No le Reces a Dios

Cuanto más nos empeñamos en encerrar a Dios en nuestros pareceres más nos alejamos de Él.

Por Javier Rojas

No le reces al dios que tienes en tu mente. La mayoría de nosotros tenemos tendencia a construir en nuestra mente un dios conforme a nuestras necesidades y carencias. Adoramos a ese dios mental y le asignamos unos “poderes” increíbles conforme al grado de dificultad que tenemos. Pareciera que nos interesa más tener un dios controlado, y sujeto a nuestras necesidades antes que rezar de verdad «hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo». Cuanto más nos empeñamos en encerrar a Dios en nuestros pareceres más nos alejamos de Él. No sé si conoces esta oración, pero es simplemente maravillosa. Si te gusta ¡compártela! Tal vez sean muchos los que desean encontrarse de verdad con el Dios verdadero.

No le reces a Dios mirando al cielo

¡mira hacia adentro!

No busques a Dios lejos de ti,

sino en ti mismo…

No le pidas a Dios lo que te falta:

¡busca tú mismo!

Y Dios lo buscará contigo,

porque ya te lo dio como promesa

y como meta

para que tú lo alcances.

No reproches a Dios por tu desgracia:

¡súfrela con él! Y sufrirá contigo

y, si hay dos para un dolor,

se sufre menos…

No le exijas a Dios que te gobierne

a golpe de milagros, desde afuera:

¡Gobiérnate tú mismo!

con responsable libertad, amando,

y Dios te estará guiando

¡desde dentro y sin que sepas cómo!

No le pidas a Dios que te responda

cuando le hablas:

¡respóndele tú

porque él te habló primero!

Y si quieres seguir oyendo lo que te falta,

escucha lo que ya te dijo.

No le pidas a Dios que te libere

desconociendo la libertad

que ya te dio.

¡Anímate a vivir tu libertad

y sabrás que sólo fue posible

porque tu Dios te quiere libre!

No le pidas a Dios que te ame

mientras tengas miedo de amar

y de saberte amado.

¡Ámalo tú y sabrás

que si hay calor es porque hubo fuego,

y que si tú puedes amar es porque él te amó primero.

San Agustín

 

Usted es un Invitado en Nuestra Casa Común, Compórtese

Son rostros de personas concretas quienes ya están sufriendo las consecuencias de nuestro estilo de vida voraz e insaciable, secando las entrañas de nuestra Madre Tierra.

Por Raquel Lara

Ya no es una especulación, ni un secreto, ni una exageración de los más dramáticos, es una realidad palpable, estamos inmersos en una auténtica crisis ecológica. El cambio climático que sufrimos, anunciado hace años por científicos y ecologistas, nos debería hacer caer en la cuenta de que la situación del planeta cada vez es más alarmante, que requiere una acción urgente y responsable por parte de cada uno de nosotros.

Siendo honestos, debemos de reconocer que esta crisis ecológica global ha sido creada por nuestros hábitos depredadores y estilo de vida consumista. El deterioro del planeta tiene sus causas en el sistema productivo y económico que estamos fomentando, en el cual el dinero, la rentabilidad y el beneficio están por encima de la dignidad de la persona y del respeto y el equilibrio con los demás seres con los que compartimos la Madre Tierra.

‘Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sometanla’. (Génesis 1, 28). Pero, ¿qué hemos entendido de este mandato? Esas palabras no se refieren a que dominemos y oprimamos a la Madre Tierra como estamos haciendo de manera incansable e irresponsable, sino que es una llamada a la “corresponsabilidad” con el Creador y con el resto de los seres que habitamos el planeta, poniendo en el centro de toda actividad la dignidad de la persona y el respeto y el cuidado de todos los seres, en la búsqueda del bien común.

“Podríamos convertir la Tierra en un desierto”

Muchos venían reflexionando y anunciando cómo el respeto a la naturaleza debe formar parte de nuestro compromiso con el ser humano y así lo explicita también en la encíclica ‘Laudato si’’ del papa Francisco, invitándonos a pensar cuál debe ser nuestra relación con la naturaleza.

Francisco ha insistido a los gobiernos de todo el mundo, en la conferencia internacional celebrada en Roma con motivo del tercer aniversario de la encíclica, a cumplir sus compromisos para frenar el cambio climático, pues de continuar “el creciente consumismo” podemos “convertir la Tierra en un desierto, una enorme pila de escombros y basura”, por lo que es urgente una “acción coordinada e integral”.

No cabe duda de que somos las clases trabajadoras quienes más sufrimos los efectos del cambio climático, como bien anunciaba Yayo Herero, una de las principales activistas del ecologismo español y europeo en una entrevista este febrero pasado, (reafirmándose de esta manera la existencia de un sesgo de clase en el cambio climático). Son rostros de personas concretas quienes ya están sufriendo las consecuencias de nuestro estilo de vida voraz e insaciable, secando las entrañas de nuestra Madre Tierra (como por ejemplo en la Amazonía, la explotación de recursos como el agua o los océanos, contaminación, desplazamientos forzados de población indígena…).

“El lugar que pisas es tierra sagrada”

Y son muchas las personas a las que empobrecemos cada día más con la globalización de la ideología neoliberal y la implantación de nuestro estilo de vida consumista. Es el sistema capitalista el que alimenta y sostiene las causas que están provocando un desequilibrio medioambiental que ya es irreversible. Por todo ello es urgente establecer de inmediato medidas alternativas que protejan la vida y generen unas condiciones dignas para todas las personas sin excepciones.

‘Entonces Dios le dijo: “Quítate las sandalias de los pies, porque el lugar que pisas es tierra sagrada’ (Éxodo 3-5.). Nuestra fe debe permitirnos ver a todos los seres vivos y el mundo desde los ojos que lo mira Dios y sabernos co-creadores debería generar en nosotros una responsabilidad y un dinamismo que nos lleve a modificar nuestros hábitos y nuestro estilo de vida en la búsqueda del respeto, el equilibrio y los cuidados de la naturaleza, a reconocernos dependientes e interconectados unos con otros en una perfecta relación holística, en la que “el simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo”. Pero, sobre todo, nos invita a proponer formas alternativas de reorganización económica y política de modo que permitan recomponer los lazos rotos entre las personas y la naturaleza.

Fuente: Vida Nueva Digital

Creciendo en Trabajar Juntos: Escuela de formación en Identidad Ignaciana

Desde 2017 se lleva adelante en Argentina y Uruguay la “Escuela de formación en identidad ignaciana”. Son tres los ejes sobre los cuales se proyecta el curso: espiritualidad, crecimiento personal y compromiso apostólico. La propuesta consta de dos reuniones al mes para tratar dos o tres documentos: una entre todos los participantes en los respectivos centros y conectados con los otros mediante videollamada y otra en grupos más pequeños para discutir los documentos de manera más personal. Está destinado para instituciones vinculadas a la Compañía de Jesús (parroquias, centros de espiritualidad, colegios, universidades, centros de formación, movimientos, voluntariados y grupos misiones) y también para instituciones que no estén vinculadas de manera directa y para el público en general.

Compartimos la experiencia de Graciela Reyes, que realiza la propuesta en la ciudad de Córdoba, en la Parroquia Sagrada Familia.

Ignacio, un santo de procesos

Para comenzar, hay que saber que San Ignacio fue un hombre que pasó por un proceso de conversión, crecimiento, en la vida y en la vida de fe. Y por eso nos dejó sus “pasos”, en esos cambios de su vida, en forma de ejercicios espirituales.

Todos pasamos por “etapas” en nuestra historia que nos hacen crecer, madurar; y en este caso, en la Escuela de Identidad ignaciana; podemos “ver”, “sentir”, “observar”, discernir” nuestras etapas y con ello lo que Dios nos está proponiendo hoy a cada uno de los que hemos sido invitados generosamente a formar parte de esta Escuela, a la luz de las experiencias de San Ignacio.

Él lo vivió hace varios siglos, escritos como sin tiempo en la historia. Pero fue tan importante que hoy nos ayuda a nosotros varios siglos después.

 Ignacio, un santo de la propia vida

Lo aprendido, leído y compartido el primer año fue para conocernos en nuestro interior, en nuestras pequeñas familias. Cómo Cristo vivió, y por eso cómo Dios quiere que vivamos nosotros hoy.

Personalmente me ayudó muchísimo para “recordar” algunas cosas olvidadas y aprender otras que nos ayudan a ser más buenos, más comprensivos, más compañeros, y en todo esto poder escuchar más y mejor a Dios, desde “mi historia”, mi casa, mi familia, mi pequeño entorno. Y luego trasladarlo a las otras comunidades de las que uno forma parte, la familia más grande, los grupos de amigos, el trabajo, la parroquia, etc.

Así podemos reaprender, volver a involucrarnos, recordar que la invitación de Jesús es siempre estar atentos, poder ver, preocuparnos y ocuparnos “del otro”, del que necesita algo, del pobre, del que está solo, del que sufre, de los que padecen adicciones, de aquel que sufre injusticias.

Que lo sepamos ver, que lo defendamos. Pero también que nosotros no cometamos alguna injusticia con nuestros “otros”. Para que seamos justos.

Y por lo tanto logremos ser siempres misericordiosos, acompañantes, buenos, como Dios lo es con nosotros.

 

La Batalla por la Libertad

La verdadera libertad está aún adelante. Se va conquistando a lo largo de la vida.

Por José María Rodriguez Olaizola, sj

Hay quien piensa que eres más libre de joven, cuando tienes menos preocupaciones, menos responsabilidades. Cuando aún disfrutas del equilibrio entre el niño que ya no lo es, y va ganando autonomía, y el adulto que aún no ha llegado, por lo que te puedes refugiar en que aún estás decidiendo, eligiendo, creciendo y formándote.

Después empiezan a llegar las decisiones concretas. Los compromisos, que a veces tocará vivir como alianza y otras veces como atadura. El tiempo empieza a estrecharse, y los años, que antes te parecían eternos, vuelan. Quizás en ese momento pasas por un tiempo en el que añoras, y hasta envidias, cuando la ves en otros, esa otra libertad liviana y despreocupada.

Pero la verdadera libertad está aún adelante. Se va conquistando a lo largo de la vida. Es ir aceptando y venciendo en las luchas que toca afrontar: con Dios, contigo mismo, con los otros. Es aprender a bailar con las limitaciones (propias y ajenas), sin drama ni indiferencia. Es ir despojando de capas innecesarias la vida. Aprendiendo a ver la belleza sin quedar cegado por brillos efímeros. Es valorar lo que tienes, con la perspectiva de un mundo donde tantas necesidades hay. Y aprender a compartirlo. Es encontrar tu misión. Y volcarte en ella. Quizás, hasta la última hora, nunca seremos enteramente libres. Pero estamos en camino.

Fuente: Pastoral SJ

 

Hablemos de Blockchain

Todos hemos escuchado la palabra Blockchain y hasta la incorporamos en nuestras conversaciones, ¿pero sabemos realmente de qué estamos hablando? Esta misma inquietud tuvo una profesora y un grupo de alumnos de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica de Córdoba (UCC). Virginia Santos y estudiantes de 3° y 4° año decidieron organizar el CriptoForo UCC, un espacio para intercambiar opiniones y debatir sobre nuevas tendencias de Blockchain. Para ello, hubo que ponerse a investigar y a estudiar.

Estudiar sobre Blockchain

La tecnología Blockchain no apunta solamente a los informáticos, son ellos quienes lo llevan adelante en la construcción pero es aplicable a muchas profesiones y lo que busca o genera es transparencia, seguridad en las transacciones de cualquier ámbito. Se trata de una amplia y poderosa herramienta. Así lo resume Virginia cuando le preguntamos sobre la importancia de su estudio. De hecho, lo primero que nos propuso fue contactarnos con Marcos, un alumno de 4° año de la carrera de Sistemas que no hace mucho comenzó por interesarse en esta tecnología, a leer y estudiar y hoy se presenta como un aficionado de este tema.

“Se trata de una base de datos distribuida, almacenada de forma dispersa en diferentes entidades. Consiste en un libro contable público en el que las transacciones son registradas y almacenadas en bloques asegurados, utilizando criptografía que es lo que le da autenticidad y legitimidad a la información que se encuentra almacenada. Por eso, una vez que es cifrado y registrado el bloque no se puede alterar. Es lo que le da la seguridad al usuario”, explica Marcos cuando le consultamos qué era Blockchain.

Si bien él ya venía estudiando sobre criptomoneda, su motivación fue inspirada por un amigo y coincidió con la propuesta de su profesora para investigar sobre ese tema. “Lo primero que hice fue buscar bibliografía legítima. Me compré varios libros para leer más sobre este panorama que, en un principio, fue abstracto. También a investigar implementaciones en la vida real. Pude descubrir qué era la tecnología en sí y sacar más ganas para estudiarla porque es algo que va surgiendo día a día y no hay que quedarse atrás. Surgen implementaciones nuevas y mejoras y lo que nos toca a nosotros es estudiarlas y sacar nuevas aplicaciones”.

Según Marcos, la tendencia hoy es la necesidad de seguridad en nuestras operaciones y nuestros datos, verificar que sea legítima y tener un registro. Blockchain viene a brindarnos esto. Tendemos a modernizarnos y digitalizarnos y surgen las criptodivisas y criptomonedas y vienen respaldadas porque ofrece seguridad. Pero no se limita solo a esto porque también sostiene que se puede aplicar a sistemas de votaciones, en medicina, registro de alimentos, en muchas aplicaciones en donde la seguridad y el registro de datos son importantes y deben ser legítimos.

Lo que más motiva a Marcos es poder brindar servicios al mundo que ayuden a la vida cotidiana, sea seguridad o lo que propone Blockchain y está pensando en tener en cuenta este tema para su tesis. “Toda la vida me gustó la tecnología. Me encantaría poder realizar un trabajo final con esta tecnología novedosa, sería una aplicación nueva o innovadora”, concluye.

Se habla mucho pero se entiende poco

La iniciativa del Foro surgió a raíz de una propuesta de Virginia para aprender un poco más de qué va este nuevo concepto. “Les propuse a los alumnos de mis cátedras organizar un encuentro sobre Blockchain, bitcoin, criptomoneda porque se habla mucho pero se entiende poco. Lo que proponemos es juntarnos a escuchar porque este año ha habido mucha movida en nuestra ciudad con respecto a este tema”, explica la profesora que será moderadora en este evento.

CriptoForo UCC propone un intercambio de opiniones. Se trata de un debate con expertos, directivos de empresas, startups y usuarios –entre ellos egresados- que ya están aplicando esta tecnología. Lo que resalta de esta propuesta es que apunta a una forma solidaria para aprender sobre la actualidad de las aplicaciones de esta tecnología a partir de un grupo de profesionales que pueden opinar sobre este tema. Pero que invita también a que se sumen usuarios sin temor a opinar y compartir información y experiencias.

“Lo importante es que estemos en la vanguardia. Debemos estar informados de lo último que hay, tenemos que debatir porque es la única forma que aportemos a cosas novedosas y creativas. Se puede generar en los alumnos un cambio de visión hacia lo nuevo, lo que se viene, pero desde un enfoque profesional. Se trata de un perfeccionamiento superador”, concluye Virginia Santos.

Fuente: UCC

 

¿Es Posible Liberarse del Sufrimiento?

«Sufrimos cuando sentimos que perdemos el control de algo”

Por Javier Rojas SJ

No sabría decir en qué porcentaje, -si se puede expresar así-, pero los sufrimientos que padecemos están más localizados en nuestra mente, más precisamente, en nuestros pensamientos, que en cualquier otro lugar del cuerpo. Antes que nada, es preciso mencionar la diferencia que existe entre el dolor y el sufrimiento porque no son lo mismo. Sentir dolor en alguna medida es saludable porque forma parte de la vida, del crecer, del madurar, está integrado al proceso vital y es uno de los maestros de la vida. El dolor, aunque nos cueste reconocerlo, nos hace descubrir dimensiones de la vida que de otra manera permanecerían ocultas.

Cuando integramos el dolor, estamos afirmando la vida en nosotros, y esta es una experiencia que nos hace crecer y madurar, más allá de lo desagradable que nos pueda resultar. En el sufrimiento, por el contrario, el que padece no es nuestro físico sino nuestro ego. Es fácil darnos cuenta cuando sufre el ego. Por ejemplo, si alguna persona nos da un pisotón o un empujón no nos duele tanto en el cuerpo como nos duele en el ego. Nos enoja el hecho de que no hayan sido cuidadosos, atentos ni respetuosos con nosotros. “¡Cómo no va a tener cuidado! ¿No sabe que estoy pasando yo por aquí?” Cuando el ego nos duele, sufrimos.

El sufrimiento tiene más un carácter mental que físico. Anida en los pensamientos, en la mente, más que en cualquier otro lugar. Sufrimos cuando sentimos que perdemos el control de algo, por ejemplo. Cuando nos dejamos llevar por las cavilaciones sin darnos cuenta de que nos hemos sumergido en una montaña rusa. Cuando no aceptamos lo sucedido, buscamos justificar el error o encontrar una persona a quién responsabilizar. Nos apegamos a los pensamientos creyendo que nos darán algún tipo de solución sin darnos cuenta de que en la mayoría de las veces complican mucho más la situación. ¿Por qué ocurre esto? Porque hemos otorgado a nuestros pensamientos un criterio de verdad incuestionable. Creemos que es verdad todo lo que pensamos. Estamos convencidos de que si «yo lo pensé» es así, y si es así como «yo lo pienso» entonces es verdad, y como es verdad entonces es «real». ¿Cómo es posible salir de esta situación? La meditación es un camino maravilloso para quitar a nuestros pensamientos la autoridad que le hemos otorgado.

En el silencio de la meditación aprendemos a tomar distancia de ellos, a observarlos sin implicarnos en ellos, a despegarnos del ego y a desdramatizar las situaciones que vivimos. El monólogo del ego está lleno de reclamos, reproches, rencores, que son perjudiciales para uno mismo y para los demás. Necesitamos recuperar el gobierno de nuestra vida, dejando que sea la sabiduría que anida en nuestro interior, y no los pensamientos egocéntricos, la fuente que nos nutra en el proceso de crecimiento y madurez. El sufrimiento del ego nos estanca y no nos deja fluir con la vida, con lo que sucede; nos boicotea el proceso de aceptación de lo “es”, por lo que “debería ser”, y esto nos hace sufrir.

 

Ciudades Inteligentes ¿una moda?

El primer paso de una ciudad inteligente es partir de entender bien la necesidad y los problemas a resolver.

Definir el término inteligencia, incluso cuando se alude a personas, es una tarea compleja, imaginemos entonces lo que significa hablar de ciudades inteligentes. Sin embargo, el concepto es muy utilizado.

¿A qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de la inteligencia en una ciudad? La idea más común, es la que nos remite a una metrópoli cibernética, donde la tecnología sorprende; ocupa un lugar importante en nuestra vida diaria; en nuestra interacción con el medio en el cual vivimos, y con las personas.

A veces me preguntan qué ciudades del mundo son las más inteligentes. Esa pregunta denota la idea que la inteligencia se puede ver y palpar a través de objetos o cosas visibles.

Sin embargo, y acá el lector seguro acordará conmigo que a veces la inteligencia destaca más cuanto menos se muestra. Si hablamos de las personas, tal vez se muestra más inteligencia en intervenciones limitadas, pero precisas y acertadas, que en una demostración verborrágica y ostentosa de sabiduría.

Yo creo que la en las ciudades sucede algo parecido. Cuando voy a ferias de tecnología, donde el tema ciudades está siempre presente, veo desarrollos y aplicaciones tecnológicas llamativas, de todo tipo, pero (al menos es lo que me sucede a mi) veo pocas cosas que realmente me sorprendan. Esto generalmente no tiene que ver con que los aparatos no sean realmente sorprendentes, sino en cómo hacer para que esto realmente llegue a la gente como un beneficio, y que las organizaciones, tanto gobiernos como empresas, puedan administrarlos y que no caigan en la obsolescencia o el desuso por falta de aplicación o mantenimiento.

En esta línea de pensamiento es que yo creo que la inteligencia no está en incorporar la última novedad de la tecnología, sino en incorporar la tecnología que realmente necesito para hacer las cosas mejor y en forma más eficiente. Entonces, siguiendo esta línea, la inteligencia no se mide ni se palpa en un objeto, por más novedoso que sea, sino en lo que ese objeto me permite hacer de acuerdo a mi necesidad.

Aplicándolo podemos ver que el primer paso de una ciudad inteligente es partir de entender bien la necesidad y los problemas a resolver. A veces resulta obvio, pero muchas veces, no lo es. Luego de establecer bien la necesidad y el problema, podemos pasar a la solución, que debe ser sustentable, es decir, no solamente para hoy, sino que pueda durar a través del tiempo.

Finalmente, una pequeña complicación adicional: como vivimos en un mundo dinámico (muy dinámico) la solución de ayer, para los problemas de ante ayer, es probable que hoy o mañana no lo sea. Yo creo que el círculo de la inteligencia se cierra acá: en la capacidad de una ciudad de resolver los problemas y necesidades de la gente, en un contexto donde ellas cambian todo el tiempo. Es aquí donde la tecnología hoy nos puede ofrecer una gama enorme de posibilidades para resolver y anticipar la dinámica del cambio con soluciones oportunas y eficientes, tal vez no las más novedosas, pero si las más útiles.

Fuente: UCC

 

Dios pasó por El Salvador

El 14 de octubre será canonizado Monseñor Romero: ¿qué valor tiene este evento para los católicos de hoy?

Por Ignacio Castro SJ

“En la actualidad, para los católicos las canonizaciones ya no son importantes”. Este fue el comentario que me realizó un amigo al contarle que el próximo domingo 14 de octubre el papa Francisco concederá la categoría de santo a Monseñor Óscar Romero. Este acertado comentario cuestionó mi emoción por dicho evento, pues: ¿por qué la canonización de Romero puede ser importante para nosotros hoy?

En la medida en que profundizamos en su vida, es posible descubrir a un sacerdote que aprendió a ser pastor junto a su pueblo; es posible descubrir a un cristiano con los ojos fijos en el Jesús pobre y sencillo; es posible descubrir a un hombre disponible y valiente a la invitación del Dios de la Vida, porque “siempre intentó seguir el Evangelio, aunque no sospechara a donde lo iba a llevar” (Óscar Romero: “La voz de los sin voz”).

A lo largo de los años, Romero fue comprendiendo que algo esencial en el seguimiento de Jesús es la capacidad de saber mirar la realidad y dejarse afectar por ella. De esta manera, fue capaz de abrir su corazón y su mente para dejar entrar al espíritu de Dios que se reflejaba en aquellos con quienes compartía, haciendo que esa realidad cuestionara incluso sus seguridades y certezas más arraigadas.

Monseñor Romero fue un místico de ojos abiertos que pudo profundizar en su opción por el Reino porque estuvo cerca de los que sufren, escuchando su voz y dejándose transformar por ese susurro suave que proclaman los preferidos de Dios.

El también mártir Ignacio Ellacuría S.J., quien vivía en El Salvador en el momento de la muerte de Monseñor Romero, dijo una vez: “con Monseñor Romero, Dios pasó por El Salvador”. Ojalá que de nosotros y nosotras hoy se pueda decir lo mismo: contigo, Dios pasó por el apostolado, por la universidad, por el trabajo…

 

Una Experiencia que nos Enseña Mucho

Los laicos en la parroquia de Fátima según el Cardenal Daniel Sturla.

La comunidad de laicos que lleva adelante la parroquia de Fátima, en el barrio Cerro en Montevideo, junto con el sacerdote jesuita Álvaro Pacheco y el diácono permanente Adrián Márquez fue uno de los temas sobre los que habló el cardenal arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla sdb, en su programa semanal “La Alegría del Evangelio”.

En el Cerro hay varias parroquias. Está la parroquia de Santa María de la Ayuda, donde el párroco es el P. Guillermo Porras; está la parroquia que llevan adelante los oblatos de María Inmaculada, este año el P. Luigi es el párroco; y está la parroquia de Fátima, una parroquia que también se llama de los lituanos porque en un momento la comunidad lituana tuvo mucha importancia allí y de hecho había jesuitas lituanos, que fueron los fundadores de esta comunidad parroquial, y todavía está la comunidad lituana presente en la zona y en alguna celebración de la parroquia.

Pero los jesuitas tuvieron que dejar como tal: allí había una comunidad, después quedó el Padre Jorge Crovara solo, finalmente no había posibilidad de envío de un personal allí. Pero entonces se logró un acuerdo que creo que ha sido muy muy positivo por el cual la comunidad asume una tarea de mayor responsabilidad. Pero también la CVX, las Comunidades de Vida Cristiana, un movimiento ligado a la Compañía de Jesús, asumió como tal el acompañar a esta comunidad parroquial y el trabajar juntos. Entonces, de algún modo se está evaluando, es algo que comenzó hace cuatro años y que es una experiencia hermosísima de trabajo conjunto: CVX, comunidad zonal-parroquial, y allí hay, por un lado, el administrador parroquial que sigue siendo un jesuita, el P. Álvaro Pacheco SJ, pero al mismo tiempo está el diácono, Adrián Márquez, que realmente estupendo cómo ha sabido conjugar con una calidad y una calidez extraordinaria. Adrián es diácono permanente y realmente su tarea ha sido muy buena. Pero cada uno de la comunidad ha asumido con una responsabilidad extraordinaria la tarea que tienen por delante, lo que han ido haciendo.

Muchas veces, y así me lo contaban, la pregunta que salía era “¿bueno, pero acá quién manda?”. De pasar del “¿acá quién manda?” a darse cuenta que cada uno tenía que asumir la propia responsabilidad para que la comunidad parroquial siguiera adelante.

Yo creo que esto nos enseña mucho. Obviamente, nada quita la esencialidad que tiene en una comunidad cristiana la presencia ministerial del sacerdote, y concretamente en una parroquia la del párroco. Pero, la historia nos va diciendo que muchas comunidades están en una situación, digamos así, donde, en Montevideo no tanto pero sí en el Interior, de necesidad absoluta de que los laicos asuman su responsabilidad de llevar adelante la comunidad parroquial. Y en las comunidades que sí hay párroco, que sí hay ministros ordenados, presbíteros, diáconos, cómo el tema no es que el cura haga todo, sino que los laicos asuman la responsabilidad que tienen. Bueno, esto en Fátima se ha hecho de un modo realmente muy hermoso que me llenó de alegría escucharlo y verlo”.

Para escuchar la entrevista original 

Parroquia Nuestra Señora de Fátima en Facebook 

 

III Congreso Continental de Teología

Mensaje final del III Congreso Continental de Teología, realizado por la Red Amerindia en la sede de la UCA en San Salvador y las reflexiones posteriores al encuentro de uno de los participantes: Tim Noble de la República Checa.

Mensaje a los pueblos de América Latina y Caribe

Hermanas y Hermanos de Abya Yala, la Patria Grande, Nuestra América,

“Lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos tocado con nuestras manos, la Palabra de la Vida que se manifestó, nosotros lo compartimos con ustedes” (1 Jn 1, 1).

Somos más de 600 hermanos y hermanas de países de América Latina y el Caribe, concluyendo el 3er. Congreso Continental de Teología, promovido y realizado por la Red Amerindia, en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas – UCA en San Salvador. Somos una diversidad de personas cristianas: laicas, comprometidas con pastorales sociales y movimientos populares, religiosas y religiosos, presbíteros, diáconos y tres obispos. Marcaron su presencia jóvenes teólogos y teólogas, así como también hermanos y hermanas de Iglesias evangélicas y pentecostales.

Celebramos los 50 años de la 2ª Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Medellín (1968). En estos días hemos vivido una experiencia caracterizada por una convivencia alegre, expresada en celebraciones, diálogos en grupo, ponencias, teatro, música, danzas y peregrinación a los lugares sagrados del martirio de Monseñor Romero y otros mártires. Hemos confirmado que Medellín significó un verdadero Pentecostés para las comunidades de nuestro continente. Allí el Espíritu de Dios se manifestó dando un rostro latinoamericano-caribeño a nuestras Iglesias. Allí hemos empezado a cambiar nuestra mirada desde adentro para fuera, como “Iglesia en salida”, y hemos recibido el encargo de ser “una Iglesia pobre, misionera y pascual, desligada de todo poder temporal y audazmente comprometida con la liberación de toda la humanidad y de cada ser humano en todas sus dimensiones” (Medellín 5, 15).

Ahora nosotros, como fruto de esa Iglesia que nació en Medellín, deseamos dirigir una palabra a ustedes, hermanos y hermanas de toda América Latina y el Caribe. Acá nos unimos a ustedes, cristianos/as, religiosos/as de otras tradiciones y también a todas las personas que creen que la Vida es sagrada y debe ser defendida. En nombre de nuestras comunidades, les saludamos con cariño desde El Salvador, esta tierra santa fecundada por la sangre de tantos y tantas mártires.

En estos días, reaprendimos a leer nuestra fe y vivirla desde los principios que nos han enseñado Monseñor Romero, el padre Ellacuría y tantos otros que se hicieron nuestros maestros y maestras, en el seguimiento de Jesús. Ellos y ellas nos revelan que tenemos que vivir la fe dando atención e importancia a la realidad social, política y cultural, mirada desde la causa de los empobrecidos, como nos propuso Medellín. Queremos hacer esto hasta que la misma realidad nos evangelice, esto es, hasta que nos dejemos transformar por el Amor y nos apasionemos por el proyecto divino de una sociedad nueva de justicia, paz y comunión con la Madre Tierra.

En Medellín la Iglesia se insertó conscientemente en los procesos de transformación social y política, vigentes en el continente. 50 años después queremos renovar nuestro compromiso con la liberación integral de nuestros pueblos. Constatamos con alegría que, desde Medellín, algunas conquistas fueron logradas. Nos ponemos en sintonía con los esfuerzos de integración continental y la lucha contra todo tipo de colonialismo. Nos unimos a los muchos esfuerzos por otra economía, pensada desde la solidaridad y las necesidades de las comunidades. No descansaremos mientras no podamos vivir una economía al servicio del bien común y del cuidado de la Tierra, el Agua y toda la naturaleza a la cual pertenecemos como hijos y hijas.

Sigue cuestionándonos la violencia institucionalizada a todo nivel, que roba vida, dignidad y futuro, especialmente a los empobrecidos, condenándolos a la muerte. Sabemos de los conflictos y los sufrimientos impuestos a víctimas inocentes de norte a sur del continente. En nuestros países la sociedad dominante no respeta ni valora las comunidades indígenas de diversas etnias y sus culturas ancestrales. Nos unimos a todas ellas, agradecemos todo lo que aprendemos con ellas y reafirmamos nuestro compromiso de comunión.

Nos unimos a las luchas de las mujeres que, en todos los países, son víctimas de diversos tipos de violencia y, a pesar de eso, siguen luchando por la libertad y la dignidad común. En estos 50 años, reconocemos el aporte de las teologías negras, el de los pueblos originarios y, de manera especial, la propuesta de la teología feminista a pensar una Iglesia de hecho fundamentada en el discipulado de iguales. Asumimos la causa de las víctimas de abusos sexuales, cometidos en contra de niños, adolescentes y mujeres. Es terrible constatar que muchas veces esos crímenes son cometidos por ministros de Dios. Es urgente cambiar la estructura patriarcal y clerical de nuestras Iglesias. Que el Espíritu fortalezca las luchas por igualdad, por una justa relación de géneros y por el respecto a los hermanas y hermanas LGBT.

Sabemos de las masacres de jóvenes, especialmente pobres y, en algunos países, en su mayoría negros, víctimas del deterioro de las condiciones de vida y de la violencia urbana. Es bueno saber que algunos de nuestros teólogos y teólogas jóvenes están acompañando de forma creativa esas luchas.

Somos solidarios con todos los pueblos en América Latina y el Caribe donde constatamos que en estos 50 años crece la desigualdad social y el irrespeto a los derechos de personas que continúan siendo masacradas. Aún si los gobernantes cometen errores y repiten actitudes que no esperábamos de quien se proclama al servicio del pueblo, los ideales de nuestros libertadores y de tantos héroes de nuestros pueblos siguen vivos y por ellos vale la pena luchar.

Denunciamos la responsabilidad de los centros financieros internacionales y del imperio norteamericano, que sigue siendo un factor de desestabilización de aquellos gobiernos que no se dobleguen ante sus exigencias colonialistas. Continuaremos luchando contra las políticas xenófobas, racistas e inhumanas del presidente de los Estados Unidos hacia los migrantes, especialmente, nuestros hermanos y hermanas pobres, que intentan traspasar la frontera norteamericana.

La conferencia de Medellín propuso una Iglesia profética, al servicio de la liberación de nuestros pueblos, desde la opción por los pobres. La comunidad eclesial debería reflejar en sí misma lo que propone a la sociedad en su conjunto. Por eso hoy queremos comprometernos por una Iglesia más sinodal y valiente, en permanente diálogo con la humanidad y especialmente con los movimientos sociales, organizados para cambiar el mundo. Agradecemos a Dios el testimonio profético y la actuación evangélica del papa Francisco, de los obispos y pastores que actúan en la defensa de los pobres en continuidad con el testimonio de Oscar Romero. Pedimos a Dios que siempre ilumine a todos y todas quienes hacen suyo ese camino.

Reconocemos como signo del Espíritu la propuesta del “Buen Vivir”, que recibimos de los pueblos originarios del continente. Comprendemos que el “Buen vivir” es camino de una sociedad de comunión, que privilegia el bien común sobre el particular y toma en serio los derechos de la hermana Madre Tierra y de la Vida. Esto responde a la palabra de Jesús quien dijo: “Yo vine para que todos/todas tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10).

Como dijo nuestro San Oscar Romero, “sigamos haciendo lo que podamos, pero hagamos”. Con esa esperanza firme e inquebrantable, la acción del Espíritu que se expresa en la fuerza de los pobres nos ilumine y nos guie a todos/as por los caminos del Reino.

San Salvador, 2 de setiembre de 2018

Fuente: CPAL Social