#Memoria2021 – Manresa: la cuna de la orden jesuita

Once meses en Manresa
El 25 de marzo de 1522, Ignacio de Loyola bajó de Montserrat a Manresa. Se instaló y vivió durante once meses. La estancia de San Ignacio en Manresa -mucho más larga de lo que estaba previsto- tiene una gran relevancia en la biografía y la obra del Santo. Ignacio consideró siempre muy importante su paso por Manresa. Los meses de vida en la ciudad decía que habían sido para él una especie de noviciado en las cosas del espíritu. Por ello, la expresión «ir a Manresa» significa para los jesuitas una peregrinación a las fuentes de su historia, vocación religiosa y espiritualidad. Estos consideran Manresa la ciudad cuna de la orden jesuita. No hay ninguna otra población catalana que haya dado su nombre en todo el mundo en tantas obras fundadas por los jesuitas (actualmente se cuentan 73).

Ilustración del Cardener

El paso de San Ignacio por Manresa tiene un hito fundamental en el episodio que vivió frente al río Cardener. Allí tuvo una visión, a la que se ha denominado la «ilustración del Cardener». San Ignacio decía en su autobiografía: «Y mientras estaba allí sentado, se le empiezan a abrir los ojos del entendimiento. No es que viera alguna visión, sino que entendía y conocía muchas cosas con una iluminación tan grande que todas las cosas le parecían nuevas «.

Los 22 lugares ignacianos

Manresa ejerció un papel importantísimo en la configuración del pensamiento y la acción de Ignacio, lo que ha sido reconocido por la Compañía de Jesús, que ha adoptado los topónimos de Manresa y Cardener para dar nombre a una multitud de instalaciones, equipamientos y programas vinculados a esta orden religiosa, presente en todo el mundo. La Manresa ignaciana la constituyen todos los espacios y elementos patrimoniales que forman parte de legado de Ignacio a su paso por la ciudad en 1522. Se incluyen tanto los lugares que conoció el Santo durante su estancia como los que se erigieron en su memoria.

Ignatius Challenge: peregrinación virtual con San Ignacio

La Pastoral Ignaciana MAG+S lanza un inspirador recorrido por el episodio que cambió la vida de Ignacio de Loyola para siempre. Un proyecto pastoral digital abierto al mundo entero que se enmarca en Ignatius 500, el año que conmemora el 500 aniversario de la conversión de san Ignacio.

Esta nueva propuesta de pastoral digital está abierta al público general, desde los más jóvenes hasta los más versados en la materia, y puede servir de herramienta pastoral en lugares tan diversos como un colegio, una comunidad MAG+S o una de CVX.

Ignacio de Loyola pasó de soldado a peregrino a través de una experiencia transformadora en la que bien podemos encontrar similitudes con cualquiera de nuestras vidas. Todo comenzó con una batalla que dejó a Ignacio gravemente herido. Sus sueños se desmoronaron, y tras una larga convalecencia en Loyola, comenzó a obrar el cambio que Dios quería en él. Ignatius Challenge retoma esa vivencia y nos invita a sacar la mejor versión de nosotros mismos.

La web https://challenge.ignatius500.org/ aloja las 8 etapas de esta peregrinación virtual a la que ya puedes inscribirte. Cada etapa consta de 6 dinámicas de profundización con materiales tan diversos como podcast radiofónicos ambientados en el siglo XVI, píldoras histórico-culturales, entrevistas para que te acompañen mientras caminas, actividades interactivas con las que conocer a tus compañeros de camino o retos que nos sacarán de la pantalla para actuar en el mundo.

Para crear y producir dichos materiales se han creado sinergias y colaboraciones con diversas obras de la Compañía de Jesús como Rezando Voy, Radio Ecca y SJDigital. Junto a ellos, un numeroso grupo de jesuitas y voluntarios del entorno también han prestado su tiempo y talentos a este proyecto.

La primera peregrinación comenzará este próximo enero y durará 8 semanas, pero Ignatius Challenge ha llegado para quedarse. Las peregrinaciones se irán sucediendo conforme el número de inscritos vaya generando nuevos grupos que quieran vivir esta experiencia e incluso está previsto que pueda servir de herramienta pastoral en el futuro, para todo aquel que quiera conocer un poco más sobre san Ignacio y su espiritualidad.

Ignatius Challenge es un desafío personal para profundizar en la propia vida, a la luz de lo vivido por el santo, al que todos estamos llamados a participar.

infosj.es

Mensaje final de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe

La Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe se realizó del 21 al 28 de noviembre en la sede de la Conferencia del Episcopado Mexicano conocida como “Casa Lago” en Cuautitlán Izcalli, a unos 30 kilómetros al norte de Ciudad de México. Después de una semana de trabajo, se dio a conocer su Mensaje Final con una lista de doce puntos con los principales desafíos que enfrenta la Iglesia del continente.

El documento fue elaborado por dos grupos, el primero sintetizó y redactó las propuestas de los participantes y el segundo enfocó su análisis con mayor discernimiento.

La Asamblea ha sido vivida, recoge el escrito, como “una verdadera experiencia de sinodalidad, en la escucha mutua y en el discernimiento comunitario de lo que el Espíritu quiere decir a su Iglesia”. Desde la “poliédrica diversidad”, los participantes de la Asamblea se han “vuelto hacia las realidades que vive el continente, en sus dolores y esperanzas”.

El texto destaca la urgencia de “la promoción de la vida humana desde su concepción hasta la muerte natural” y constata y denuncia dolores “de los más pobres y vulnerables que sufren el flagelo de la miseria y las injusticias”; también “el grito de la destrucción de la casa común” y la “’cultura del descarte’ que afecta sobre todo a las mujeres, los migrantes y refugiados, los ancianos, los pueblos originarios y afrodescendientes”.

La sinodalidad es el camino, algo que pertenece a la esencia de la Iglesia, por lo que se insiste en que “no es una moda pasajera o un lema vacío”. Es algo que ha hecho aprender a caminar juntos, involucrando a todos.

Ahora se trata de llevarlo a las comunidades, a las bases, por lo que se muestra el compromiso a seguir el camino, aprendiendo y creando, en un itinerario pastoral que busca la conversión misionera y sinodal. Podemos decir que la ruta está marcada, ahora queda la valentía para enfrentarla, sin olvidar algo que es innegociable: tiene que ser juntos.

Fuente: aica.org

Egresada de la UCC presente en COP26

Desde nuestro país, la presencia de jóvenes activistas, referentes y participantes en Glasgow fue el reflejo de una juventud que reclama acción climática ahora. Este es el caso de María Virginia Solis Wahnish, emprendedora social egresada de la Universidad Católica de Córdoba, que formó parte de la COP26, como observadora desde el Programa de Observadores Cristianos del Clima y la delegación de Ecojesuit. Desde este lugar, Virginia remarca que, “como líderes, es muy importante estar dispuestos a tender puentes, dejar de lado lo que cada uno cree que es lo mejor y generar espacios de diálogo, que permitan escuchar al otro en sus necesidades”.

La emprendedora social, que participa de diferentes espacios como “The Economy of Francesco” o “Laudato si Action Platform”, fue seleccionada para participar de la Escuela de Formación Política Fratelli Tutti, el acontecimiento pedagógico global que busca forjar una comunidad de jóvenes unidos en su vocación de transformar el mundo.

“Desde hace tiempo había sentido el llamado de poner la profesión al servicio para crear cambios y transiciones que pongan a la persona y el planeta en el centro” menciona Virginia y añade “soy emprendedora y trabajo con el sector empresarial hace tiempo y venía sintiendo la necesidad de tender puentes entre los diferentes sectores, usando la economía como vehículo, para realmente generar un impacto”.

Efectivamente, Solis habla desde su experiencia en el sector empresario, pues es la fundadora y CEO de Matera, un emprendimiento que busca colaborar directamente con los productores de pequeña y mediana escala de yerba mate en el país, creando nuevas oportunidades de mercado.

Fuente: Infobae.com

Leer la nota completa: bit.ly/3cDminb

 

 

COP26: Optimismo, cautela y esperanza

Por Victor Reyes, Coordinador de Comunicaciones de Canadian Jesuits International

El legado de la COP26 está aún por determinar, pero los principales medios de comunicación ya han supeditado su éxito al resultado de las negociaciones entre los gobiernos de los países que más gases de efecto invernadero emiten. Si de esto se tratara la COP26, estaría totalmente de acuerdo con la evaluación de Greta Thunberg de que todo el asunto es «un fracaso y una campaña de relaciones públicas de lavado verde». Al fin y al cabo, hay otras 25 COP que lo atestiguan.

Sin embargo, la COP26 tiene otra cara. Hay esfuerzos globales, el principal de los cuales es la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), el tratado intergubernamental que estableció el marco para abordar el cambio climático y reunió conferencias y presentaciones para compartir conocimientos e ideas sobre cómo resolver la crisis climática. Están las personas de todo el mundo, muchas de ellas jóvenes, que salieron a las calles de Glasgow para mostrar su enfado y descontento con sus gobiernos por la mala gestión de esta crisis.

En esta otra parte de la COP26, soy más optimista. En esta COP26 no escuchamos los tópicos vacíos de los líderes mundiales; estamos escuchando las voces de personas y comunidades que están sintiendo los impactos directos del cambio climático y que ofrecen soluciones viables a un problema global desde una perspectiva local. También estamos escuchando las palabras de advertencia de las comunidades marginadas que se ven afectadas no sólo por el cambio climático, sino por las soluciones propuestas que provienen del Norte Global.

Escuché un evento público de la COP26 que se centró en cómo el cambio climático está afectando a la región del Ártico. Hace años que sabemos que el Ártico se está calentando más rápido que otras partes del mundo. Los sami, los pueblos indígenas que viven en Finlandia y en los territorios vecinos, lo han sabido incluso antes de que la ciencia occidental lo confirmara. Ahora, utilizando tanto el conocimiento indígena como la ciencia, los sámi son capaces de documentar y desarrollar estrategias para mitigar y adaptarse al cambio climático mientras practican su modo de vida tradicional.

Tuomas Aslak Jusso, Presidente del Parlamento Sami de Finlandia, habló de la cría de renos y de cómo ésta les permitía mantener sus comunidades y su modo de vida, además de preservar su cultura.

Mencionó los peligros que supone la llegada de empresas mineras procedentes de Noruega, que quieren acceder a los minerales de sus tierras para utilizarlos en tecnología ecológica. El Sr. Jusso dijo que, como sus comunidades son prósperas, pueden ejercer el consentimiento libre, previo e informado y decir «no». Teme que, a medida que se acelere el cambio climático, llegue un momento en que decir «no» ya no sea una opción.

Permitir que estas empresas mineras operen en sus tierras equivale a destruir su modo de vida y matar su cultura. Es colonialismo verde, la explotación de un pueblo vulnerable y de su tierra sólo para satisfacer las necesidades del Norte Global de pasar de los combustibles fósiles a la tecnología verde.

El colonialismo verde no es nuevo ni es exclusivo de los sami. Los compañeros jesuitas de Canadian Jesuits International han visto que esto ocurre en la República Democrática del Congo. También está ocurriendo en otras partes del mundo: en Indonesia, Chile y en otros países del Sur Global. Está ocurriendo en comunidades donde existen desequilibrios de poder entre ellas y los gobiernos y las empresas multinacionales.

Si bien es necesario realizar la transición de los combustibles fósiles a las energías renovables, ésta no debe producirse a expensas del modo de vida de un pueblo y de la violación de sus derechos humanos, ya sea en el Sur Global o en el Norte Global. Es nuestra responsabilidad garantizar que las soluciones que proponemos para hacer frente a la crisis climática no creen problemas adicionales para otros. El cambio climático es una cuestión de justicia social y debe verse a través de la lente de la igualdad, el respeto y la dignidad para todos.

El éxito de la COP26 no se medirá por los acuerdos y objetivos que los líderes mundiales consigan. Su éxito dependerá de cómo cambie nuestra relación con los demás: cómo abordemos los desequilibrios de poder entre el Norte y el Sur Global; cómo utilicemos la sabiduría y los conocimientos que comparten con nosotros los pueblos indígenas; cómo aprovechemos el poder de los jóvenes.

El cambio no vendrá de arriba abajo, sino que empezará desde las bases. La COP26 nos ha empoderado y nos da la esperanza de que aún no es demasiado tarde para salvar nuestro planeta y a nosotros mismos.

Fuente: jesuits.global/es

Inicia la Tercera Probación en Honduras

Del 18 al 21 de octubre, un grupo de 12 jesuitas latinoamericanos comenzaron la Tercera Probación, se trata de la etapa de formación previa a sus Últimos Votos e incorporación definitivamente a la Compañía de Jesús. Desde Honduras, Rafael Stratta SJ, comparte su testimonio sobre la experiencia.

Por Rafael Stratta SJ

Hacia fines del mes de octubre, comenzamos la experiencia de Tercera Probación un grupo de 12 jesuitas en la ciudad de El Progreso (Honduras). Esta experiencia es la última etapa de la formación de un jesuita, luego de varios años de caminar en compañía con otros en el seguimiento de Jesús al modo de San Ignacio y sus compañeros. Fue el mismo Ignacio el que nombra a esta etapa como la “escuela del afecto”: un tiempo donde volver a beber de las raíces de la experiencia de Dios en la propia historia y dejarse afectar en lo más hondo, en el corazón, que es el centro del afecto. A lo largo de los años podemos aprender muchas cosas, estudiar, conocer, pero San Ignacio tenía claro que la conversión del corazón necesita de tiempos y trabajos especiales para que cada vez esté más orientada hacia Jesús. A esto hemos venido aquí.

La comunidad de Tercera Probación se conformó con jesuitas de diferentes partes de Latinoamérica, con trabajos muy diversos, y contamos con el acompañamiento del P. Jesús Sariego SJ (que pasó unos años por Argentina) y su comunidad. De la Provincia ARU compartimos este tiempo Rubén Strina SJ, Marcos Muiño SJ y quien les escribe. En esta primera etapa, previa al Mes de Ejercicios Espirituales, nos tomamos el tiempo para conocernos, compartir e ir entretejiendo los vínculos con esta nueva comunidad. Este entretejido lo vamos haciendo mientras compartimos talleres, estudio, oración y algunos paseos por los alrededores.

Más puntualmente dedicamos un primer tiempo para hacer composición de lugar y poder conocer más sobre la realidad de Honduras y Centroamérica. Este país está marcado por un mestizaje de culturas muy amplio (mayas, garífunas, españoles, etc.) y por una historia de desigualdad muy fuerte. Como en sus países vecinos, se impone el desafío de la corrupción, la violencia y narcotráfico (las maras), y la pobreza. Sin embargo, las personas no pierden su amabilidad y el sentido del trabajo comunitario, como lo hemos visto en las comunidades eclesiales de la parroquia. Para este taller nos acompañó el P. Ismael Moreno SJ, hondureño y director hace varios años de la Radio Progreso y el ERIC, un centro de reflexión y acción social, con fuerte influjo político en el país.

Luego dedicamos un segundo momento para ir aprendiendo una vez más a reconocer la presencia de Dios, a pedirla y a cuidarla, a través de un taller de oración, acompañados por el P. Valentín Menéndez SJ, que dirige el centro de espiritualidad que tenemos aquí. Fue un tiempo para volver a las fuentes de la oración y reencontrarse con lo fundamental de esta espiritualidad que nos legó Ignacio.

Finalmente, dedicamos un tercer tiempo para traer la historia, la de Ignacio y la nuestra. Para ello, con la ayuda del P. Fidel Sancho SJ (socio de la Provincia Centroamericana), nos sumergimos una vez más en la lectura y el estudio del relato del Peregrino: la Autobiografía de San Ignacio. Al mismo tiempo, cada uno fue escribiendo el relato de la propia biografía, en clave orante y a la luz de lo que nos iba inspirando la figura de nuestro compañero Ignacio. Durante estos días hemos dedicado tiempo de calidad para la escucha comunitaria de la vida de cada uno, recogiendo las claves que nos ayudarán en el próximo Mes de Ejercicios Espirituales. Reconociendo la “tierra sagrada” de las biografías personales fuimos también reconociéndonos en camino como compañeros de Jesús.

Toca ahora el tiempo de la oración y el coloquio con el Amigo, en este Mes de Ejercicios Espirituales. Será un tiempo privilegiado para volver a lo esencial, al encuentro con Dios, un encuentro que siempre es transformador, desde el fondo, desde los deseos y afectos. Y un encuentro que, a su vez, siempre es misionero: volver a elegir, confirmar una vez más la elección por el seguimiento de Jesús que nos llama a estar con él. Nos encomendamos a sus oraciones y los rezamos también desde acá.

La Iglesia de San Ignacio inauguró un túnel subterráneo del s. XVIII

El jueves 11 de noviembre a las 19hs, el sacerdote Francisco Baigorria, párroco de la Iglesia San Ignacio (Bolívar y Alsina), celebró una misa de acción de gracias por la “puesta en valor, refuncionamiento y reapertura” del antiguo claustro del Colegio Grande de San Ignacio, luego Real Colegio de San Carlos y la traza de túneles jesuíticos que atraviesan subterráneamente el templo más antiguo de la Ciudad de Buenos Aires. La inauguración de las obras, coincide con la celebración de los 360 años de la instalación de la Compañía de Jesús en la emblemática Manzana, conocida hoy como de Las Luces.

La historia

Ana María Di Consoli, coordinadora y gestora del acto inaugural y visitas guiadas del Proyecto San Ignacio, junto con Soledad Saubidet, precisó que “el colegio de los padres jesuitas comenzó a funcionar en 1617, en la antigua sede que ellos tenían cuando llegaron a Buenos Aires en 1608, en la zona de la Plaza”.

Los padres jesuitas inauguraron una escuela de primeras letras y otra de segunda enseñanza (colegio secundario), “muy precariamente en la zona de la Plaza”.

“En 1661 se mudan progresivamente y se instalan en la emblemática manzana (de este hecho se cumplen 360 años) tras recibir la donación de los terrenos por parte de la señora Isabel de Carbajal y la orden de traslado del gobernador Bucarelli”.

En la manzana los jesuitas levantan la Iglesia de San Ignacio, el viejo colegio y la procuraduría o administración de las misiones y el resto eran huertos, “donde se van a cocinar los ladrillos y tejas necesarias para la construcción del templo”, indicó Di Consoli.

“La primera iglesia es de 1675; de la cual se conserva la fachada, junto con la torre sur de 1680. Se calcula que para 1712 la iglesia definitiva estaba terminada, por lo menos en su aspecto estructural más importante y se cree que la obra finalizó para la consagración del templo en 1734. La torre norte, la que tiene el reloj, data de 1850 y no es jesuítica″, explica la guía de turismo.

“El jesuita alemán Juan Krauss, dice Di Consoli, proyectó la iglesia y el colegio de San Ignacio. Al fallecer en 1714, se paraliza la obra durante varios años, hasta que llegan a Buenos Aires los arquitectos jesuitas Andrés Bianchi, Juan Bautista Prímoli y Juan Wolf”, que definitivamente la terminan.

Lo que se va a inaugurar el jueves 11 es el claustro del viejo Colegio Grande de San Ignacio -grande por lo de secundario-. No era colegio “Máximo” porque no otorgaba doctorados, como sí lo hacía el de Córdoba. En cambio este de Buenos Aires otorgaba licenciaturas.

La puesta en valor del claustro del colegio jesuítico, que tras la expulsión de la Compañía pasa a ser regenteado por la corona española, tiene un bagaje histórico y sociocultural importantísimo y estuvo a cargo del arquitecto Alberto Boselli.

“En estos claustros se educaron y formaron los padres de nuestra Patria, nuestros próceres y grandes personalidades que inauguraron e iniciaron nuestra Nación”, subrayó el padre Baigorria y advierte que “haber recuperado este pequeño patrimonio es muy significativo”, ya que al construirse el Colegio Nacional de Buenos Aires, entre 1911 y 1938, se demuele el antiguo Colegio Real de San Carlos.

“Lo que se hizo –acotó la historiadora- fue recobrar la “espacialidad” como lo llaman los arquitectos, del claustro norte. Con la anuencia de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos y con el apoyo del estudio de estructura del ingeniero Jorge Fontán Balestra -que trabajó ad honorem- se quitó todo ese agregado de los años 40, para que ese lugar que fue patio volviera a serlo y recuperar el espacio como había sido pensado”.

Un túnel subterráneo de principios del siglo XVIII

La puesta en valor de la iglesia de San Ignacio de Loyola comenzó con un plan maestro que, en 2007, el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, actual papa Francisco, encargó al padre Francisco Baigorria la misión «de poner en valor el templo y encarar un proyecto de resignificación histórica y cultural».

Además del claustro del viejo colegio, el párroco contó que otro espacio que “se recuperó y refuncionalizó es el tramo más importante y significativo que queda de aquella traza original que unía maravillosamente los edificios más sólidos y seguros de Buenos Aires en tiempos coloniales. Se trata de los pasajes subterráneos, construidos por estrategia y táctica militar ante posibles invasiones que existieron o pudieron haber existido en tiempos del Virreinato de una corona debilitada en Europa y un constante miedo y amenaza de ser invadidos y tomados por otra corona reinante”, explicó.

“Actualmente este túnel debe tener unos 40 metros caminables y dos chicotes laterales, uno de cuatro o cinco metros y otro pequeño. Son los únicos que la gente podrá recorrer en Buenos Aires. Se usaban para defensa de la ciudad”, añade Di Consoli.

“Vamos a recorrer ese túnel que va paralelo a la calle Bolívar; arranca en el claustro del colegio y finaliza en el altar de San José, hacia allí se orienta porque se dirige hacia el Cabildo, donde sabemos que hay una parte pero en muy mal estado por lo que no se lo puede visitar”.

“Es un vestigio o elemento contundente de nuestra historia y de nuestros primeros pasos de autodefensa e independencia de la corona borbona, que desde la Independencia hasta la fecha la Iglesia los conservó. Y aunque se conocía de su existencia, no eran accesibles para el público. El único tramo de túneles más importante y significativo que tiene la ciudad es este”, agregó el padre Baigorria.

Las torres de la iglesia

Además del claustro y el túnel, las visitas incluirán un recorrido por la torre sur, construida en 1680, que conserva sus tres campanas originales que aún funcionan -la más antigua data de 1766 y las otras dos de 1858-, a la que se podrá subir para, a través de su escalera original que fue reacondicionada, acceder al mirador.

La recuperación de la torre sur es otro aspecto importante, ya que en tiempos coloniales fue la más alta de la ciudad y funcionaba como un punto estratégico de defensa.

La visita también incluirá a la torre del reloj, construida por el ingeniero Felipe Senillosa a mediados del siglo XIX, donde se encuentra el reloj inglés que pertenecía al Cabildo de Buenos Aires y que también tiene una campana de mediados del siglo XIX.

“Creo que es una obra magnífica que llevó adelante el padre Baigorria, que cumplió sobradamente con el encargo que le hiciera en su momento el actual papa Francisco”, concluyó la historiadora.

Para el sacerdote “lo más contundente es el testimonio del importante y fundante papel que jugó la Iglesia en la construcción y bases de nuestra Nación. No solo en lo educativo sino también en lo político, en la organización de una Nación que daba sus primeros pasos y ponía sus fundamentos en la organización social y cultural. Este papel clave y estratégico en el mandato de instaurarlo todo en Cristo que la sociedad actual desconoce y niega”, aseveró.

El jueves 11 de noviembre, paralelamente al acto inaugural de las obras, el arquitecto Carlos Moreno expuso una muestra de dibujos que estará expuesta durante un par de meses que ilustran los modelos de construcción a lo largo de la historia de la Ciudad.

El costo de la entrada se destinará a la restauración y mantenimiento del templo. Se puede reservar lugar o escribir previamente a visitasguiadas@sanignaciodeloyola.org.ar

También se organizan visitas guiadas a colegios e instituciones que pueden solicitar información a la misma dirección de email.

Fuente: aica.org

Fotos: Gerardo Viercovich – La Nación

Publicación: «Los jesuitas. De Pedro Arrupe a Arturo Sosa»

El P. Román Espadas SJ, de la Provincia jesuita de Antillas, realiza una reflexión histórica del proceso de renovación y actualización de la Compañía de Jesús a lo largo de sus últimos cuatro Superiores Generales. Este texto ya ha sido publicado, por capítulos, en Religión Digital. En esta ocasión, anexamos el texto íntegro en PDF, para su mejor lectura y consulta gracias al consentimiento del autor.

Los jesuitas. De Pedro Arrupe a Arturo Sosa

  1. Un vasco nos fundó y otro nos renovó: La era Arrupe (1965-1983)
  2. El interregno papal: Paolo Dezza y Giuseppe Pitau (1981-1983)
  3. La estabilidad nórdica: Los 25 años de Peter-Hans Kolvenbach (1983-2008)
  4. Ver profundo y mirar lejos: Los años de Adolfo Nicolás (2008-2016)
  5. Las Preferencias Apostólicas: el actual Arturo Sosa (2016-)

A lo largo de estos cinco pequeños capítulos intentamos entender, valorar y asimilar, histórica e ignacianamente, el difícil, sistemático, coherente, aunque, con errores, retrocesos y conflictos, internos y externos, y, sobre todo, complejo y diversificado, proceso de renovación y actualización de su vivir, convivir y obrar apostólico, llevado a cabo por los jesuitas, a partir del Concilio Vaticano II (1962-65) hasta el día de hoy.

En este cuidadoso proceso de renovación y actualización, las pautas a tener en cuenta y las rutas a seguir han sido propuestas por seis Congregaciones Generales (la 31 a la 36, realizadas entre 1965 y 2016, con unos diez años de separación, entre una y la otra), máximo órgano de gobierno en la Compañía de Jesús y representativo de todos sus miembros.

Cuatro Superiores Generales (Pedro Arrupe, Peter-Hans Kolvenbach, Adolfo Nicolás y hoy Arturo Sosa) han ido concretizando y orientando las pautas, las rutas y el ritmo emanados desde esas seis Congregaciones Generales.

La ejecución de cada pauta y el caminar juntos en su puesta en práctica, se ha ido llevando a efecto por cada comunidad, por cada obra apostólica y por cada jesuita particular.

Este recuento histórico nos ayudará a profundizar en el contenido esperanzador del Año Ignaciano que estamos celebrando: “Ver todas las cosas nuevas en Cristo” que “hace nuevas todas las cosas”.

El hilo conductor y el intento de visión de conjunto vienen dados por el subtítulo Un hoy nuevo con mucho ayer ignaciano.

“El hoy nuevo” post-Vaticano II de los jesuitas, renovado y actualizado, se relaciona y se nutre, esperanzada y esperanzadoramente, con “el ayer ignaciano”, siempre nuevo y actual para los jesuitas.

Descargar PDF: «Los jesuitas. De Pedro Arrupe a Arturo Sosa»

Comunicado de la 42ª Asamblea de la CPAL

Entre el 2 y el 5 de noviembre se realizó la 42ª Asamblea de la CPAL en la cual participaron los superiores mayores de América latina y el Caribe, los superiores regionales o de sección (Amazonia, Haití, Cuba, Jamaica – Guyana), los asistentes del P. General, y los miembros del equipo central de la CPAL.

Nuestras deliberaciones estuvieron enmarcadas en la semana de celebración de todos los santos -vivos y difuntos- de la Iglesia y de la Compañía. La difícil situación y los retos apostólicos de nuestros compañeros en Haití, así como la participación de los superiores de los superiores de Cuba, Jamaica-Guayana y la Amazonia brasilera, fueron un importante aliciente para nuestra reflexión sobre los desafíos apostólicos de la conferencia. Comenzar cada uno de nuestros días de trabajo con un momento largo y bien preparado de oración común nos ayudó en el servicio de descubrir y acompañar “lo que el Espíritu” quiere de nuestro Cuerpo Apostólico.

Tres asuntos principales ocuparon a la Asamblea durante esos cuatro días intensos. En primer lugar, el estudio y enriquecimiento de la propuesta de desarrollo del PAC por parte del equipo central de la CPAL. A los programas presentados por el presidente de la CPAL los provinciales hicieron comentarios, correcciones, sugerencias, observaciones. Ahora será tiempo de corregir y enriquecer “la hoja de ruta” que ha de guiar el trabajo de la CPAL durante los próximos 6 años. Esperamos tener ese trabajo culminado en los primeros meses del año 2022.

Buena parte de la energía y del tiempo de la asamblea se dedicó, en un segundo momento, a introducir un proceso de discernimiento sobre la reconfiguración de provincias en la CPAL. Hace algunos días el P. General nos dirigió una extensa carta proponiendo una serie de cuestiones para la consideración de la Conferencia, y preguntas concretas para ayudarle en su propio discernimiento. Nos dimos, pues, en estos días pasados, tiempo para rezar, para compartir en grupos en conversaciones espirituales, y para poner en común nuestras luces, interrogaciones, desafíos, etc. La necesidad de repensar la manera como se gobiernan las provincias delante de la cambiante situación actual -tanto ad intra de la Compañía como en la realidad en que vivimos- seguirá siendo un asunto para trabajar intensamente en los próximos meses. El P. General había planeado estar con nosotros, pero el deceso de su mamá no se lo permitió. En ese momento nos acompañó, entonces, el P. Douglas Marcouller.

El tercer bloque de asuntos al cual nos dedicamos tuvo que ver con cuestiones varias: el papel y funciones de los delegados o asistentes de espiritualidad en las provincias, la presentación del texto final de la “Investigación Estudio sobre las Juventudes en el Caribe” (que será divulgado en los próximos días), la aprobación del documento “Modo de proceder en nuestro trabajo con Migrantes” del JRS/LAC y la RJM/LAC, la aprobación de un “Protocolo de Emergencias” para todas las provincias de la CPAL fueron parte del menú, entre otras decisiones y deliberaciones.

Una novedad en el desarrollo de la Asamblea fue introducida al utilizar pequeños videos (de 3 minutos cada uno) en los cuales los coordinadores de las redes informaron a la Asamblea de los hechos y desafíos de los trabajos que acompañan. A todos ellos el agradecimiento de la Asamblea por el esfuerzo y trabajo realizado en-red-dados.

Terminamos el viernes antes de mediodía agradeciendo a Dios la oportunidad que nos dio de reunirnos por medio de la virtualidad y por la participación de todas las provincias y regiones a través de sus superiores. Esperamos poder tener nuestra reunión presencial en junio de 2022, probablemente en México.

A todos y todas: nuestro abrazo fraterno.

Miembros de la Asamblea de la CPAL

Nombramiento del P. Ángel Rossi SJ como Arzobispo de Córdoba

El pasado fin de semana el P. Ángel Rossi SJ fue nombrado Arzobispo de Córdoba por el Papa Francisco. De esta manera, será el sucesor de monseñor Carlos José Ñáñez, luego de 23 años de gobierno en la arquidiócesis de Córdoba.

Sobre Ángel Rossi SJ

Ángel nació en Córdoba, Argentina, el 11 de agosto de 1958. En 1976 entró en el noviciado de la entonces Provincia Argentina de la Compañía de Jesús. Después de los estudios de Filosofía y Teología, realizados en parte en Ecuador, el 12 de diciembre de 1986, recibió la ordenación sacerdotal. Es licenciado en Teología Espiritual en la Pontificia Universidad Gregoriana (Roma) con una tesis sobre El discernimiento espiritual en San Ignacio.

Desde 1990 hasta 1992 se desempeñó como Rector de la iglesia de El Salvador, en Buenos Aires, y durante ese período abrió el Hogar San José, destinado a las personas que viven en situación de calle.

En 1992 creó la Fundación Manos Abiertas, que actualmente brinda ayuda a las personas más pobres y vulnerables en diferentes centros de asistencia social, ubicados en diez ciudades de la Argentina.

Desde 1992 hasta 1995 fue Maestro de los novicios de la Compañía de Jesús y desde 2013 hasta 2019 fue Superior de la comunidad de la Residencia Mayor en Córdoba.

Publicó diversos libros y ensayos de carácter espiritual y pastoral, como autor o coautor.

Ofreció numerosos ejercicios espirituales ignacianos a grupos de sacerdotes, religiosos y laicos. Hasta el momento de su nombramiento se desempeñaba como Consejero de la Provincia Argentino-Uruguaya de la Compañía de Jesús, con sede en la Residencia Mayor de la Compañía en Córdoba, y como Coordinador del Equipo Misionero Itinerante y Asistente espiritual de la Fundación Manos Abiertas.

Rezamos por el ‘P. Bayín ‘, su consagración y nueva misión encomendada por el Sumo Pontífice.