su presencia nos ha renovado la experiencia de comunidad.»

Testimonios SJ

Solemos hablar de la experiencia de “comunidad” que realizan los novicios como probación en su formación en la etapa del noviciado. 

Me parece oportuno dar vuelta los conceptos y hablar de comunidad como experiencia nuestra, “los miembros de la comunidad de Tacuarembó”. 

Si hay algo claro es que su presencia nos ha renovado la experiencia de “comunidad”. Somos pocos y la vida “ad intra” refleja lo que somos tal cual cada uno es. Puedo decir con alegría, que la presencia de los novicios ha sacado a la luz lo mejor de nosotros: darle lugar al compartir en comunidad la vida y los desafíos apostólicos. 

Los cuatro que estamos en la comunidad somos bien diferentes. Y con la presencia de los novicios decidimos en conjunto atender de modo especial a su presencia. Es evidente, pero me parece importante notarlo. Un buen ambiente que lo hacemos entre todos. Da gusto estar en casa. O en las actividades pastorales compartiendo lo que hacemos. En cierto modo, nos han rejuvenecido. Quizá el dato que está por debajo es “su deseo de seguir aprendiendo, conociendo la Compañía, su deseo de entrega al Señor que sienten que los llama a seguirlo en nuestra Compañía». Esa tensión de su búsqueda nos hace bien. Porque la conocemos, ya que la hemos vivido: el deseo de la confirmación de la vocación que sentíamos. Ese drama interior, nos desafía a nosotros en nuestra entrega cargada de años, de gozos y dolores, de desilusiones y renovación del compromiso asumido con Dios, con la Compañía de Jesús, con la Iglesia y nuestro mundo. 

Podemos decir que los novicios nos han hecho viajar al noviciado sin salir de aquí. Y esto nos hace bien. El gozo de Alfonso, la compartida de descansos, juegos, charlas, series de TV, almuerzos y cena, cantos hechos oración, misiones en los barrios, campamento con castores y horneros, etc. 

Hoy sabemos que el testimonio es fundamental. Y, creo, sin buscarlo, estamos siendo beneficiarios: ellos y nosotros, del testimonio de lo que le corresponde a cada uno su proceso de respuesta al llamado que Dios nos hace hoy. En esto no hay ninguna diferencia entre todos nosotros. Porque la respuesta a Dios tiene la misma densidad de “entrega” en cualquier etapa de la vida: siempre ante el desafío de arrojarnos al abismo de Dios que nos acoge con toda su ternura y nos descentra poniéndonos al servicio de los demás. 

Damos gracias a Dios por poder vivir esta comunidad concreta de la Compañía de Jesús, hoy.