Papa Francisco: Ver a Jesús en el rostro del pobre

La pregunta que hace dos mil años Jesucristo hizo a sus discípulos “¿Quién soy yo para ustedes?”. hoy la escuchamos dirigida a cada uno de nosotros, dijo el papa Francisco este domingo 23 de agosto en sus palabras antes del rezo del Ángelus, comentando el Evangelio de san Mateo “que narra el momento en el que Pedro profesa su fe en Jesús como Mesías e Hijo de Dios”.

La primera pregunta no es demasiado exigente, explica el pontífice: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?”. Con la segunda pregunta, sin embargo, “Jesús les toca el corazón: “¿Pero, quién soy yo para vos?” y los llama a involucrarse, mostrando la razón por la que siguen al Maestro.

Después de unos momentos de vacilación, Simón declara con entusiasmo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Una respuesta, comentó Francisco, “plena y luminosa”, respuesta que “es fruto de la gracia del Padre”. “Es una gracia que debemos pedir”, diciendo “Padre, dame la gracia de confesar a Jesús”.

La fe que acaba de manifestar es la “piedra” inquebrantable sobre la que el Hijo de Dios quiere construir su Iglesia, es decir, su comunidad. Y la Iglesia siempre avanza sobre la fe de Pedro, sobre esa fe que Dios reconoce, que Jesús reconoce y lo hace cabeza de la Iglesia.

Y agregó el Papa: “Escuchemos la pregunta de Jesús dirigida a cada uno de nosotros”: “Y tú, ¿quién dices que soy?”. Una respuesta que exige también de nosotros, como los primeros discípulos, una escucha interior de la voz del Padre y una consonancia con lo que la Iglesia, reunida en torno a Pedro, sigue proclamando.

“Es indispensable y loable – aclaró Francisco – que la pastoral de nuestras comunidades esté abierta a las múltiples formas de pobreza y emergencias. La caridad es siempre el camino principal en el camino de la fe, de la perfección de la fe”.

Pero es necesario que las obras de solidaridad, de caridad que hacemos, no distraigan del contacto con el Señor Jesús. La caridad cristiana no es simple filantropía sino, por un lado, es mirar al otro con los ojos de Jesús mismo y, por otro lado, es ver a Jesús en el rostro de los pobres. Y este es el verdadero camino de la caridad cristiana, con Jesús en el centro, siempre “.

Fuente: aica.org

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