Mensaje del P. Johan Verschueren SJ

Carta Abierta

Queridas, queridos,

Ya habíamos informado que el 14 de junio de 2023 fue entregado al sacerdote Marko Rupnik el decreto de dimisión a la Compañía de Jesús firmado por el Padre General. Es en este momento que, transcurridos los treinta días previstos para que pudiera apelar contra esta decisión de la Compañía, según las nuevas normas canónicas al respecto, podemos declarar hoy que ya no es religioso jesuita.

Como también se hizo saber por la «Carta a los amigos del Centro Aletti» del pasado 23 de junio, el p. Marko Rupnik ya había presentado su solicitud para poder dejar la Compañía en enero de 2023. Esta petición suya nunca ha representado en modo alguno un «derecho» para él, dado que los votos que hizo un día en la Compañía de Jesús lo vinculaban a un compromiso de obediencia de por vida y no hay obligación por parte de la Congregación Religiosa de conceder tal petición.

La razón por la cual la Compañía no quiso aceptar esta solicitud surgió del deseo de vincularlo a sus responsabilidades frente a tantas acusaciones, invitándolo a emprender un camino de verdad y confrontación con el mal denunciado por tantas personas que se sintió herido. Lamentablemente no quiso aceptar nuestra invitación y nos vimos en la necesidad de despedirlo de la Compañía por las razones antedichas.

Como representante de la Compañía de Jesús y ex Superior Mayor de Marko Rupnik, no puedo dejar de lamentar mucho esta insistente y obstinada incapacidad para hacer frente a la voz de tantas personas que se han sentido heridas, ofendidas y humilladas por su comportamiento y su forma de ser, de hablar y de comportarse con ellos.

Lo dicho no excluye el bien que ha hecho, y el fruto espiritual del que ha sido intermediario para muchas y tantas otras en la Iglesia. Sin embargo, debemos recordar lo que Jesús nos enseñó: “si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.» (cf. Mt 5, 23-24).

Muchos nos han preguntado por qué no se ha llevado a cabo un proceso que podría conducir a la pérdida del estado clerical de Marko Rupnik. Quisiera recordarles aquí que esto no es en sí competencia de la Compañía de Jesús, sino de la Santa Sede. Siempre he querido como Superior Mayor, en las diversas circunstancias de estos largos y complejos hechos, poder iniciar un proceso que pudiera garantizar la valoración judicial de los hechos, el derecho a la defensa y las consecuentes sanciones (o posible absolución), pero diversas razones, entre ellas las actuales limitaciones de la normativa relativa a situaciones similares, no lo han permitido.

También puedo declarar oficialmente que es el firme deseo de la Compañía de Jesús de distanciarse legalmente del Centro Aletti, dejando formalmente la Asociación Pública de Fieles que lleva el mismo nombre y encontrando la mejor manera de terminar las relaciones de colaboración con el Centro. Estamos buscando la mejor manera de hacerlo, también en colaboración con el Vicariato de Roma, del que hoy depende el Centro Aletti. Tenga en cuenta también que ya no hay una comunidad jesuita residente en el Centro Aletti.

A todos aquellos que se sintieron y se sienten heridos por este otrora cohermano, les aseguro mi plena solidaridad y apertura para encontrar en el futuro las mejores formas de reflexionar sobre cómo encontrar la paz interior y la reconciliación a través de caminos que podamos estudiar juntos.

Humildemente, en Xto.

P. Johan Verschueren, SJ
Delegado para las Casas y Obras Internacionales Romanas de la Compañía de Jesús (DIR)

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