Cardenal Czerny sobre Fratelli Tutti: «Una advertencia y una llamada a la esperanza»

El 4 de octubre de 2020 el Papa Francisco ha publicado un nueva carta encíclica dirigida a todos los fieles e incluso a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, sobre la fraternidad humana. Desde la oficina de comunicaciones de la Curia General en Roma, entrevistaron a uno de los colaboradores más cercanos, el cardenal Michael Czerny SJ, para dialogar en torno al significado de este importante documento dentro de la enseñanza del Papa.

Después de escribir una encíclica sobre la ecología, en una época en la que era fuerte y claro el grito de alarma de la naturaleza..

¿Por qué el Papa elige este momento histórico para una encíclica sobre la fraternidad humana?

El grito de alarma de nuestra casa común sigue presente, y quizás resuena con más urgencia ante tanto desperdicio y enorme destrucción ambiental y humana, tal como lo está mostrando la COVID-19. Es probable que al escribir Fratelli tutti el Santo Padre nos llame a comprender que la única manera de vivir es reconocernos hermanos y hermanas todos, y actuar en consecuencia. Fratelli tutti puede ser un anuncio y un llamado a la esperanza, una luz que quiere disipar las sombras y abrir el mundo y nuestros corazones.

¿Por qué firmar una encíclica en Asís, en la tumba de San Francisco?

Al Papa Francisco le gusta de comunicarse no sólo con palabras, sino también con gestos que son señales que envía. Así que me gustaría devolver esta pregunta a cada lector: ¿Qué me comunica el Papa Francisco con la firma de este documento desde la tumba de Francisco, el santo, el reformador, el hermano de todos, de todas y de todo?

¿Cuál es la fortaleza de esta encíclica?

La encíclica invitará “a todas las personas que llevan en el corazón la fe en Dios y la fe en la fraternidad humana a unirse y a trabajar juntas, para que sea una guía para las nuevas generaciones hacia una cultura de respeto recíproco, en la comprensión de la inmensa gracia divina que hace hermanos a todos los seres humanos”. Está en consonancia con su Documento sobre la Fraternidad Humana publicado con ocasión de la visita papal a los Emiratos Árabes Unidos en febrero de 2019.

Fratelli tutti, el mismo título, contiene ya la propuesta: ser una fraternidad, reconocernos hermanos y hermanas, responsables unos de otros, llamados a detenernos ante los que sufren. Es decir, llamados no sólo a reconocernos como “vecinos” (prójimos), sino hermanos y hermanas. Creo que su fuerza reside en una “universalidad” que no pierde el contacto con “la persona individual” concreta, real, de aquí y ahora, en la familia, en la comunidad.

Francisco de Asís, hombre de fraternidad. ¿Se trata de un nuevo gesto de Bergoglio para confirmar el nombre que eligió?

No es un secreto la inspiración que provoca san Francisco de Asís en el Papa Francisco. Dos de sus tres Encíclicas recogen en sus títulos las palabras de este reconstructor, el santo pobre y fraternal. Recuerden lo que la imagen de Cristo crucificado le dijo al joven caballero: “Francisco – lo llamó por su nombre -, ve y repara mi iglesia, que se está cayendo en ruinas”. Más que un nombre, se trata de confirmar un modo de ser Iglesia que está en el corazón del Santo Padre, indicado varias veces como el camino sinodal. Es confirmar un horizonte de su pontificado trazado por el Concilio Vaticano II.

¿Cómo pueden las tres primeras visitas del Papa Francisco a Asís haber inspirado la redacción de la encíclica?

Encuentros con la gente, con los discapacitados y niños enfermos, con los pobres, con las religiones… Oración, paz y diálogo y silencio son quizás las notas características de las tres visitas anteriores a Asís del Santo Padre. No sé si puedo decir que estas visitas inspiraron la redacción de la encíclica, o si más bien, expresan lo que está en el corazón del Papa Francisco. Lo que es cierto es que Asís es un lugar donde el Papa va a menudo, tanto en persona como espiritualmente.

¿Deben considerarse los sucesos de Lesbos, el incendio de un campo de refugiados, y demás atrocidades en otros lugares como un insulto a la fraternidad humana?

Estos eventos trágicos son un escándalo, son la expresión de la miseria a la que podemos llegar cuando nos vemos como extranjeros. Son la expresión de la peor versión de la humanidad. Hay que darnos cuenta no sólo del dolor de nuestros hermanos y hermanas, sino de la pobreza de nuestra respuesta, de la vergüenza de nuestra indiferencia, de la incapacidad de los gobiernos. Ante tan miserable fracaso, expresado y simbolizado por las ruinas quemadas de un campo de concentración, hay que darnos cuenta de que, al igual que en Auschwitz, Dios escucha el clamor de todas estas personas y nos llama, nos llama a responder con Él a esta tragedia, así como a las muchas, demasiadas tragedias que caracterizan nuestro tiempo. Roguemos que Dios nos regale escucha, sensibilidad, penitencia, creatividad, misericordia, caridad y justicia para nuestros hermanos y hermanas.

Fuente: jesuits.global/es

CPAL: Curso Virtual para Superiores 2020

Durante la semana del 5 al 9 de octubre se ofreció el Curso Virtual para los Superiores de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y El Caribe (CPAL), con la participación de 26 jesuitas de ocho de las 12 provincias de la CPAL. El P. Hermann Rodríguez Osorio SJ, comparte sobre la experiencia:

El objetivo del curso fue reflexionar sobre el servicio de la autoridad que ofrecen los superiores en las comunidades que acompañan, particularmente sobre la cura personaliscomunitaria y apostólica. Cabe recordar que los superiores tienen tres funciones fundamentales en su servicio:

1) Acompañar a los hermanos de comunidad en su crecimiento humano y espiritual.

2) Animar la vida de las comunidades para que sean espacios de apoyo, de fortalecimiento y de crecimiento.

3) Discernir y orientar la misión de la comunidad, para que se desarrolle en armonía con la misión de la Compañía y brinde buenos frutos.

El curso contó con la colaboración del P. Carlos Cardó, SJ (PER), quien nos ayudó a trabajar el documento del P. Kolvenbach sobre las Directrices para los superiores locales; el P. Kevin Flaherty, SJ (UMI-PER), orientó una mañana de reflexión sobre cómo acompañar situaciones difíciles en nuestras comunidades; el P. Gerardo Aste, SJ (PER), ofreció Claves administrativas y económicas para superiores; y el P. Roberto Jaramillo, SJ (COL), presentó a los superiores el trabajo de las redes y los proyectos de la CPAL. La coordinación estuvo a cargo del P. Hermann Rodríguez, SJ (COL), Delegado para la Misión de la CPAL, quien orientó el trabajo sobre 1) Crecer viviendo juntos. Reflexiones sobre las condiciones del crecimiento en la vida compartida. 2) El Discernimiento en común. Novedad y tradición. 3) Metodologías para acompañar un discernimiento en común. 4) Las etapas del proceso espiritual y su acompañamiento.

La comunicación virtual nos ha permitido compartir y trabajar elementos fundamentales del servicio de los superiores en nuestras comunidades locales. Sin embargo, también hemos sentido los límites de la comunicación y nos ha faltado el encuentro presencial y la alegría de la celebración de la vida en común.

Fuente: jesuitas.lat 

Reflexión del Evangelio – Domingo 11 de octubre

Evangelio según San Mateo 22,1-14

Jesús habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo:
El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo.
Envió entonces a sus servidores para avisar a los invitados, pero estos se negaron a ir.
De nuevo envió a otros servidores con el encargo de decir a los invitados: ‘Mi banquete está preparado; ya han sido matados mis terneros y mis mejores animales, y todo está a punto: Vengan a las bodas’.
Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio;
y los demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron.
Al enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para que acabaran con aquellos homicidas e incendiaran su ciudad.
Luego dijo a sus servidores: ‘El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él.
Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que encuentren’.
Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados.
Cuando el rey entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta.
‘Amigo, le dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?’. El otro permaneció en silencio.
Entonces el rey dijo a los guardias: ‘Atenlo de pies y manos, y arrójenlo afuera, a las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes’.
Porque muchos son llamados, pero pocos son elegidos.

Por P. Hermann Rodríguez Osorio, S.J.

Diana, la condesa de Belflor y Teodoro, son los protagonistas de El perro del hortelano, comedia de Lope de Vega que Pilar Miró, directora de cine española, llevó a la pantalla pocos años antes de morir. Lope de Vega recoge en esta comedia una de las realidades humanas más paradójicas.

Diana se enamora perdidamente de Teodoro, su secretario, pero sabe que es un amor imposible, porque los separa una distancia insalvable de cuna: la una, perteneciente a la alta nobleza, y el otro, un simple plebeyo. La condesa de Belflor no se atreve a expresar, sino de modo muy sutil, su afecto. Pero cuando ve que Teodoro busca a una mujer de su estirpe para establecer un hogar, Diana manifiesta, sin manifestar, sus sentimientos por Teodoro y lo seduce. Sin embargo, cuando ha logrado que Teodoro abandone a su prometida, y abrigue la esperanza de un amor que parecía imposible, Diana vuelve a tomar la distancia que le signó su nobleza. No alargo el cuento, porque la comedia se desarrolla en el ir y venir de los afectos, que nunca se encuentran. Seducciones y rechazos, atracciones y distancias.

La parábola que Jesús cuenta a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos, en el templo de Jerusalén, refleja esta misma realidad humana. Los invitados a la fiesta de bodas no aceptan la convocatoria y desprecian la invitación a unirse a la alegría del rey el día del matrimonio de su hijo. Esto es lo que motiva al rey a ordenar a sus criados que vayan “a las calles principales, e inviten a la boda a todos los que encuentren”. Dice Jesús que “los criados salieron a las calles y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos; y así la sala se llenó de gente”. Pero, desde luego, es importante estar dispuestos para la fiesta; esto es lo que explica la reacción del rey con el que no iba vestido con traje de boda.

Los dueños de la religión y de la fe, en la época de Jesús, ni aceptaban ellos mismos la oferta de la salvación, ni dejaban que otros la aceptaran; en lugar de ser mediadores entre Dios y los hombres, se convertían en obstáculos para este encuentro. Por eso Dios se ve obligado a extender su invitación a todos los pueblos, a todas las gentes que quieran acoger este llamado, malos y buenos.

Tal vez hoy también nos pase un poco de lo mismo. Somos invitados por Dios al banquete del reino, pero muchas veces tenemos excelentes disculpas para no participar de la fiesta de Dios; y fácilmente nos podemos convertir en obstáculos para que otros se encuentren con Dios. No nos contentamos con despreciar la invitación, sino que, además, impedimos que otros vayan a la fiesta. Mejor dicho, nos pasa como al perro del hortelano, que ni come, ni deja comer…

Fuente: jesuitas.lat

Arrojándonos palabras

Palabras del P. Rafael Velasco SJ, Provincial de los jesuitas en Argentina y Uruguay, en una nota para el diario La Nación.

Por Rafael Velasco SJ

En nuestro ya habitual ejercicio del odio, los argentinos nos hemos acostumbrado a arrojarnos palabras. Es el objeto más contundente; sobre todo cuando se utilizan palabras aparentemente indiscutibles. El truco consiste en resaltar el significado que favorece a la propia parcialidad y esconder o invisibilizar algunas de las implicancias que no convienen. De este modo, el impacto que producen en las filas enemigas es más contundente.

Me interesa aquí poner la mirada sobre tres de esas palabras que hoy están siendo arrojadas de un lado hacia el otro de la grieta.

La primera es justicia. La mentada reforma de la justicia enuncia intenciones nobles. ¿Quién no desea una justicia menos opaca, que juzgue imparcialmente y en plazos razonables? De hecho varios puntos de la reforma van en esa dirección. Un problema es que en este intento de reforma difícilmente se logra esconder que algunos aspectos parecen más bien un traje hecho a medida…no precisamente de los más necesitados. Y además (un aspecto más invisibilizado), es una reforma que no termina de atender a los problemas grandes de acceso a la justicia que tienen los sectores más empobrecidos.

Actualmente sigue siendo difícil que en determinados barrios marginados a mujeres les acepten las denuncias de violencia de género; las sedes judiciales están lejos de los barrios más carenciados, las personas de los sectores populares caen fácilmente en manos de «caranchos» o profesionales inescrupulosos por carecer de asesoramiento cercano y accesible. Es bastante claro, además, que las cárceles están llenas de pobres. ¿Son ellos los únicos que delinquen? Como se ve hay mucho por reformar aún…

La segunda palabra es república. Palabra sagrada para la democracia. Los defensores de la república atacan a los otros diciéndoles que pisotean las instituciones que deberían preservar y defender. El problema que estos críticos suelen dejar en las sombras es que la república, hoy por hoy, no ampara a todos. Quien no tiene acceso al trabajo y a la comida difícilmente puede apreciar las bondades de la república. Hacer referencia a la república es, no pocas veces, un ejercicio de lanzamiento de palabras. Suele ocurrir además que ese elogio de la república lo hacen quienes tienen las necesidades básicas satisfechas y tienen, por ejemplo, cómo pagar un abogado o han recibido educación que les asegura determinado estándar de vida. Algo que lamentablemente la república hasta ahora le ha negado a muchos. Si la república no contiene a todos, algo está mal. Algo tenemos que revisar en la práctica republicana y en el discurso.

La tercera palabra es mérito. Encarnizada e interesada es la discusión acerca de la meritocracia. Es claro que la negación del mérito como criterio de valoración civil implica negar cosas obvias: escalas laborales, concursos universitarios, ascensos en reparticiones públicas y una larga lista de etcéteras. Negar el mérito tiene sus contradicciones evidentes. Aunque también habría que mirar cuidadosamente algunas de las implicancias que esconde el término cuando una parcialidad se lo arroja a la otra. «Yo tengo lo que me merezco»…por lo tanto el que no tiene es porque no se lo merece. Los pobres no tienen porque no merecen, porque son unos «negros vagos», unos «planeros» «acostumbrados a vivir del estado»…ellos se merecen lo que les pasa. Esa perversa culpabilización de los pobres por su situación, no es nueva, y no es exclusiva de nuestra sociedad; pero a poco de andar, se deja ver en la base de cierto discurso meritocrático utilizado como un arma arrojadiza.

Estas peleas tan caras para algunos, y amplificadas a gusto por muchos medios y redes sociales, dejan de lado e invisibilizan sistemáticamente los problemas y necesidades de las grandes mayorías empobrecidas, que necesitan, por ejemplo, que la justicia los libere de los narcos y les permita vivir en paz y con trabajo, que necesitan que la república los cobije también a ellos, con el derecho de la educación de calidad para poder ascender socialmente.

Deberíamos tener más cuidado con las palabras, porque nombran realidades. Y las realidades involucran personas.

Es verdad que los problemas a resolver son muchos. Al menos podríamos comenzar por dejar de arrojarnos palabras, y empezar a usarlas para construir una patria sin odios.

Fuente: www.lanacion.com.ar

Palabras de curación para el mundo de hoy

La Hna. Jolanda Kafka, presidenta de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) y el P. Arturo Sosa, presidente de la Unión de Superiores Generales (USG) y General de la Compañía de Jesús, comentaron la nueva  carta encíclica del Papa Francisco, Fratelli Tutti.

Pierre Belánger, jesuita y periodista para la Curia General de la Compañía de Jesús, llevó adelante este espacio de encuentro y de diálogo.

¿Qué aspectos del mensaje los ha conmovido más?, fue la pregunta que dio inicio a la conversación.

«Lo que mas me ha conmovido en general es la parábola del buen samaritano, el modo tan amplio y tan polifacético que el Papa nos la interpreta pero también algunos verbos como el inclinarse, el ser compasivo, el ser amable, el abajarse, como una dinámica cristiana de Jesús y de la humanidad.», respondió en primer lugar Jolanda Kafka.

Por otro lado, Arturo Sosa detalló: «La centralidad de hacerse prójimo, que es el hilo conductor del camino para construir una vida digna para toda la humanidad  frente a las tendencias divisionistas. También, el deseo de seguir soñando es otra de las cosas que me conmovió, el deseo de seguir soñando en un mundo mejor, en que se reconozca la dignidad de todos en que son posibles las relaciones solidarias.«

Luego de esta primera pregunta disparadora, durante media hora fueron intercambiando respuestas, recuperando párrafos del documento y reflexionando en torno a la nueva encíclica. En el siguiente vídeo podrás ver la entrevista completa:

Fuente: www.jesuits.global/es

Publicación del Libro “Educación jesuita: tradición y actualización”

“Educación jesuita: tradición y actualización” es el título del nuevo libro editado por la CPAL y publicado por el P. Luiz Fernando Klein, SJ.  En él se expone, en una primera parte, la tradición pedagógica jesuita reciente de cuyo análisis sugiere los principales ejes para la actualización pedagógica de los colegios jesuitas; en una segunda parte titulada “Conversatorio: La educación jesuita en tiempos de pandemia”, responde a las preguntas recibidas en diálogos con educadores sobre cuestiones referentes a los desafíos de la actualidad.

Prólogo

Esta conferencia sobre la tradición y actualización de la pedagogía de los jesuitas, por feliz coincidencia, ocurre cuando celebramos el 13 de septiembre de 2020, los 40 años de la magistral alocución del P. Pedro Arrupe Nuestros Colegios Hoy y Mañana.

Aquel día, el P. Arrupe se dirigía a un grupo de 15 educadores de la educación básica de la Compañía, de distintos países, que fueron convocados a la Curia General para repensar la oportunidad de los colegios frente a tantos cuestionamientos que se le hacían en el mundo educativo, incluso por parte de jesuitas.

Con mucha lucidez y vigor, el P. Arrupe defi nió el colegio como un instrumento apostólico y los criterios para su existencia: discernimiento, apertura a todos sin discriminación socioeconómica, excelencia humana e ´ignacianidad´. Arrupe justifi có la novedad del uso de este último término explicando que no había nada arrogante o snob, sino por lógica, ya que actuamos en virtud de ese carisma.

Arrupe describió el tipo de estudiante que se pretende formar: hombres y mujeres nuevos, equilibrados, de servicio evangélico, abiertos a su tiempo y al futuro. Destacó la excelencia humana en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Introdujo el concepto de ´comunidad educativa´, integrada por los jesuitas, los estudiantes y sus familias, los colaboradores laicos y los antiguos alumnos. Advirtió a los colegios sobre el riesgo de volcarse sólo sobre ellos mismos, en lugar de convertirse en un centro de irradiación para la comunidad y la región circundante, buscando integración con las fuerzas de la sociedad.

Este documento es de suma importancia porque, después de la restauración de la Compañía de Jesús en 1814, fue la primera declaración más completa del gobierno central jesuita sobre el enfoque del apostolado educativo y, se puede considerar la refundación de los colegios jesuitas.

Por eso, este aniversario es una interpelación para retomar el documento Nuestros Colegios Hoy y Mañana, que se constituyó en un hito fundamental de la reciente tradición pedagógica jesuita y dio luz para la elaboración de los documentos posteriores: Características de la Educación de la Compañía de Jesús, Pedagogía Ignaciana: Un planteamiento práctico y, últimamente, Colegios Jesuitas: Una tradición viva en el siglo XXI.

Luiz Fernando Klein, S.J.

Secretario y Delegado de Educación de la CPAL.

 

Para descargar el libro en español hacé click en la imagen

 

Para comprender la Pedagogía Ignaciana

El P. José María Guibert, S.J, Rector de la Universidad de Deusto, en Bilbao (España), además de varias publicaciones, en especial sobre el liderazgo ignaciano, acaba de lanzar el libro «Para comprender la pedagogía ignaciana El P. Guibert hace un estudio original sobre 54 conceptos y expresiones de la Parte IV de las Constituciones de la Compañía de Jesús y muestra su incidencia en la Pedagogía Ignaciana.

Publicado por el Editorial Mensajero, el libro, de 142 páginas tiene 18 breves capítulos agrupados en tres secciones:

1) Elementos del modo de proceder ignaciano aplicables a la educación,

2) La educación vista desde la perspectiva ignaciana y,

3) Estrategias y métodos de la pedagogía ignaciana.

El libro del P. Guibert viene iluminar el dilema sobre la tradición y la actualización de la pedagogía de los jesuitas. Él confiesa su pretensión de responder a varias preguntas, por ejemplo: ¿Lo que se decía hace medio milenio y lo que decimos ahora sobre educación es lo mismo? ¿Hemos inventado o reinterpretado mucho? ¿Es de utilidad hoy lo que se decía entonces?

Luiz Fernando Klein S.J, Delegado de Educación de la CPAL

Fuente: jesuitas.lat

«Fratelli Tutti»: La llamada a una nueva humanidad

El P. Xavier Jeyaraj, Secretario para la Justicia Social y la Ecología en la Curia General de Roma, dirige unas palabras en el contexto de la publicación de la nueva encíclica del Papa Francisco sobre la fraternidad titulada Fratelli tutti.

“La solidaridad humana es uno de los principales desafíos de nuestro tiempo. Las diferencias no deben dividirnos, sino que deben ayudarnos a reconocer la belleza y la singularidad del otro. Gran parte de nuestra sociedad moderna enfrenta a las personas entre sí; eleva el nivel de competitividad; fomenta la inseguridad y, a menudo, sitúa el beneficio comercial por encima de la persona humana.

Es muy desalentador ver muchas de las tendencias de nuestro mundo actual. Se puede ver una batalla en curso como en la meditación de las Dos Banderas de San Ignacio. La gran mayoría de la gente quiere hacer el bien y sueña con un mundo justo y pacífico. Quieren ser amables y empáticos con sus hermanos y hermanas; pero al final hay tantas fuerzas poderosas que luchan contra eso: fuerzas socio-políticas y económicas que hablan de paz mientras promueven las armas y la violencia.

Nuestro papel como jesuitas y el de todos los que trabajan con nosotros es animar a los que promueven una sociedad basada en el verdadero amor, la justicia y la esperanza. Queremos fomentar la fe, fomentar el amor, fomentar la paz, fomentar la unidad. Esos pueden parecer ideales utópicos cuando nos enfrentamos a gran parte del discurso político que se está desarrollando hoy en día. Pero en realidad no son utópicos. Son la visión de Jesucristo, la visión de Dios para nuestro mundo de hoy. La Trinidad nos mira con amor, viendo todas nuestras diferencias: color, raza, género y casta y anhelando una mayor solidaridad humana.»

Fuente: www.jesuits.global/es

Vigilia de oración ignaciana global: “Sanar esta Tierra es una tarea que nadie puede hacer solo”

El pasado viernes, 25 de septiembre, tuvo lugar la Vigilia Global Ignaciana Respirando juntos, en el marco del Tiempo de la Creación, organizada por diversas obras y redes jesuitas/ignacianas, con la coordinación del Secretariado para la Justicia Social y la Ecología.

Para que tuviera alcance global, la Vigilia se transmitió en directo en tres diferentes husos horarios (8 pm en Manila/Roma/Nueva York) y simultáneamente en inglés y español y contó con una participación de más de 15,000 personas durante la vigilia y en los dos días siguientes. Combinó oración con testimonios, reflexiones, música y algunos elementos simbólicos e interactivos.

En palabras de Xavier Jeyaraj, SJ, Secretario de Justicia Social y Ecología: “Me conmovió profundamente la respuesta de la gente a la vigilia de oración ‘Respirando juntos’. La vigilia fue una forma de conectar a la gente con la llamada del Papa Francisco para cuidar de nuestro hogar común, junto con las cuatro Preferencias Apostólicas Universales (PAU) de la Compañía de Jesús. Fue una vigilia para mostrar el camino hacia Dios (PAU1); para cuidar nuestro hogar común, particularmente los tres pulmones de la tierra (PAU4); para caminar con las comunidades indígenas pobres de esas tres regiones (PAU2) cuyos derechos y dignidad han sido violados; y finalmente, fue una forma de acompañar a los jóvenes indígenas escuchando sus testimonios (PAU3) realizados el día en que los jóvenes estaban en huelga por el clima”.

En el día de Acción Global por el Clima, Respirando Juntos quería enfatizar la necesidad de defender los pulmones de la tierra- en particular, la Cuenca del Congo, los bosques boreales asiáticos y la Amazonía- “literal y figurativamente en llamas”, tal y como señaló Cecilia Calvo de la Conferencia Jesuita de Canadá y Estados Unidos. “En estos biomas esenciales vemos la destrucción ambiental y la pérdida de la “riqueza humana, social y cultural” causada por una mentalidad de explotación. El cambio climático, las prácticas mineras irresponsables, la sobreproducción impulsada por el consumo, dar predilección al crecimiento económico sobre el desarrollo humano, son sólo manifestaciones de esta disrupción. Las comunidades vulnerables (niños, ancianos, indígenas, migrantes) son las más expuestas a esta crisis socio ambiental”.

Así lo manifestaron las comunidades indígenas. Amba Lobota Bongila, de la comunidad Ekonda, en la República Democrática del Congo, señaló: “La selva nos pertenece. Pertenece a nuestros antepasados. Pero en la actualidad ha sido destruida y nosotros, sus propietarios, no recibimos nada. Los ríos están contaminados, los animales huyen, las orugas no crecen ya en los árboles. Los leñadores se enriquecen a costa de los indígenas”. Dorothée, de la comunidad de BAKA, en el territorio de Yahuma añadía: “Estamos amenazados por la pérdida de tierras, la expropiación de tierras por los vecinos bantúes, las empresas madereras, las empresas mineras y otros que buscan recursos naturales”. Enesio Martins, que pertenece a la comunidad ticuna de la Amazonía, señalaba: “nos ha venido afectando el tema de las quemas, el tema de la deforestación que hacen las grandes multinacionales”. Jason Menaling señalaba desde Mindanao, Filipinas: “Espero que el resto del mundo no haga oídos sordos a los gritos de los pueblos indígenas. Queremos un futuro en el que podamos vivir en paz, cuidando nuestra relación con el medio ambiente, así como la relación de unas personas con otras”.

“Nunca ha sido más urgente que ahora nuestro compromiso con el cuidado de la Casa Común y la sanación de este mundo roto. Sanar esta Tierra es una tarea que nadie puede hacer solo. La sanación comienza por unirnos con otros, especialmente los más afectados y vulnerables, los pobres, los indígenas, los migrantes, los refugiados… y convertirnos en colaboradores del cuidado de la Casa Común”, señaló el Superior General de la Compañía de Jesús, el P. Arturo Sosa. “El cambio solo ocurrirá si le hacemos sitio” añadía September Kelokelo, una joven activista de Papúa Nueva Guinea.

Cambios que deberán partir de una conversión individual y colectiva con la ecología integral, así como de un cambio en las políticas públicas. En ese sentido, se hizo un llamamiento en la oración final de compromiso a la comunidad internacional y a los líderes mundiales para que escuchen “el clamor de la tierra y el clamor de los pobres” y para que tomen medidas efectivas, garantizando el bienestar (buen-vivir) de todos y el equilibrio de nuestra Casa Común.

Podés ver la Vigilia en el siguiente vídeo:

Fuente: jesuits.global/es

Ya está disponible la edición nº11 de la revista Aurora

El número correspondiente a la primera quincena de octubre ya está disponible para su descarga. Esta nueva edición se titula «Rupturas epistemológicas» y reúne un total de 12 artículos.

En el texto introductorio, Jorge Atilano González Candia, explica: «Recuperamos de lo nuevo que está surgiendo en la sociedad, la Iglesia y la Compañía de Jesús, intuiciones y experiencias que ayudan a imaginar nuevas epistemologías, surgidas desde el dolor de la pandemia, que harán posible una nueva convivencia.»

Podés descargarla aquí: Revista Aurora – Edición nº 11